06/Feb/09!f>
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Descubren el fósil de la serpiente prehistórica más grande hallada hasta ahora
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Una descomunal serpiente de 14 metros de largo y 1,25 toneladas de peso vivía hace 60 millones de años en la selva tropical de Colombia.
Los huesos fosilizados de esta serpiente han sido hallados por un equipo multidisciplinar de científicos en una mina abandonada de carbón de la localidad de
Cerrejón, en el norte del país americano. La noticia del descubrimiento la publica hoy la revista Nature
Recreación artística de la serpiente prehistórica hallada en Colombia.
La serpiente de gigantescas proporciones es tan larga como un autobús, pesa como un coche utilitario y entraría a duras penas por el dintel de una puerta. El
paleobotánico colombiano Carlos Jaramillo, del Smithsonian Institute y el paleontólogo Jonathan Bloch, del Museo de Historia Natural de Florida, han
dado nombre al monstruo: Titanoba cerrejonensis.
El animal en cuestión es una
boa constrictora parecida a las actuales, que vivió
hace entre 60 y 45 millones de años en la cuenca del Amazonas. Su tamaño se debe, según sus descubridores, a que entonces la temperatura de la región estaba
entre 30 y 34 grados centígrados de media anual, mientras que ahora la temperatura media es de 28°C.
Esto explicaría que los animales de sangre fría se beneficiaran de las condiciones climáticas de entonces; a más calor, sangre más caliente y menor esfuerzo
metabólico, lo que les permitía tener aún más tamaño y condiciones de gigantismo. De hecho, otros fósiles de tortugas y cocodrilos encontrados en el mismo
yacimiento tienen también tamaños extragrandes.
En los bosques tropicales es difícil hallar restos fosilizados, puesto que la roca madre se encuentra a mayor profundidad cubierta por la materia orgánica de
millones de años de biomasa forestal muy abundante. En este caso, ha sido decisivo que los restos estuvieran entre el carbón de la mina.
Una boa actual, sobre la vértebra de la serpiente prehistórica.
"El hallazgo nos permitirá conocer más las implicaciones del clima de entonces con la comprensión de la vida en los trópicos", ha declarado Harry Greene,
profesor de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Cornell.
"Los huesos fosilizados de la serpiente nos ayudará a entender la correlación entre el clima, y cómo los cambios climáticos afectan a las especies. Será algo muy
útil en vista del momento que estamos viviendo", declara David Polly, de la Universidad estadounidense de Indiana, quien también ha participado en las
investigaciones del fósil.
Las temperaturas de aquel pasado en el que vivió la Titanoba cerrejonensis, demuestran que, al contrario de lo que se piensa, la vegetación tropical vive
en su estado óptimo. "Unos grados más de temperatura tienen implicaciones profundas en la dinámica de muchas especies, beneficiando a algunas y
perjudicando a otras", sostiene Jaramillo, coautor del hallazgo.
Aquel sería el caso de libélulas, dinosaurios o ballenas azules, que han evolucionado desde tamaños gigantes a las tallas que actualmente conocemos, salvo en el
caso de los dinosaurios, que se extinguieron en el camino evolutivo también por una cuestión climática.
Los científicos han clasificado a la Titanoba cerrejonensis en el grupo de las anacondas de la familia de las
boas. La mayor anaconda que se ha registrado
oficialmente medía 9 metros de largo y pesaba 140 kg. Sin embargo hay referencias de tamaños mayores de hasta 12 metros, siempre entre las hembras que
son las más grandes.
Se trata de una serpiente no venenosa, que captura a sus presas y las oprime hasta asfixiarlas. Luego las traga enteras y precisa de días para digerirlas. Su
hábitat es el bosque tropical, donde vive en los árboles o está sumergida.
Fuente: El Mundo. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard
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