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Clarke’s Third Law, cortometraje español de ciencia ficción

El cortometraje de ciencia ficción «CLARKE’S THIRD LAW» es una producción española que reflexiona sobre la búsqueda del ser humano de la magia y los porqués de la existencia en nuestro día a día. La narración utiliza la vida del escritor Arthur C. Clarke como base de esta historia, guiando al espectador con imágenes evocadoras en un viaje a un futuro mágico y al mismo tiempo real

CLARKE’S THIRD LAW,
producido por Legua Editorial y Valen Arts
Noviembre 2014
Grabado en Valencia (España)
Género: Fantasía/Ciencia Ficción
Duración: 6,42 min
Idioma: Inglés
Subtítulos: Castellano
Sonido: Digital 5.1

SINOPSIS

En 1917, el futuro maestro de la ciencia-ficción Arthur C. Clarke es un niño obsesionado por el cielo estrellado y por la posibilidad de vida extraterrestre.

Tras su juventud, en que vivió la Segunda Guerra Mundial en Londres, su retiro a Sri Lanka para bucear (sin duda, para sentirse como un astronauta) y su conversión en uno de los escritores más importantes del mundo, llegando a participar, junto a Stanley Kubrick, en el guión de «2001, una Odisea Espacial».

Tras su muerte sin haber obtenido respuesta a la confirmación de la existencia de vida extraterrestre, Arthur muere, pero la vida sigue. Pero debido a las tensiones diplomáticas, se desata una guerra nuclear en la tierra cuya destrucción devuelve a la humanidad al neolítico.

Miles de años después, un muchacho vestido con pieles encuentra el telescopio con el que Arthur miraba el cielo: la prueba inequívoca de una civilización extraterrestre…

CREANDO A ARTHUR C. CLARKE

A partir de una iniciativa privada e inspirados por el guión del escritor Salvador Rubio, comenzó esta aventura que involucró a un gran equipo de profesionales para materializar el deseo vital del escritor Arthur C. Clarke por encontrar, fuera de los límites de lo conocido, una mágica civilización extraterrestre.

Este cortometraje de cienfia-ficción y fantasía esconde en su narrativa un aviso sobre las enormes capacidades constructivas y destructivas del Ser Humano, específicamente, el poder de la imaginación, la ciencia y la técnica, que pueden dar como resultado las creaciones más avanzadas o la destrucción más devastadora.

DISEÑO DE PRODUCCIÓN: PASADO, PRESENTE Y FUTURO

La mezcla de numerosas y espectaculares localizaciones como Londres en la Segunda Guerra Mundial, las profundidades de un templo submarino en Sri Lanka, el Espacio Exterior, la Tierra tras un Apocalipsis… han sido los retos que desde diseño de producción se han encontrado en este proyecto. Donde no ha llegado la mano de nuestro equipo de arte, les han tomado el relevo desde Virtual Art a través de la recreación de espacios en 3D y 2D. Por ello, gran parte de la grabación fue integrando el chroma con los sets reales.

ELEMENTOS REALES: CREATIVIDAD Y RIGOR HISTÓRICO

Los equipos de vestuario y maquillaje/peluquería han disfrutado recreando al personaje real de Arthur C. Clarke en las distintas etapas de su vida: 1920, 1941, 1960, 1990… Además en situaciones muy características, como en el ejército, buceando, etc.

En este proyecto tanbién ha habido cabida para el elemento fantástico, creando al personaje Vishu, un ser humano del año 3325…

COMPOSICIÓN MUSICAL Y EMOCIÓN A TRAVÉS DEL SONIDO

En este proyecto se ha cuidado tanto el elemento visual como el sonoro, creando una banda sonora específica para la obra, así como un diseño de sonido y mezcla de máxima calidad.

Además, se ha diseñado pensando en envolver al espectador, a través del sistema 5.1, transportándolo así a un nuevo universo.

DIRECTOR: Javier Valenzuela

Director de cine formado en la Escuela de Cine de Barcelona. Ha dirigido las producciones OLVIDO, Reclutas y 9:30 por las que ha sido premiado y nominado en múltiples festivales.

Actualmente, trabaja en varios ambiciosos proyectos de ficción entre los que se encuentran un thriller psicológico ambientado en la Segunda Guerra Mundial llamado ORGÍA y un largometraje tragicómico con referentes claros como American Beauty y Azuloscurocasinegro. El filme es PARAISO.

Paralelamente desarrolla su carrera como realizador en publicidad y videoclips. Ha dirigido spots para marcas reconocidas como PlayStation.

Es profesor de dirección en la Escuela de cine de Valencia.

Es socio fundador de la productora Valen Arts donde sigue creciendo y, demuestra su talento como cineasta profesional.

PRODUCTORA: Ana Camacho

Productora formada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Valencia, se especializó en el mundo empresarial a través de varios másters superiores.

Ha ocupado puestos de dirección y coordinación de marketing en empresas privadas, tanto a nivel nacional como internacional.

Actualmente es socia de Valen Arts y desempeña labores de Producción de proyectos cinematográficos y audiovisuales, desarrollando el concepto Cinema 360º que tiene como objetivo fomentar la industria cinematográfica.

GUIONISTA: Salvador Rubio

Escritor, guionista madrileño, ha sido finalista del prestigiado Premio SGAE de Guión Julio Alejandro, trabaja en cine, televisión, animación y cómic, encontrándose en la actualidad escribiendo y coescribiendo varios largometrajes, para compañías como Alta Films, Potenza Producciones, Gona Films y The Thinklab.

Ha trabajado extensivamente en animación para clientes como Ink Apache o The Disney Channel Iberia. Ha ganado diversos premios de guión y el corto de animación «Checkout», escrito y codirigido por él, fue multipremiado y preseleccionado para los Premios Goya 2010.

Es Licenciado en Historia del Arte por la Universidad Complutense y Master en Guión de Cine y Tv por la Carlos III.

En 2012 publicó su primera novela «Zíngara: Buscando a Jim Morrison» en Suma de Letras (Grupo Santillana), uno de las editoriales en español más importantes del mundo.

VFX SUPERVISOR: Javier Horrillo

Fundador de la empresa Virtual Art, es especialista en el diseño y supervisión de efectos visuales en proyectos cinematográficos. Técnicas como digital matte painting, rotoscopia, camera tracking, Chroma key. modelado 3D, texturizado, iluminación, render, etc. se encuentran entre las labores que su equipo ubicado en Valencia realiza para empresas de todo el territorio nacional.

Entre los últimos trabajos realizados se encuentran proyectos como EL NIÑO (Daniel Monzón), LA HERMANDAD (Julio Martí) y cortometrajes como LA ROPAVEJERA y THE OTHER SIDE.

ÀNGEL FIGOLS

Actor, director y autor dramático, Àngel es un artista que ha desarrollado su carrera desde el año 1996. En el teatro hemos podido verle en su última obra «El gran arco», en cine ha participado en largometrajes como «Diari d’un malalt d’amor», de Samuel Sebastián y «El coche de pedales», de Ramón Barea. En la pequeña pantalla ha conocido la fama con su papel en la serie valenciana «L’Alqueria blanca «.

Premios:
– Nominación mejor bailarín: «Laika». Premis Teatres Generalitat Valenciana 2008.
– Premio mejor actor de reparto por «El cuarto paso», premios de Teatres de la Generalitat Valenciana 2007.
– Premio mejor actor por «Poética», Festival Alacant a Escena 2003.

SOBRE LAS EMPRESAS PRODUCTORAS

LEGUA EDITORIAL basa su filosofía de trabajo en la búsqueda de la máxima calidad en todos sus aspectos. Calidad en la selección de los proyectos y en su diversificación de actividades e inversiones.
Inicialmente nace como editorial literaria con una fuerte apuesta por el álbum ilustrado tanto infantil como para jóvenes y adultos, con ideas innovadoras como Art&Words, una colección de narrativa ilustrada de especial diseño y contenido. Para conocer más sobre su faceta como editorial literaria puede visitar estas dos páginas:

www.leguaeditorial.com http://www.onredbooks.com/

A partir de 2013 su interés por los proyectos culturales, le acerca a un proyecto de serie de animación stop-motion desarrollado en la Comunidad Valenciana, llamado Clay Kids’ (creador Javier Tostado). En esta serie que ha cosechado un gran reconocimiento internacional, Legua Editorial participa financieramente, sin involucrarse en el aspecto de producción.

A través de esta primera incursión en el sector audiovisual, ha querido realizar un acercamiento más ejecutivo al ámbito cinematográfico, ya que su objetivo es convertirse en productora cinematográfica y potenciar la industria en nuestra Comunidad.

De esta forma surgió la iniciativa de realizar el cortometraje Clarke’s Third Law, desde un punto de vista profesional y apostando por una explotación y distribución innovadora, con el objetivo de parte del retorno de la inversión realizada.

Es importante destacar también el aspecto social y de educación en valores que suman a algunos de sus proyectos, estando adscritos varios de ellos a diversas ONG’s como la de Alzheimer, Autismo, etc.
El lema de la empresa: Corazón del XIX, Razón del XXI, que hace referencia a ese gusto por el detalle, por lo exquisito, pero siempre teniendo en cuenta las necesidades del mundo actual y los medios y recursos que este nos proporciona.

Arte + Industria: Concepto CINEMA 360º

Desde la productora cinematográfica Valen Arts (fundada en 2009) se quiere fomentar la unión entre arte e industria en el sector cinematográfico, potenciando así todas las fases de creación, producción y distribución.
Esta productora genera proyectos de ficción con un elemento fundamental en cada uno de ellos: materializar mensajes que valgan la pena transmitir.

Entre los que se encuentran los cortometrajes 9:30 y ORGÍA y el largometraje en fase de desarrollo PARAÍSO.

Defienden la calidad argumental, visual y general del proyecto: cine de calidad.

 

 

INDUSTRIA: significa proyectos rentables, fluidez en los procesos de creación y producción, apertura e innovación en la distribución y promoción de la obra para obtener beneficios y un ROI para las personas involucradas.

Para ello fomentan el concepto CINEMA 360º, desarrollando al ma´ximo la fase de ventas y marketing para diseñar una obra eficaz y contundente, que consiga una visibilidad multitudinaria. Un proyecto 360º de marketing y comunicación, comprende una promoción en todas las fases: pre-producción – rodaje – postproducción y distribución.

Fuente: Gacetilla. Aportado por Eduardo J. Carletti

El creador del robot de Perdidos en el Espacio, Robert Kinoshita, falleció en diciembre a los 100 años

Robert Kinoshita, el creador del icónico robot de la serie de televisión Perdidos en el Espacio y de Robby the Robot en el cine, falleció el 9 de diciembre

Como el diario informó Los Angeles Times, a principios de esta semana un amigo de la familia confirmó su muerte. Kinoshita, que vivió hasta los 100 años de edad, era el director de arte de varias otras series de televisión y películas como Sea Hunt («Caza Submarina» en Argentina) y Bat Masterson.

Sin embargo, su obra más reconocida fue, sin duda, el robot que acompañó a la familia Robinson en «Perdidos en el espacio» (Lost In Space) que decía la famosa línea «¡Peligro, peligro Will Robinson!» La línea se convirtió, y aún continúa siendo así, en una referencia famosa de la cultura pop en otros programas de televisión, películas y música. Se dice que el diseño del robot tomó muchas referencias visuales de una creación anterior de Kinoshita, que fue Robby el Robot del clásico de 1956 Forbidden Planet (Planeta Prohibido).

Perdidos en el Espacio fue una serie de televisión que se emitió desde 1965 hasta 1968 en la cadena CBS. La aventura de ciencia ficción seguía a los Robinsons, una familia de seres humanos que viajaba por todo el cosmos en lo que era, de hecho, la primera colonia espacial de la Tierra.

 

 

Fuente: Comicbook. Aportado por Eduardo J. Carletti

Interestelar: ¿ciencia o ficción?

El astrofísico Kip Thorne, que asesoró a Christopher Nolan para la elaboración de la película, ha logrado nuevos hallazgos sobre agujeros negros gracias al trabajo que realizó para el filme

En busca de una nueva Tierra

«La exploración del espacio es vital porque en el futuro podría evitar la desaparición de la Humanidad, gracias a la colonización de otros planetas». Hace tres meses, poco antes del estreno de Interstellar, Stephen Hawking defendía con estas palabras la necesidad de seguir desarrollando tecnologías cada vez más potentes para viajar al Cosmos, en una entrevista exclusiva que concedió a El Mundo. No cabe duda de que el profesor Hawking suscribiría la visión del astronauta Cooper, el personaje que interpreta Matthew McConaughey en la película, cuando le dice a su hija que «nuestro destino está en las estrellas».

El punto de partida de la prodigiosa fábula cinematográfica dirigida por Christopher Nolan es que nuestra especie se encuentra al borde de la extinción debido al deterioro del ecosistema terrestre, hasta el punto de que prácticamente ya no quedan tierras cultivables. Ante esta amenaza extrema, a la Humanidad sólo le queda una última esperanza para sobrevivir: encontrar un hogar alternativo en el cosmos, un planeta B habitable. A muchos espectadores todo esto quizás les suene a pura ciencia ficción, pero lo que plantea la película de Nolan —cuyo guión ha contado con el asesoramiento del gran astrofísico estadounidense Kip Thorne— no es ninguna tontería.

El actual director científico de la NASA, John Grunsfeld, aseguraba a este periódico el pasado mes de junio que «si queremos asegurar la futura supervivencia de la Humanidad, antes o después tendremos que dejar la Tierra». En primer lugar, según este físico y ex astronauta, es prácticamente seguro que «en algún momento nuestro planeta sufrirá el impacto de un asteroide devastador». Además, para Grunsfeld es casi una certeza que «el clima cambiará hasta el punto de convertir la Tierra en un lugar inhabitable, ya sea por causas naturales o provocadas por nosotros». La ciencia de Hawking» target=»_blank»>Interstellar, un documental del Discovery Channel basado en un libro firmado por el propio Kip Thorne, también resalta un hecho incontestable: nuestro Sol tiene fecha de caducidad y eventualmente se apagará como todas las estrellas. Así que, antes o después, como dice el científico de la NASA que interpreta Michael Caine en la película, tendremos que diseñar una misión «no para salvar el mundo, sino para abandonarlo», si queremos evitar nuestra extinción.

Pero, ¿hasta qué punto es realista pensar que existen otras tierras habitables ahí fuera? Si tenemos en cuenta que, tan sólo en nuestra galaxia, hay entre 100.000 y 400.000 millones de estrellas, y que —según ha demostrado en los últimos años el telescopio espacial Kepler— la inmensa mayoría de las estrellas van acompañadas de un sistema planetario, parece más que razonable pensar que en muchos de estos mundos debe existir vida. De hecho, según el director del Observatorio Astronómico Nacional, Rafael Bachiller, se calcula que hay «al menos 8.800 millones de Tierras potencialmente habitables» (es decir, ni demasiado lejos ni demasiado cerca de sus estrellas, y por lo tanto con una temperatura que puede permitir la presencia de agua líquida y quizás organismos vivos).

Pero además, como explica Bachiller, si más allá de nuestra galaxia sabemos que hay unos 100.000 millones de galaxias observables, y asumiendo que la Vía Láctea tiene una cantidad de planetas dentro de la media, «obtenemos un número de 100.000 billones de planetas potencialmente habitables en el universo observable». Por lo tanto, el planteamiento inicial de Interstellar tiene un sólido fundamento científico. Aunque todavía estemos lejos de poder conseguirlo, antes o después no tendremos más remedio que buscar un planeta B en el Cosmos para garantizar la futura supervivencia de nuestra especie, una vez que la Tierra se vuelva inhabitable.

Un atajo cósmico: el agujero de un gusano

A pesar de que hay muchísimas posibles tierras alternativas en el inmenso océano del Universo, el problema es que están demasiado lejos para que podamos convertirlas en nuestro nuevo hogar. Todos los posibles planetas B que se han identificado se encuentran «a distancias insalvables», explica el astrónomo Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona. A su velocidad actual, Voyager 1 —la sonda de la NASA que más lejos ha llegado en la historia de la exploración espacial, traspasando incluso los confines del Sistema Solar— necesitaría centenares de siglos para llegar a Alfa Centauri, el sistema estelar más cercano a la Tierra. Por eso, como admite Rafael Bachiller, «aunque se desarrollen tecnologías para aumentar la velocidad de los viajes espaciales, es difícil imaginar que se llegue a ganar un factor 100, por lo que los viajes interestelares son sólo un sueño».

Para superar este desafío, los guionistas de la película de Nolan —muy bien asesorados por al astrofísico Thorne— recurren a un agujero de gusano, una especie de atajo cósmico que teóricamente podría existir, según la Teoría de la Relatividad General de Einstein. La imagen que se usa habitualmente para explicar este hipotético túnel en el espacio-tiempo es que si el Universo fuera una manzana, una hormiga podría llegar en poco tiempo desde un extremo a otro a través del agujero formado por un gusano, sin tener que rodearla. Esto es justo lo que hacen los astronautas de Interstellar: logran llegar a otra galaxia casi en un abrir y cerrar de ojos gracias a uno de estos pasadizos. Sin embargo, a pesar de que el diseño del agujero de gusano está basado en cálculos matemáticos reales elaborados por Thorne, la realidad es que a día de hoy, no hay absolutamente ninguna evidencia experimental que haya demostrado la existencia de este fenómeno.

Gargantúa: el agujero negro más realista

El aspecto científico de Interstellar que más han elogiado y aplaudido los astrónomos de todo el mundo ha sido Gargantúa, el agujero negro al que llegan los astronautas de la película en su búsqueda de un nuevo hogar planetario. De hecho, Kip Thorne ha explicado que la representación de este sumidero cósmico supermasivo fue el resultado de un año entero de cálculos y simulaciones informáticas realizadas por un equipo de 30 personas y miles de ordenadores. Este trabajo científico fue tan exhaustivo que los expertos ya consideran a Gargantúa la recreación más realista jamás lograda de un agujero negro hasta la fecha. Thorne incluso asegura que las ecuaciones que elaboró durante meses para asesorar a los guionistas de la película son tan novedosas que le van a permitir publicar al menos dos trabajos científicos en las revistas especializadas de Astrofísica. Interstellar, por lo tanto, no sólo es una ficción bien fundamentada desde el punto de vista técnico, sino que ha aportado nuevos hallazgos sobre la estructura de los agujeros negros a los propios científicos que ayudaron a elaborar el guión.

«Gargantúa es precioso. Simplemente magnífico. La física subyacente es impecable», asegura el astrónomo Javier Armentia. Al mismo tiempo, sin embargo, los expertos consideran totalmente inverosímil el hecho de que los astronautas de la película se aproximen tan peligrosamente a las fauces de un agujero negro sin acabar devorados y desintegrados. «La película olvida la potente radiación que se origina en el disco de acreción de un agujero negro. Tal y como han detectado nuestros telescopios, esos discos son fuentes de rayos gamma y X muy energéticos que tendrían un efecto muy nocivo sobre cualquier objeto que circule por su entorno», explica Rafael Bachiller.

El paso del tiempo es muy relativo

Los héroes de Interstellar viven en carne propia uno de los principios más revolucionarios descubiertos hace más de un siglo por Einstein: la medida del tiempo es relativa, y depende (entre otros factores) del campo gravitatorio en el que se realiza la medida. Por ese motivo, para los astronautas sometidos a la intensa fuerza del agujero negro al que se aproximan, el tiempo se dilata muchísmo con respecto al que transcurre para los seres queridos que han dejado atrás en la Tierra. En uno de los planetas que exploran, una hora sobre su superficie equivale a siete años en el nuestro. De nuevo en este terreno, la película ha contado con el asesoramiento de Thorne, un gran experto en la materia, y todo lo que les ocurre a los protagonistas tiene una sólida base científica. De hecho, la dilatación gravitacional del tiempo es algo que ya se observa hoy de manera rutinaria en los relojes atómicos que van acoplados en los satélites a diferentes altitudes sobre la Tierra. «Al estar emplazados en diferentes potenciales gravitatorios, esos relojes muestran tiempos diferentes: el tiempo transcurre más rápidamente para los de mayor altitud», explica Rafael Bachiller. Hasta tal punto es así, que los satélites del sistema GPS se programan para corregir ese desfase.

Un mundo exótico con olas gigantes

Una de las imágenes más hipnóticas y apabullantes de la película es el planeta que orbita en torno a Gargantúa, donde los astronautas se ven acorralados por unas colosales olas del tamaño de un rascacielos. Según ha explicado el propio Kip Thorne, un mundo que se encuentra en las profundidades del llamado «pozo gravitatorio» de un agujero negro, y por lo tanto sometido a fuerzas intensísimas, podría hipotéticamente generar este impresionante fenómeno. Sin embargo, algunos expertos, como el astrónomo y divulgador Neil De Grasse Tyson —conocido por presentar la nueva versión de la famosa serie televisiva Cosmos— han señalado que aún en el caso de que existieran olas gigantes por la fuerza de un agujero negro, jamás tendrían la forma tan vertical que se ve en la película.

Otros científicos, como el astrofísico Roberto Trotta, profesor del Imperial College en Londres, directamente descartan que un ser humano pudiera sobrevivir un solo segundo en un planeta con las fuerzas gravitatorias necesarias para generar semejantes olas. «Si intentaras aterrizar sobre su superficie», señala Trotta en un artículo publicado por The Guardian, «la gravedad sería tan fuerte que te aplastaría de inmediato».

Viajar al pasado en una quinta dimensión

Desde el punto de vista científico, sin duda el momento más atrevido e inverosímil de Interstellar es la escena en la que el astronauta Cooper, tras adentrarse en las tripas de Gargantúa, acaba penetrando una quinta dimensión en la que puede ir hacia adelante y hacia atrás en el tiempo: un pasillo infinito en el que pasado, presente y futuro se convierten en otra dimensión espacial más, donde se puede avanzar o retroceder, e incluso intervenir para intentar cambiar los acontecimientos del ayer o el mañana. Aunque evidentemente se trata de una mera especulación sin ninguna prueba empírica, el hecho es que algunas teorías actuales de la cosmología han propuesto la hipotética existencia de dimensiones exóticas y universos paralelos.

El astrónomo Neil De Grasse Tyson lo ha explicado así en un vídeo sobre la ciencia de Interstellar: «En nuestra experiencia cotidiana, tenemos acceso a las tres dimensiones espaciales, en las que nos movemos libremente (para adelante, atrás, arriba, abajo…), mientras que en la cuarta dimensión del tiempo somos prisioneros del presente: no podemos avanzar hacia el futuro ni retroceder hacia el pasado. Sin embargo, teóricamente podría existir una quinta dimensión en la que toda nuestra vida se desplegaría ante nosotros de la misma manera que las tres dimensiones del espacio a las que estamos acostumbrados. En esa quinta dimensión, no tiene sentido preguntar ‘¿cuándo nací?’ o ¿cuándo morí?’, porque, de hecho, siempre estás naciendo y siempre te estás muriendo. Toda tu vida está ocurriendo a la vez y puedes tener acceso a cualquier momento e incluso intentar cambiar los acontecimientos».

Para muchos espectadores, esta escena seguramente sea la más peliculera de toda la trama de Interstellar. Por su parte, el astrónomo Bachiller reconoce a este periódico que «aunque se trate de ideas muy estimulantes que admiten un tratamiento matemático riguroso, no tenemos a día de hoy ninguna prueba experimental de que tales dimensiones y/o universos simultáneos existan realmente».

 

 

Adelanto… ¡ATENCIÓN!

Interstelar (Interstellar), la película de Christopher Nolan, imagina un futuro en el que la Humanidad se ve obligada a buscar un planeta alternativo para sobrevivir, debido al imparable deterioro del ecosistema terrestre. Para hallar este nuevo hogar en el cosmos, un grupo de astronautas se embarca en una odisea espacial en la que viajan a través de un agujero de gusano y acaban ante las fauces de un agujero negro. El héroe de esta aventura vive en carne propia la relatividad del tiempo y se adentra en una quinta dimension que le permite viajar al pasado. Interstellar es una ficción, pero en su guión y diseño artístico ha participado el gran astrofísico Kip Thorne, quien logró nuevos descubrimientos gracias al trabajo que realizó para el filme.

Fuente: El Mundo (Pablo Jáuregui) y otros sitios. Aportado por Eduardo J. Carletti

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