19/Jun/08!f>
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Un espacio para pensar la literatura fantástica (video-crónica)
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¿Por qué se escribe literatura fantástica? ¿Por qué se edita? ¿Por qué se lee? Estas preguntas sencillas sirvieron para reunir el pasado 13 de junio a cuatro protagonistas de este género Ana María
Shúa, Carlos Gardini, Luis Pestarini y Hernán Domínguez Nimo, y charlar sobre "Los motivos de la literatura fantástica", moderados por Carlos Chiarelli, en el espacio Objeto a.
Mientras que las calles de
la Ciudad Buenos Aires se congestionaban irremediablemente, como en aquella autopista que imaginara Cortázar, en un cálido rincón del barrio de Palermo se abrían las puertas para recibir a Ana María
Shúa, Carlos Gardini, Luis Pestarini y Hernán Domínguez Nimo. ¿El motivo? Hablar del género fantástico, de las vicisitudes de la creación literaria, de los nuevos medios de publicación, de la inspiración,
de los lectores, de la problemática de la edición en la Argentina… y contar anécdotas. Muchas anécdotas que ayudaron a conocer un poco más a estos jugadores del género fantástico.
Moderada por Carlos Chiarelli, y bajo la coordinación general de Alejandro Alonso, la mesa redonda "Los motivos de la literatura fantástica", celebrada en Objeto a (Niceto Vega 5181) fue una buena
excusa que excedió por mucho las pretensiones del título.
Abrió el juego Ana María Shúa, confesando: "Yo tardé mucho en darme cuenta que existía otra cosa que el género fantástico…"
Carlos Gardini se refirió a la conveniencia de los géneros.
"Si tuviera que dar una definición de cómo veo el género graficó Gardini, para mí lo fantástico es como el disco Reunión cumbre (grabado en 1974) de Astor Piazzolla y Gerry Mulligan. Se
juntan como dos cosas imposibles. ¿Era posible reunir a estos dos maestros: Mulligan y Piazolla? Un grande del cool jazz y otro grande del tango. ¿Pueden funcionar juntos? Podría pensarse que
no, que la cultura norteamericana y la argentina no tienen nada que ver. Pero tienen mucho que ver. Se juntan, tocan juntos. En gran medida creo que a esto se refería Ani cuando hablaba de la falta de
límites [que permite el género fantástico], se puede hacer todo". Acto seguido Gardini contó "una emoción muy particular": el día que descubrió la música de Piazzolla (la "Suite Punta del Este"), en la
película 12 monos.
Luis Pestarini, editor de la revista Cuásar y de la colección de libros bajo el mismo sello editorial (cuyo último título fue El día del Minotauro de Thomas Burnett Swann), confesó no saber
por qué se puso a editar. "Cuando empecé a hacer la revista (en a década de 1980) era algo así como que ´lo que hay no me gusta mucho´, y como era, y sigo siendo, un inconsciente, me dije ´voy a
hacer una revista yo también´. Tenía veintiún años. No pensé nunca en llegar a casi veinticinco años de publicación continua. Había en ese momento un espacio vacío acá, en la Argentina, que era la
crítica. No se publicaba crítica ni ensayo de narrativa fantástica. Y se estaba publicando muy poco de lo que estaba apareciendo en los Estados Unidos en ese momento, que era el Ciberpunk. No se
conocía en la Argentina. Lo que se estaba publicando en las buenas revistas, como El Péndulo, Minotauro o Sinergia era materia más viejo, y a mí me parecía que se perdía algo".
Consultado sobre por qué publica ciencia-ficción y fantasía, Pestarini diferenció ambas vertientes: "Son dos cosas distintas por más que el público y los autores coincidan mucho. Pero tienen dos miradas
distintas. la ciencia-ficción nace a partir de la revolución industrial, cuando el hombre empieza a darse cuenta que el mundo no es el mismo cuando nace que cuando muere. Cuando nota el progreso.
Entonces se da cuenta que las cosas cambian, se pregunta el porqué y una serie de cosas…"
Por su parte, Hernán Domínguez Nimo explicó cómo empezó a escribir y a relacionarse con el fandom del género fantástico hispanoamericano.
Que Carlos Gardini se inspiró en edificios reales de su barrio (Devoto) para construir la arquitectura de su novela (todavía inédita, pero con proyecto de publicación en España) Tríptico de
Trinidad. Que está escribiendo una contracara de esa novela, cuyo título provisorio es Máscaras de Trinidad…
Que Ana María Shúa fue directora de colección de tres volúmenes de cuentos fantásticos para el público joven (editados por Emecé), y que pronto se viene una edición de sus Cuentos
Completos (con algunos relatos nuevos). O que su libro preferido es La sueñera ("lo escribí a los veinticuatro años y trabajé con una libertad enorme, como nunca volví a tener desde que
empecé a publicar"). O que acaban de reeditar su novela La muerte como efecto secundario…
O que el próximo libro de la colección Cuásar será Las islas en verano (tres novelas cortas, una de las cuales ganó el Premio Mundial de Fantasía) de Ian R. MacLeod. O que
Domínguez Nimo "está tratando de superar el miedo de pasar de cuentos largos a novelas cortas" (y que un cuento suyo espera en gateras para salir en la revista Cuásar)…
Éstas fueron algunas de las razones por las que el público presente (discreto, pero sumamente participativo) decidió extender la charla, incluso después de que la mesa hubo concluido. Acaso el espacio
(Objeto a) se prestase para estas demoras. O tal vez sea que la gente se quedó con ganas…
El 21 de junio a las 17.00 habrá ocasión de repetir la experiencia. Esta vez será una lectura pública en la que Eduardo Carletti, Germán Amatto, Carlos Gardini y Alejandro Alonso darán cuenta de
relatos publicados y de algún que otro anticipo.
La cita es en Niceto Vega 5181.
Alejandro Alonso para Axxón y Garrafex News
Fuente: Axxón. Aportado por Alejandro Alonso
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