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Fue presentada la estatua de "El Eternauta"

El molde del que se hará la estatua definitiva de El Eternauta.  En las fotos, junto a los dos nietos de H.G. Oesterheld y a Jorge Morhain. En otra foto, los escultores: Miguel Ángel Foncueva y Victor Gourianov

El pasado 18 de diciembre se presentó al periodismo y al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires una estatua de 2,50 m de altura del personaje de historietas EL ETERNAUTA, en el atelier de Tucumán 1735 (donde se la puede conocer) de aquella ciudad. El atelier pertenece a uno de los escultores, Miguel Ángel Foncueva. El otro es un ucraniano de amplia trayectoria artística, residente ahora en la Argentina, Victor Gourianov. Se trata del original, sobre el que hay que sacar un molde y fabricar la estatua definitiva, para que el gobierno la instale en alguna plaza. Entre los presentes estaban los dos nietos del autor de la historieta, Héctor Germán Oesterheld (recordemos que sus cuatro hijas y sus maridos, así como él mismo, fueron Desaparecidos); la artista plástica Marta Minujín; el director de Ediciones de La Flor, Daniel Divinsky; y Jorge Claudio Morhain, de Máximo Paz, a pocos días de recibir el 3° premio del Concurso Nacional de Teatro "Enrique Santos Discépolo" por su adaptación a teatro de, precisamente, la historieta "El Eternauta".

Crónica de un homenaje (que aún no termina)

por Jorge Claudio Morhain

Una tarde de calor y encuentros, en el atelier de Miguel Ángel Foncueva, con la presencia de Graciela Olivieri (la inefable "secretaria de prensa"), una radio, un representante de la Dirección de Cultura de la Ciudad, y amigos. El atelier está en Tucumán 1735, y la estatua de El Eternauta es un invitado más entre tantas pinturas y esculturas. Fue un día antes de los saqueos, dos días antes del Argentinazo, el 18 de diciembre del año 1.
Miguel Ángel Foncueva nació en Buenos Aires, en 1950. En 1977 dirigía una carpintería de juguetes en San Pablo, Brasil. Volvió al país en 1983, y se dedicó a la restauración, desde La Boca. Máster en Cultura Argentina, estudió en el Museo Sarmiento y en la Dirección de Antropología. Ha realizado restauraciones en el Museo Quinquela Martín, el Museo Sarmiento, el Concejo Deliberante y la Iglesia Ortodoxa Rusa, y en el resguardo de "Las Nereidas" de Lola Mora.
El otro escultor, Víctor Gourianov, nació en 1952 en Sebastopol, Crimea, y pasó su juventud en San Petersburgo, donde estudió en la Escuela de Bellas Artes. Luego se traslada a Ucrania, donde estudia en la Unión de Pitores y Escultores de esa república antes soviética. Trabajó en esculturas monumentales, como la del Arcángel Miguel, de 15 metros de altura. Llega en 1994 a Buenos Aires, y se dedica a la escultura en piedra.
Estos son los artistas, dos hombres macanudos a los que los unió su pasión por el héroe grupal por antonomasia. De la Comisión de Homenaje del entonces Concejo Deliberante Municipal que en 1997 pusiera el nombre de Héctor Germán Oesterheld a una plaza de la Costanera surgió el proyecto de erigir una estatua al héroe máximo, El Eternauta. También se proyectó colocar placas en los lugares donde transcurre la historieta, e instituir el Premio Anual a los Derechos Humanos El Eternauta. Sólo la primera de las iniciativas recibió sanción en 1999, pero quedó en un cajón. Miguel, apasionado desde niño con el Viajero de la Eternidad, empezó a comprar materiales, de su bolsillo, en el año 2000. Y apareció Víctor, que no sabía (lógicamente) de qué se trataba. Miguel le prestó la historieta. Y entonces Víctor comprendió. Y se apasionó tanto como Miguel.
Así, solitarios, poniendo todo de su bolsillo, hicieron el trabajo. Es una figura escultórica de Juan Salvo, en su pose característica, en la primera salida de su casa, con el fusil al hombro y su traje de plástico y su visor de buzo de entrecasa. Está hecha con una base de hierro dulce, con yeso, telas, materiales diversos. Tiene 2,50 m de altura.
Ahí estábamos, junto con Marta Minujin en pose sesentista, rodeando con los nietos de Héctor esa enorme figura que, para la presentación, habían sacado a la vereda. Una inmensa emoción nos embargó al descubrirla.
Un vecino que -como muchos- pasaba en ese momento se me acercó y me preguntó por lo bajo: "Perdón...¿es una estatua viviente?" Una anécdota que quedará para la historia.
En el mismo acto empezó a circular una lista de adhesiones para hacer llegar al Gobierno de la Ciudad. Los escultores donan su trabajo, pero los materiales tiene que aportarlos la ciudad, así como el lugar de emplazamiento, que sin duda sería la plazoleta Oesterheld. No es una barbaridad de plata. Se calcula en $ 20.000- hacer un molde de la escultura actual y reproducirla en cemento, símil granito o símil piedra.
Eso sí, Miguel va por más: quiere hacer un "parque temático", con los demás personajes de la historieta.
Su e-mail es mfoncueva@yahoo.com.ar
(Gracias, Jorge)

Fuente: Gacetilla. Aportado por Joe Garrafex

30/dic/01