Una partícula podría servir para enfriar el planeta

Descubren molécula natural de las plantas que baja la temperatura y limpia la atmósfera. Actúa como poderoso oxidante de contaminantes como el dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre, por lo que desempeña un rol fundamental en mantener el equilibrio climático

En un artículo publicado en Science, investigadores de la Universidad de Manchester, la Universidad de Bristol y los Sandia National Laboratories, aseguran en un estudio haber encontrado finalmente la revolucionaria molécula de los birradicales de Criegee, liberada en forma natural por la plantas, capaz de cambiar el clima y la contaminación atmosférica, tal como se planteó en una hipótesis en la década de los años 50.

Estos birradicales de Criegee son productos químicos intermedios invisibles, que tienen la característica de actuar como poderosos oxidantes de los contaminantes como el dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre, que se liberan como resultado de la combustión, por lo que pueden limpiar la atmósfera, informan en su estudio.

Según los científicos, podrían desempeñar un rol de gran importancia en el cambio climático en bajar la temperatura, y además, como son liberados en forma natural de las plantas, el equilibrio del ecosistema juega un papel fundamental.

Con la intensa luz de un sincrotrón los investigadores detectaron los birradicales Criegee y descubrieron que reaccionaban más rápido de lo que se pensaba, además de que aceleran la formación de sulfato y nitrato en la atmósfera.

“Estos compuestos conducen la formación de aerosoles y en última instancia la formación de nubes con la posibilidad de enfriar el planeta”, señalan los científicos.

«Fue imposible medir los birradicales Criegee hasta que este trabajo se llevó a cabo con la fuente de luz avanzada [aparato creado en el Laboratorio Sandia con un sincrotrón]. Hemos sido capaces de cuantificar qué tan rápido pueden reaccionar los radicales Criegee por primera vez”, señala el químico Doctor Carl Percibal, profesor de la atmósfera en la Universidad de Manchester y uno de los autores del estudio.

«Nuestros resultados tienen un impacto significativo en nuestra comprensión de la capacidad oxidante de la atmósfera y tiene amplias implicaciones que van desde el tema de la contaminación al cambio climático”, agrega el doctor.

Otra gran confirmación es que la principal fuente de los birradicales Criegee no depende de la luz solar, estos procesos en que son formados tienen lugar durante todo el día y la noche, según un análisis del profesor Dudley Shallcross, profesor de Química de la Atmósfera de la Universidad de Bristol.

Descubrieron que un elemento importante necesario para la producción de estos birradicales de Criegee proviene de los químicos liberados en manera natural por las plantas, por lo que los ecosistemas de forma natural o ecosistemas afectados en su equilibrio podrían estar jugando un papel importante en el calentamiento fuera de lo establecido.

La formación de los birradicales Criegee se postuló por primera vez por Rudolf Criegee en la década de 1950 y a pesar de su importancia “nunca fue posible estudiar directamente estas importantes especies [de moléculas] en el laboratorio”, señalan los autores.

“En los últimos 100 años, la temperatura media de la superficie de la Tierra aumentó en aproximadamente 0,8 ° C con cerca de dos tercios del aumento que ocurre en sólo los últimos tres décadas. La mayoría de los países han acordado que las reducciones drásticas de las emisiones de gases de efecto invernadero son necesarias, y que el calentamiento global en el futuro debería ser inferior a los 2,0 ° C (3.6 ° F)”, recuerdan los científicos.

En un ecosistema donde hay plantas naturales ellas cumplirían esta función también en forma natural.

Para detectar los radicales y la rapidez de cómo reaccionan se usó un “aparato único, diseñado por los investigadores de Sandia que utiliza la luz de una instalación de tercera generación sicrotrón en una fuente de luz de avanzada del Laboratorio Lawrence Berkeley”, señalan los autores del estudio publicado en la Universidad

Con la intensa luz de un sincrotrón —acelerador de partículas donde el campo magnético necesario y el campo eléctrico variable que acelera las partículas se sincronizan al flujo de las mismas— los investigadores descubrieron la formación y la eliminación de diferentes especies isoméricas, es decir moléculas que contiene un mismo átomo, pero dispuestos en diferentes combinaciones.

Fuente: Aportado por Eduardo J. Carletti


Más información: