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La siguiente palada de suelo está programada para la última de las celdas del laboratorio húmedo de la Phoenix
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La siguiente muestra de suelo que el aterrizador Phoenix de la NASA entregue a sus instrumentos de cubierta irá a la
cuarta de las cuatro celdas del laboratorio de química húmeda de la Phoenix, de acuerdo con los planes en curso del
equipo Phoenix
El origen elegido para esa muestra es la zanja "Blancanieves" en el extremo oriental del área de trabajo accesible con el
brazo robótico de la Phoenix. En julio, esa zanja produjo una muestra de la que otro instrumento analítico, el analizador
de gas térmico y evolucionado (TEGA), confirmó la presencia de hielo de agua. Una de las tres celdas usadas
previamente en el laboratorio de química húmeda también analizó una muestra de Blancanieves.
El laboratorio de química húmeda mezcla suelo marciano con agua purificada llevada desde la Tierra como parte de su
proceso de identificar nutrientes solubles y otros químicos en el suelo. Los científicos lo han usado para determinar que
el suelo junto al aterrizador es alcalino y para identificar magnesio, sodio, potasio, cloruro y perclorato en el suelo.
La zanja informalmente llamada "Blancanieves" es el origen de la siguiente muestra
de suelo a ser recibida por el aterrizador Phoenix de la NASA para su análisis.
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El equipo Phoenix planea llenar los cuatro últimos de los ocho hornos de uso simple en el instrumento TEGA sin esperar
a que el análisis de cada muestra esté terminado antes de entregar la siguiente. La estrategia es tener tantas muestras
como sea posible entregar mientras todavía haya suficiente energía disponible para cavar. El verano del norte marciano
está mediando. La cantidad de sol que llega a las placas solares de la Phoenix, y por consiguiente la cantidad de
electricidad producida, está descendiendo.
"Ahora que el Sol no está todo el tiempo por encima del horizonte en nuestro lugar de aterrizaje estamos generando
menos energía en cada sol", dijo Barry Goldstein, administrador de proyecto Phoenix, del Jet Propulsion Laboratory de
la NASA en Pasadena, California. "Cuando aterrizamos a fines de mayo, y a lo largo de gran parte de nuestra misión,
generamos unos 3.500 vatios / hora en cada sol. Actualmente estamos en unos 2.500 vatios / hora, y desciende cada
día. Con los soles restantes necesitamos apresurarnos a exprimir el último trocito de ciencia de la misión".
Cien vatios / hora es el equivalente a lo que se necesita para mantener encendida una bombilla de 100 vatios durante una
hora.
Cuando el TEGA hornea las muestras, identifica la temperatura a que se evaporan los ingredientes volátiles en el suelo.
También tiene un espectrómetro de masas para identificar los vapores. Una válvula que controla el flujo de un portador
de gas para llevar los vapores al espectrómetro de masas ya no es confiable, pero los investigadores prevén que las
muestras restantes producirán suficientemente agua y dióxido de carbono evaporados para llevar cualquier escaso vapor
al espectrómetro. El equipo también está examinando posibles modos indirectos de operación para una inesperada
apertura de una válvula que controla la circulación del gas de calibración.
La zanja Blancanieves es el origen elegido para la siguiente muestra que entre en un horno TEGA, así como la siguiente
muestra para el laboratorio de química húmeda. Para la muestra del TEGA, el equipo planea usar un raspador en el
brazo robótico para rascar el duro material rico en hielo del fondo de la zanja. Las muestras ricas en hielo se pegaron en
la pala en dos intentos en julio, cuando debía entregarlas a un horno TEGA. Sin embargo, una prueba realizada el 30 de
agosto verificó que una muestra rica en hielo puede ser entregada si se usan métodos que minimicen el tiempo en que
está en la pala y la exposición de la pala a la luz solar directa.
Fuente: JPL. Aportado por Graciela Lorenzo
Tillard
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Artículo original (inglés)