Los robots no podrán imitarnos, pero ya pueden mejorarnos

Shigeru Sasaki, inventor e ingeniero robótico; dirige los laboratorios Fujitsu

Shigeru Sasaki: «Tengo 46 años: llevo 30 como inventor en la empresa. Algunos de mis proyectos no serán realidad antes del 2040. Nací en Iwate, la provincia del tsunami. Los padres de mi mujer están hospitalizados por la radiación. Mi visión artificial ya conduce vehículos mejor que mis ojos. En el tsunami descubrimos que la diferencia entre la vida y la muerte puede estar en tener energía, electricidad para que funcione un hospital de campaña cuando nada funciona…».

¿Qué están investigando?
Llevar la descentralización de la generación de electricidad al límite.

¿Minicentrales eléctricas solares y eólicas sobre cada tejado?
Eso ya es antiguo y, por cierto, España es una potencia en renovables. Yo hablo de algo realmente nuevo…Y más individual aún.

¿…?
Estamos transformando en electricidad los pasos de una persona; los latidos de su corazón; su temperatura corporal…

Ya nos contará.
Otro grave problema que tuvimos con miles de ciudadanos fue cómo identificarlos: no teníamos registros ni carnets ni pasaportes y necesitaban, por ejemplo, acceder a su dinero en sus cuentas corrientes…

Al menos la picaresca no es nipona.
Pero el tsunami nos ha servido para superar la huella dactilar, el reconocimiento facial, el ADN o, por supuesto, la firma.

¿No los considera seguros?
La técnica avanza por igual para los buenos que para los malos, los defraudadores, y todas las identificaciones que le he mencionado pueden ser burladas ya con métodos muy recientes.

¿Qué propone?
Cuando investigábamos la conducción automática nocturna a la luz de infrarrojos, un ingeniero de mi equipo señaló mi ropa y me dijo: «¡Jefe, le veo desnudo!».

¿Con risitas?
En realidad, me veía más que desnudo: a la luz de nuestros infrarrojos veía mis venas y a mi sangre circular por ellas.

Curioso.
Y todos tenemos un aparato circulatorio igual, pero en cada uno funciona de un modo absolutamente único.

¿En qué sentido?
La sangre circula a una velocidad diferente en cada uno: tenemos un latido personal.

Parece difícil diferenciarlo.
Para analizar hasta ese detalle un latido de corazón a simple vista se requiere 700 días de trabajo de un superordenador. Ahora ya tenemos un procesador que lo logra en dos.

¿Y la conducción nocturna?
La robótica ha estado demasiado tiempo intentando imitar al hombre. Y es imposible.

¿Y…?
Hay que concentrarse en mejorarlo.

¿Cómo?
La función simbólica es específicamente humana y ningún robot logrará siquiera un resultado mediocre interpretando símbolos.

¿Como cuáles?
Si usted pone los brazos en cruz, son sus brazos, pero son una cruz: el cristianismo. Eso jamás sabrá verlo un robot. Pero verá otras cosas mucho mejor que nosotros.

Por ejemplo…
Cuando conducimos cometemos muchísimos errores de cálculo que cuestan vidas a veces y siempre derroche de combustible.

¿Un robot ve con más precisión?
Es mucho más exacto al calcular la velocidad de un objeto y, por lo tanto, al acelerar.

¿Por qué?
Porque la visión artificial ya es más precisa que el ojo humano al calcular aceleración-velocidad-distancia-tiempo-recorrido…

¿Hay robots maduros para conducir?
Siempre y cuando no los mezclemos con conductores humanos. Ahora mismo ya logramos conducciones más eficientes que las humanas en áreas reservadas a vehículos con sistema automático de conducción.

¿Son más eficientes en qué?
Usted programa recorridos con GPS y el conjunto de robots llevará todos los vehículos antes y con menos consumo a todos los destinos. Es el futuro de la circulación.

¿Áreas de conducción automática?
Y no sólo urbanas. Estamos instalando lectores de matrículas capaces de distinguir cada coche incluso en las peores condiciones de visibilidad con nieve, polvo o lluvia.

Ahora en cualquier parking una cámara lee tu matrícula.
Le hablo de miles de coches y matrículas circulando a alta velocidad a la vez y en movimiento por áreas extensas: un sistema que permitirá casi cualquier combinación de conducción automática y humana.

Así podríamos echar siestas al volante.
El sistema de infrarrojos del que le hablaba y la visión automática con una cámara instalada en todos los vehículos permite detectar nuestros cambios en la tensión antes de caer en el sopor: disparan una alarma que evitan los accidentes por dormirse conduciendo. Y, ahora, mire a nuestro osito…

Monísimo.
Es capaz de reconocer 300 expresiones faciales del catálogo que hemos elaborado. Si lo aprieta, le tomará la tensión, la temperatura y con la cámara de su nariz enviará todas sus constantes vitales y su aspecto a un equipo médico en cualquier lugar.

Animalito.
Lo empezamos a desarrollar cuando nos dimos cuenta de lo difícil que era diagnosticar a distancia en situaciones de emergencia como las del tsunami.

¿Por qué es un osito?
Es más amable que cualquier otra apariencia robótica. Y además, todos los niños y muchos adultos están más cómodos con el osito que con el médico.

Fuente: La Vanguardia. Aportado por Eduardo J. Carletti

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