Se estima que cada año ocurren cien mil persecuciones policiales por año a alta velocidad por las carreteras y autopistas de los Estados Unidos, en un número que no ha cesado de crecer. Si bien las persecuciones policiales son muy excitantes por televisión, también tienden a ser peligrosas para todos los implicados: la policía, el sospechoso que es perseguido, y las personas inocentes a todo lo largo del hecho. El costo en lo económico es enorme: en los EEUU se gastan cientos de millones de dólares por año debido a los pagos de seguros, cuentas médicas, compensación a los trabajadores y salarios perdidos
Se estima que hasta un 85 por ciento de los sospechosos que se ven involucrados en una persecución policial de alta velocidad no son delincuentes violentos. Muchos de ellos simplemente tienen violaciones de tráfico pendientes en su registro y, tontamente, creen que pueden evitar el cumplir con ellas dejando atrás a la policía.
En la actualidad, una compañía de Virginia, EEUU, llamada StarChase comercializa un dispositivo del mismo nombre que apunta a volver obsoleta la persecución policial a alta velocidad. El sistema StarChase consta de un proyectil de seguimiento con un receptor miniaturizado GPS, transmisor de radio, fuente de alimentación y un lanzador de aire comprimido con una guía láser que puede ser operado a mano, o montado en un coche de policía.
Cuando un sospechoso está tratando de huir en un automóvil, la cosa funciona así: la policía dispara un dispositivo de localización de aproximadamente el tamaño de una pelota de golf, recubierto con un compuesto pegajoso altamente eficiente que hace que se adhiera al auto del sospechoso. Una vez que el coche en fuga fue etiquetado por medio del lanzador de aire, su posición se puede seguir en tiempo real a través del sistema de posicionamiento global (GPS), con datos transmitidos por un transmisor de radio en el dispositivo StarChase. La posición del sospechoso se superpone a un mapa en el centro de seguimiento policíal.
La policía puede entonces liberarse de la persecución del sospechoso y utilizar el sistema StarChase para seguirle la pista. En lugar de una persecución a alta velocidad, con el riesgo inherente a la vida y la propiedad, la policía puede planear tranquilamente y ejecutar una estrategia de intercepción. El sospechoso puede ser detenido con sólo cerrarle el camino en el lugar adecuado.
Buscando aprovechar los beneficios de la tecnología, varios cuerpos de policía de Estados Unidos están probando este sistema de disparo a los coches que persiguen de unas balas con GPS, entre ellos el Departamento de Policía de Los Angeles, la policía del Estado de Iowa y el cuerpo de policía de la ciudad de St. Petersburg en Florida.
En la ficción se suele presentar tecnología con anticipación. Hemos visto dispositivos así desde los 60 en las películas de James Bond, y una versión de tecnología bastante más elevada en la ciencia ficción de una de las películas de La Guerra de las Galaxias. En el Episodio II: El Ataque de los Clones, Obi-wan Kenobi lucha con el cazarrecompensas Jango Fett en el planeta Kamino. Cuando Fett despega con su nave, Obiwan toma puntería y dispara un señalizador de rastreo que se adhiere a la nave de Fett. El dispositivo de localización Jedi permite que Obiwan lo siga a jango Fett a través de campos de asteroides y también por el hiperespacio.
El planteamiento de Starchase puede ser bastante efectivo y adoptarse ampliamente en todo el mundo, en especial en las urbes muy pobladas con sistemas de autopistas, en todo entorno donde haya posibliidad de fuga a través de caminos veloces y donde la circulación o las personas que habitan cerca pueden quedar en riesgo por las maniobras tanto del perseguido como de los perseguidores. Eso sí, hay que tener en cuenta que el cañón tiene un precio de 5.000 dólares y cada una de estas balas especiales 500; por lo tanto, está claro que el sistema no caerá muy dentro de todos los presupuestos si los policías no poseen una afinada puntería, y no son muy precisos en su juicio para evitar el gasto en aquellas situaciones que se pueden solucionar de manera convencional.
Fuente: Starchase. Aportado por Eduardo J. Carletti