El telescopio Herschel descubre escombros congelados rodeando estrellas similares al Sol

Nuevas imágenes pueden revelar análogos del cinturón de Kuiper de nuestro Sistema Solar

Un observatorio de vuelo ha tomado las primeras imágenes ultra-nítidas de anillos de detritos congelados alrededor de estrellas similares al Sol. Los anillos con forma de rosquilla parecen ser análogos al cinturón de Kuiper, el reservorio de cometas y otros cuerpos congelados que se encuentra en el sistema solar exterior.

Los anillos observados recientemente son remanentes del proceso de formación de los planetas o fueron generados por una colisión de planetas. Para fotografiar los cinturones, los astrónomos usaron el Observatorio Espacial Herschel de rayos infrarrojos, que tiene el mayor espejo colector de luz del espacio, y es exquisitamente sensible a este polvo frío, del tamaño de un grano de arena.

«Las imágenes del Herschel son las mediciones de mayor resolución del infrarrojo lejano que se han hecho en discos de detritos similares al cinturón de Kuiper», dice el astrónomo George Rieke de la Universidad de Arizona, Tucson, que no participó en el estudio.

René Liseau del Chalmers Institute of Technology en Suecia, Carlos Eiroa de la Universidad Autónoma de Madrid en España y sus colegas publicaron en Internet su hallazgo de cinturones de detritos rodeando a dos estrellas similares al Sol el 19 de mayo, y reportaron evidencia de cinturones rodeando otras estrellas el 20 de mayo. Algunos de sus hallazgos aparecerán en la revista Astronomy & Astrophysics.

Una de las estrellas similares al Sol, llamada q1Eridani o HD 10647, se encuentra a 57 años-luz de la Tierra y tiene un planeta del tamaño de Júpiter orbitando a dos veces la distancia que hay entre la Tierra y el Sol. El brillante anillo tiene una temperatura de 30 grados kelvin, se encuentra a un promedio de 85 unidades astronómicas de la estrella (1 unidad astronómica, UA, es la distancia Tierra-Sol) y tiene casi 40 UA de ancho. En comparación, el cinturón de Kuiper de nuestro sistema solar, ubicado más allá de la órbita de Neptuno, se encuentra a una distancia de entre 30 y 55 UA del Sol.

Las fuertes emisiones de q1Eridani, registradas con el Satélite Astronómico Infrarrojo en 1983, ya habían indicado la presencia de un cinturón de detritos que emitía radiación infrarroja. Aunque era lo esperado «es lindo ver un cinturón real», dice Alycia Weinberger del Instituto Carnegie para la Ciencia en Washington, DC. «Herschel es el primer telescopio que tiene la resolución espacial y la sensibilidad a una longitud de onda de 100 micrómetros para convertir las emisiones infrarrojas en verdaderos cinturones o discos».

Liseau y sus colegas informaron sobre un cinturón mucho más débil que rodea la estrella Zeta2 Reticuli, a unos 39 años-luz de la Tierra. El cinturón se encuentra a una distancia promedio de 100 UA de la estrella, que alberga un planeta.

Weinberger dice que la existencia de este segundo cinturón es más dudosa. «El gran nivel de asimetría del cinturón fotografiado, la temperatura tan fría del polvo y la posibilidad de confusión con un objeto del fondo me generan una sensación de intranquilidad».

«Sin embargo, las imágenes del Herschel proveen la mejor estimación de la masa de detritos del disco y del tamaño de sus granos. El observatorio también tiene más probabilidad de vislumbrar un cinturón de Kuiper tenue y lejano, similar al del sistema solar», añade Weinberger.

Los astrónomos creen que el cinturón de Kuiper se formó hace varios miles de millones de años cuando alguno de los planetas exteriores, más juntos en ese entonces, se lanzó súbitamente en el camino de una formación pre-existente de escombros planetarios, empujando a los detritos hacia fuera, y transformándola en un reservorio con forma de anillo. Weinberger dice que, comparando los muchos ejemplos de cinturones de Kuiper que se esperan encontrar con el telescopio Herschel con la ubicación de grandes planetas exteriores alrededor de estrellas similares al Sol, los astrónomos podrán saber si ocurrió una historia similar en otros sistemas planetarios.

Fuente: Science News. Aportado por Eduardo J. Carletti

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