El planeta más pequeño del Sistema Solar tiene grandes sorpresas

Mercurio tiene un interior complejo y un activo pasado geológico

Mercurio es aún más extraño de lo esperado según está demostrando la sonda MESSENGER de la NASA.

Para empezar, el interior del planeta está formado de una manera completamente distinta a cualquiera que hayan modelado los científicos. A diferencia de la Tierra, el núcleo de Mercurio —que ocupa el 85 por ciento del radio del planeta— se compone de tres capas en lugar de dos. En el núcleo del planeta hay una capa probablemente sólida rodeada por una turbulenta capa de hierro líquido, todo esto encapsulado por una tercera capa sólida de hierro y azufre.

Los nuevos resultados de MESSENGER se presentaron en el Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria del 21 de marzo, y en dos artículos que aparecen en la edición en línea de Science. Un artículo analiza las mediciones de gravedad, que nos llevan a un nuevo modelo del interior del planeta, y otro describe las características de la superficie en el hemisferio norte del planeta.

Hasta ahora los científicos han tenido problemas en reconciliar la composición de la superficie de Mercurio con su densidad. Las rocas de la superficie no contienen suficientes elementos pesados —como hierro o titanio— para dar como resultado la densidad que se observa cuando se considera un núcleo de dos capas.

«Nos tuvimos que preguntar: ‘¿Cómo se pudo formar?'», dice Steven Hauck de la Universidad de Case Western Reserve en Cleveland. La cáscara de hierro y azufre que rodea el núcleo resuelve este problema, al aportar la cantidad faltante. «Se encuentra en la base de la capa de roca, y tenemos una alta densidad en metal que se encuentra justo bajo ella, como parte del total de sólidos», apuntó.

Los investigadores no están del todo seguros de la existencia de la parte más interna del núcleo sólido y de cuán grande podría ser. «Hay espacio para modelos alternativos», dice Hauck. «Pero en base a los datos observacionales, los modelos más plausibles apuntan a esta idea».

Los científicos que trabajan en el estudio de Mercurio no sólo se centran en los misterios del subsuelo. Los investigadores han identificado características de la arrugada superficie que desmienten un planeta que se encoge.

Paul Byrne, de la Institución Carnegie para la Ciencia en Washington, D.C., informó en una sesión de la conferencia que se dedicó a los resultados de MESSENGER, que las características conocidas como cinturones de pliegue y empuje surgen cuando el núcleo de Mercurio se enfría y contrae. Conforme se contrae el núcleo, también debe hacerlo la corteza exterior del planeta, lo cual produce un deslizamiento de trozos de la corteza debajo de otros trozos de corteza. Los nuevos datos topográficos ayudaron a Byrne y sus colegas a identificar y medir la longitud de estas sinuosas características, algunas de ellas que cubren más de 1000 kilómetros.

El estudio de las arrugas en la superficie ayudará a los científicos a determinar cuánto se ha achicado Mercurio y cuándo se produjo la contracción. «Mercurio es excepcional por tener unas pruebas tan extendidas de su contracción», dijo Sean Solomon, de Carnegie.

Además, los nuevos mapas topográficos revelan áreas en el norte que es probable que provengan de actividad volcánica, lo que indica que el planeta tuvo una historia geológica mucho más vital de lo esperado. El suelo de los cráteres está inclinado en algunas áreas, lo que significa que el movimiento volcánico o tectónico alteró las cuencas después de haber sido excavadas en la corteza. Y el lecho de la cuenca de impacto Caloris —un enorme cráter que se extiende a lo largo de 1500 kilómetros— se eleva por encima del borde en algunos lugares, una característica que no se observa en ningún otro lugar del Sistema Solar, dice Maria Zuber, del MIT. Algún tipo de proceso muy activo en el interior del planeta, comentó, debe haber empujado el material por encima del borde del cráter.

De hecho, aunque los científicos solían pensar que Mercurio era similar a la Luna, ahora dudan que el planeta se enfriase rápidamente y se convirtiese en un pedazo de roca muerta. «Mercurio tuvo una madurez muy activa», señaló Zuber.

La misión no ha terminado aún. Con una ampliación de un año recién aprobada, se esperan muchas más noticias procedentes de Mercurio.

Fuente: Science News. Aportado por Eduardo J. Carletti

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