Astrobiólogos afirman que los planetas errantes en el espacio interestelar podrían albergar vida

De acuerdo a unos nuevos cálculos, los planetas que han sido expulsados de sus sistemas solares pueden sostener aún océanos subglaciales de agua líquida

En los últimos años, las computadoras han llegado a ser suficientemente potentes como para simular la formación y evolución de sistemas planetarios a lo largo de miles de millones de años.

Una de las sorpresas que surge de este trabajo es que los planetas son habitualmente expulsados de estos sistemas por efectos de honda. Según algunos cálculos, este destino aún le cabe a los planetas de nuestro propio Sistema Solar.

Una pregunta interesante es si los llamados «planetas errantes» jamás podrían sustentar vida en la oscuridad fría de los confines del espacio interestelar.

Dorian Abad y Suiza Eric, de la Universidad de Chicago, nos dan una respuesta. Entre los criterios generalmente aceptados para asegurar que exista vida es la presencia de agua líquida. Ellos calcularon que un planeta errante como la Tierra podría sostener océanos líquidos si el agua es calentada desde abajo por el núcleo del planeta y están aislados desde arriba por una gruesa capa de hielo.

Su razonamiento es sencillo. Ellos definen como planeta de tipo terrestre uno con dimensiones dentro de un orden de magnitud del tamaño de la Tierra y con una composición similar. A continuación, calculan el flujo de calor desde el núcleo y sugieren que el espesor del hielo por encima llegará a un estado estacionario en aproximadamente un millón de años. Eso es mucho más breve que la vida de un núcleo caliente.

Tenga en cuenta que esto es algo diferente a los mecanismos que mantienen líquido el océano subglacial en la luna Europa de Júpiter. Aquí las fuerzas de marea juegan un papel importante, y esto genera calor dentro del propio océano. Por el contrario, en un planeta vagabundo todo el calor viene desde el núcleo y se propaga a través del océano,

Una incógnita importante es el papel que juegan la convección y la conducción en las regiones de hielo menos viscosas. Dado que la convección transporta calor mucho más rápidamente que la conducción, este es un factor importante, y podría marcar la diferencia entre la existencia de océanos líquidos o de hielo sólido.

Pero con supuestos razonables, Abad y Suiza dicen que un planeta de sólo 3,5 veces la masa de la Tierra podría mantener un océano líquido. Aún más sorprendente es su conclusión de que un planeta con mayor proporción de agua sólo debe ser 0,3 veces la masa de la Tierra (que es de 5,9736 × 1024 kg), y aún así tener un océano líquido. Eso es más pequeño que Venus (4,869 × 1024 kg), pero más grande que Marte (6,4185 × 1023 kg).

Ellos llaman a un cuerpo así «un planeta lobo estepario» («steppenwolf», en inglés), ya que toda vida en este extraño hábitat tendría una existencia como la de un lobo solitario vagando por las estepas galácticas. No es difícil imaginar la posibilidad de que ya hubiese vida evolucionando alrededor de los ventiladeros hidrotermales antes de la eyección del planeta, o incluso que surja después.

Estos cálculos son excitantes. Los planetas «lobo estepario» proporcionarían una forma de que la vida se propague a través de la galaxia. Y si alguno llega dentro de las 1.000 UA del Sol, la luz solar reflejada de ellos debe ser visible en el infrarrojo lejano con la próxima generación de telescopios.

Esto plantea una idea interesante: la posibilidad de visitar un lugar así. Sin duda será más fácil llegar a uno de estos transeúntes que a los planetas que orbitan otras estrellas.

Es hora de ponerse y empezar a buscarlos.

Referencia de publicación: arxiv.org/abs/1102.1108 : El lobo estepario: Una propuesta para un planeta habitable en el espacio interestelar

Fuente: Technology Review. Aportado por Eduardo J. Carletti


Más información: