Macho de araña se amputa el pene y éste sigue copulando solo dentro de la hembra

Copulación a distancia: los machos de una especie de arácnido se autocastran durante la relación sexual para favorecer la fecundación de la hembra y —al mismo tiempo— salir vivos de la aventura

El sexo puede ser duro, muy duro, y peligroso entre las arañas. El macho de la Nephilengys malabarensis se amputa voluntariamente el órgano sexual mientras todavía se encuentra alojado dentro de la hembra, durante la cópula.

El objetivo de esta autocastración es evitar ser devorado por su compañera y, al mismo tiempo, lograr que continúe la transferencia del esperma después de la separación.

A cambio de esto, el macho pasará el resto de su vida como un eunuco. La investigación aparece publicada en la revista Biology Letters.

Un grupo de investigadores dirigidos por Diaquin Li, de la Universidad de Singapur, ha estudiado este extraño y doloroso comportamiento. Los científicos recogieron 25 parejas de arañas y les dejaron aparearse. La punta del palpo, el equivalente del pene en las arañas, se quedaba dentro de la hembra. En el 12% de los casos se cortó parcialmente, en el resto se amputó por completo.

Al diseccionar el abdomen de los especímenes femeninos, los investigadores se dieron cuenta de que ese órgano continuaba la transferencia de esperma poco después de la huída del macho, como una especie de fertilización a distancia. Cuanto más tiempo está incrustado el apéndice sexual, más esperma se transfiere, y el resultado es aún más eficiente cuando el macho se lo corta a sí mismo para escapar, en lugar de dejar que lo haga la hembra mientras lo está devorando.


El arácnido pequeño es el macho de Nephilengys malabarensis, sus órganos sexuales se ven aparte, remarcados por el recuadro amarillo

Agresivos y protectores

Esta estrategia tan extraña, que se encuentra en sólo dos familias de arañas hasta la fecha, ha evolucionado para contrarrestar la inclinación de las hembras al canibalismo. «Las hembras son muy agresivas y el 75% de ellas matan a sus parejas durante el sexo», explica Li. En definitiva, para los machos es un sacrificio que merece la pena.

La rotura de los palpos también puede suponer otros beneficios evolutivos para los varones. En trabajos anteriores, Li y sus colegas encontraron que el palpo separado evita que se apareen otros machos con la hembra. Además, los ejemplares castrados son mejores luchadores.

Se quedan en la tela de su compañera y la defienden con mucha energía. Suelen ganar las peleas, incluso contra oponentes más grandes, posiblemente porque son más ágiles sin los pesados palpos. Por otro lado. Podrían estar muy motivados porque están protegiendo su única oportunidad de ser padres.

Fuente: ABC y otros sitios. Aportado por Eduardo J. Carletti


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