El robot Spirit no se comunica, pero los científicos mantienen optimismo

El robot Spirit enfrenta en la actualidad condiciones muy duras, ya que está sufriendo el invierno marciano y los controladores de misión de la NASA no tienen noticias de éldesde el 22 de marzo

El 26 de julio, los controladores de la misión comenzaron a utilizar una técnica de llamado de nombre “barrido y bip” (sweep and beep), intentando de comunicarse con el Spirit.

«En vez de sólo escuchar, enviamos comandos al robot para que nos responda con un bip”, dice John Callas, del proyecto Spirit y su gemelo Opportunity en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena. “Si el robot está despierto nos oirá y nos tendrá que enviar ese ‘bip'»

Es bastante probable que Spirit esté en un modo de hibernación con poca energía. El robot no pudo llegar a una zona favorable (donde estuviese de cara al sol) para sobrevivir a su cuarto invierno marciano, de mayo a noviembre.

El ángulo bajo que tiene la luz del sol en estos meses limita mucho la potencia que generan los paneles solares del robot. Durante la hibernación, la nave suspende las comunicaciones y otras actividades para que la energía disponible se pueda utilizar para recargar y calentar las baterías, y mantener en funcionamiento el reloj de la misión.

En base a los modelos meteorológicos marcianos y su efecto en la disponibilidad de energía, los controladores de misión creen que, si el Spirit responde alguna vez, será en los próximos meses. Sin embargo, hay una posibilidad neta de que el Spirit ya no responda más.

«Sería un milagro marciano si nuestro querido robot llama a casa», dijo Doug McCuistion, director del Programa de Exploración de Marte en la NASA. «Nunca había afrontado este tipo de condiciones, tan severas; es un territorio desconocido».

Como la mayoría de los radiadores del robot no tienen potencia este invierno, es muy probable es que el Spirit esté sufriendo las temperaturas internas más bajas en su historia: -55 grados. En los tres inviernos marcianos anteriores el Spirit se comunicaba una vez o dos por semana con la Tierra, y utilizaba sus calentadores para mantenerse tibio mientras estaba aparcado en una zona «de cara al sol», para pasar el invierno.

Gracias a esto, los calentadores mantenían las temperaturas internas por encima de 40 grados bajo cero.

Spirit está diseñado para despertar de la hibernación y comunicarse con la Tierra cuando su batería se cargue, pero si las baterías pierden demasiada potencia, el reloj de Spirit podría detenerse y éste perdería el control del tiempo.

El robot podría despertarse, pero no sabría la hora, una situación a la que llaman «falla del reloj de misión» (mission-clock fault). En un caso así, el Spirit reiniciaría su reloj y se despertaría cada cuatro horas, esperando alguna señal de la Tierra durante veinte minutos cuando sea de día.

Se había calculado que las baterías podían estar cargadas por primera vez en este período el 23 de julio. Sin embargo, los responsables de la misión no perven que las baterías se carguen adecuadamente hasta septiembre u octubre.

Esto podría ser aún más tarde si el robot está en “mission-clock fault”. Si el Spirit se despierta, los responsables de la misión harán un chequeo completo de todos los instrumentos y aparatos del robot.

En base a los inviernos marcianos anteriores, el equipo del robor anticipa que la inestabilidad meteorológica hará que no se den días largos hasta dentro de dos meses.

La cantidad de energía solar que tiene disponible el Spirit crecerá hasta que llegue el verano del sur marciano, en marzo del 2011. Si no hemos oído nada de Spirit para entonces, será bastante improbable que lo volvemos a oír.

«Ha sido un largo invierno para Spirit y una larga espera para nosotros», comentó Steve Squyres, investigadorprincipal de los dos robots de la NASA con base en la Universidad de Cornell. «Aún si nunca volvemos a oir a Spirit, creo que su legado científico está asegurado. Incluso así, seguimos teniendo esperanzas de contactar con él, y estamos ansiosos por volver a hacer investigaciones con nuestros dos robots».

El robot Opportunity se topó con un «diablo de polvo» marciano

Entretanto, el robot de la NASA hermano de Spirit, llamado Opportunity, sigue operando. En seis años y medio en Marte, nunca había visto. hasta ahora. que se levara ante sus ojos un diablo de polvo, a pesar de llevar a cabo algunas búsquedas sistemáticas en los últimos años. Por el contrario, el robot gemelo Spirit sí ha tenido este tipo de encuentros en su desplazamiento por el planeta rojo.

Una espesa columna de remolinos de polvo aparece en una imagen que tomó el Opportunity con su cámara panorámica el 15 de julio. El vehículo tomó la imagen en el sentido de marcha, al este-sureste, después de un recorrido de unos 70 metros. La imagen fue tomada para su uso en la planificación de la siguiente unidad.

«Este es el primer diablo de polvo que ve el Opportunity», dijo Mark Lemmon, científico de la Texas A & M University y miembro del equipo científico del vehículo.

El área recorrida por el Spirit, ubicada en el interior del cráter Gusev, presenta una textura de tierra más áspera y polvorienta que el área donde Opportunity está trabajando, en la región de Meridiani Planum. Estos factores permiten en Gusev vórtices de viento que se forman con más rapidez y levantan más polvo, frente a las condiciones en Meridiani, explica Lemmon.

Los orbitadores han fotografiado huellas dejadas por los remolinos de polvo cerca de Opportunity, pero éstas son más escasas que en la zona de Spirit.

Sólo un día antes de que Opportunity capturase la imagen de la nube de polvo, el viento limpió algunos de los paneles solares del rover, lo que permitió un aumento de la producción de electricidad de más del 10 por ciento.

«Eso puede haber sido sólo una coincidencia, pero podría haber una conexión», dijo Lemmon. El equipo está retomando un control sistemático de los remolinos de polvo con la cámara de navegación de Opportunity.

Curiosity, el nuevo laboratorio de la NASA en Marte tendrá tecnología española

El próximo robot que la NASA enviará a Marte, denominado Curiosity, será un auténtico laboratorio rodante, de gran tamaño y cargado de instrumentos científicos. El objetivo será saber si el Planeta Rojo fue alguna vez habitable. El laboratorio espacial norteamericano tiene previsto lanzarlo en noviembre de 2011 y su llegada a Marte para agosto de 2012. La estación meteorológica, llevará un instrumento de menos de un kilo y medio que se ha diseñado y fabricado en España, según informó el diario El País.

La estación española se llama «Rems» y medirá la humedad relativa, la presión, la temperatura del aire, la temperatura del suelo, la velocidad y dirección del viento y la radiación ultravioleta, según explica Javier Gómez Elvira, ingeniero del Centro de Astrobiología (CAB), un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el INTA, ubicado en Torrejón de Ardoz (Madrid) y la empresa espacial Crisa. La Universidad Politécnica de Cataluña hizo aportaciones al diseño español y la empresa Eads-casa fabricó la antena de comunicación del vehículo.

El costo de la misión del nuevo laboratorio de la NASA ronda los 2.000 millones de dólares (unos 1.500 millones de euros) y el de «Rems2 fue de unos 10 millones. La misión estaba diseñada para partir en 2009, pero los problemas surgidos con unos rodamientos que no funcionaban bien a 50 grados bajo cero obligaron a retrasarla, según explica Gómez Elvira. La estación meteorológica española ya está en un laboratorio de California.

El Curiosity mide 2,7 metros de largo y pesa 900 kilogramos. Con seis ruedas de diseño muy mejorado respecto a las de los dos robots de la NASA en Marte que lo precedieron, y un generador radiactivo para suministrar toda la energía que necesita, el robot Curiosity tendrá una capacidad de exploración científica muy superior a cualquier misión anterior en el suelo del Planeta Rojo.

Una decena de sus instrumentos (la mayoría de la NASA, pero con colaboraciones de Canadá, Rusia, Alemania, Francia y España) tomará datos de los minerales, su composición y cantidad, la atmósfera, la meteorología y la radiación en la superficie. El plan es que el robot funcione al menos un año marciano (dos años terrestres) y, con su capacidad de avanzar 200 metros diarios, puede explorar mucho territorio.

Fuente: Varios medios. Aportado por Eduardo J. Carletti

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