El retrato más antiguo del mundo: hace 26.000 años, alguien talló un rostro de mujer en un colmillo de mamut

Hace veintiséis mil años en la República Checa, uno de nuestros antepasados de la era glacial seleccionó un trozo de marfil de mamut y talló este enigmático retrato de una mujer, el más antiguo jamás encontrado

Al exhibir objetos que son obras de arte en lugar de hallazgos arqueológicos, una nueva exposición en el Museo Británico de Londres espera que nos ayude a ver a éstos y a sus creadores con nuevos ojos.

Los ancestros humanos datan de millones de años, pero la evidencia más temprana de la mente humana produciendo imágenes simbólicas como forma de expresión creativa no va más allá de los 100.000 años. Esta evidencia proviene de África: la exposición explora el amanecer del arte representativo en Europa y demuestra que, incluso antes de las notables pinturas de la cueva de Lascaux, en Francia , los seres humanos fueron capaces de hacer un trabajo tan sutil como el expresivo rostro de arriba.

«Al observar las más antiguas esculturas y dibujos europeos estamos viendo la profunda historia de cómo nuestro cerebro comenzó a almacenar, transformar y comunicar ideas como imágenes visuales», dice Jill Cook, curador de la muestra. «La exposición mostrará que podemos reconocer y apreciar estas imágenes. Incluso si sus mensajes e intenciones se pierden para nosotros, la habilidad y el arte todavía sorprenderán al espectador.»

Cocine apunta a una escultura figurativa de marfil de mamut de 23.000 años de edad, de Lespugue, Francia, que está también en la exposición. Pablo Picasso estaba tan fascinado con sus cualidades cubistas que guardaba dos copias de la misma. «Esta figura demuestra un cerebro visual capaz de abstracción, la cualidad esencial necesaria para adquirir y manipular el conocimiento que sustenta nuestra capacidad de analizar lo que vemos», dice Cook.

La muestra Arte de la Edad de Hielo: Llegada de la mente moderna, se llevará a cabo en el Museo Británico, Londres, del 7 febrero al 26 mayo.

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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