Entrevista con Buzz Aldrin: A colonizar Marte

El astronauta de la misión Apolo afirma que debemos olvidarnos de la Luna, y que hay que colonizar Marte

En abril, el presidente Obama viajó al Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida, para revelar los detalles de su nueva estrategia para la NASA, así como para el futuro de los vuelos espaciales en los EE.UU. Sentado junto al presidente en el Air Force One estaba Buzz Aldrin, que en julio de 1969 se convirtió en el segundo hombre en caminar sobre la luna. La disposición de los asientos era la apropiada, puesto que ambos hombres comparten una meta común para el programa espacial nacional: llegar a Marte a mediados de la década de 2030.

Al igual que Obama, Aldrin se opone a la estrategia establecida por el presidente Bush en 2004 para hacer que los seres humanos vuelvan a la superficie lunar en 2020. La piedra angular del plan de Bush para la NASA era el programa Constellation, que incluía la construcción de dos nuevos cohetes—el Ares I para trasladar a seres humanos a distancias orbitales, y el Ares V para el transporte de carga pesada—y un vehículo de exploración tripulado llamado Orion. Sin embargo el programa se retrasó y superó el presupuesto inicial. En enero, Obama dio a conocer una nueva propuesta de presupuesto que incluía un aumento del presupuesto de la NASA en 6 mil millones durante los próximos cinco años, aunque finalizaba con el programa Constellation.

La reportera de Technology Review Brittany Sauser preguntó recientemente a Aldrin sobre sus ideas acerca del futuro de los vuelos espaciales humanos en los EE.UU..

TR: ¿Por qué no volver a la Luna?

Buzz Aldrin: Exploramos la Luna hace 40 años, y ahora el desarrollo debería llevarse a cabo por robots por razones científicas, comerciales, y de seguridad. Básicamente, no veo un beneficio financiero que justifique el coste de enviar seres humanos de EE.UU. y cohetes de vuelta a la Luna; es una pérdida de décadas y cientos de miles de millones de dólares.

TR: En vez de eso, ¿en qué debería centrarse la NASA?

BA: El objetivo debería ser una presencia permanente en Marte para 2035. Eso sucedería 66 años después de que Neil Armstrong y yo aterrizamos en la Luna por primera vez, y nuestro aterrizaje ocurrió 66 años después del primer vuelo de los hermanos Wright. Marte es claramente la mejor ubicación de residencia permanente al margen de la Tierra, y podemos trasladarnos allí en caso de que alguien o algo haga que la Tierra explote. Tendremos un lugar que garantice la supervivencia de la raza humana. Eso significa que los seres humanos que vayan allí se comprometerán a permanecer allí—los billetes de sólo ida serán técnicamente más fáciles y menos costosos, y nos harán llegar antes.

TR: Pero eso va a llevar años. ¿Cuál debería ser la estrategia de transición de la NASA?

BA: El Ares 1 y el Ares V deben ser cancelados, y en su lugar deberíamos construir un sistema de lanzamiento evolutivo que sustituya al trasbordador, y que se podría llamar algo así como Ares III [y transportaría tanto personas como carga pesada]. Orión debería seguir siendo desarrollado como vehículo de emergencia para la estación espacial, tal y como afirmó el presidente. Mientras tanto, también quiero sugerir que en lugar de retirar los trasbordadores [a finales de 2010] y comprar viajes con los rusos durante cinco, seis, o siete años para llegar a nuestra estación espacial de 100 mil millones, una situación altamente indeseable, deberíamos extender los vuelos de los cinco trasbordadores orbitadores restantes hasta 2015.

TR: El plan del presidente también se basa en gran medida en la industria espacial comercial para proveer el transporte de la tripulación y la carga a la estación espacial. ¿Cree usted que es una buena idea?

BA: Sí, lo creo. Los vehículos comerciales también ayudarán a llenar el vacío, para que podamos desarrollar nuevos vehículos de lanzamiento y naves espaciales para el aterrizaje en pistas para los años posteriores a 2015, lo que nos acercaría al umbral de Marte.

TR: ¿Cómo vamos a llegar a Marte en 2035?

BA: Construyendo el sistema de transporte definitivo: una nave espacial llamada Aldrin Cycler, que di a conocer por primera vez en 1985. Realiza ciclos entre la Tierra y Marte. Las naves espaciales se pueden conectar a este sistema, y podríamos usarlo para volar junto a un cometa tan pronto como en 2018. Después, en 2020, podríamos viajar a un objeto cercano a la Tierra. Tendríamos que construir relevos de combustible y comunicaciones en vuelo antes y durante este tiempo, y aumentar las visitas a los asteroides.

En 2025, aterrizamos sin tripulación en Fobos [una luna de Marte] con algunos elementos de habitabilidad. Llevamos a seres humanos allí durante un año y medio en 2027; en 2029 por un año y medio; y en 2031, llevamos a tres personas que no volverán. En 2031, seis personas procedentes de la Tierra se unirán a las tres de Fobos y después continuarán hasta convertirse en los primeros en aterrizar en Marte en 2033 ó 2035.

TR: Sin embargo, no se ha alcanzado un consenso en torno a Marte como destino final. ¿Ha hablado con otros influyentes astronautas del Apolo que se oponen a la terminación de Constellation?

BA: Durante mucho tiempo he estado abierto a conversaciones con otros astronautas, especialmente los 24 astronautas, 18 de los cuales todavía están vivos, que llegaron a la Luna. No obstante ese grupo exclusivo no tiene ningún tipo de organización coherente. Estoy formando un concepto nebuloso, pero muy necesario, para crear una organización que yo denomino como Unified Strategic Space Enterprise. Estaría integrada por personas altamente respetadas que ayudarían al desarrollo de la política espacial nacional.

TR: Da la sensación de que hemos estado discutiendo sobre el futuro del programa espacial de los EE.UU. desde hace décadas.

BA: En realidad sólo hemos estado debatiendo los aspectos de los vuelos tripulados dentro de la exploración; ¿dónde enviamos a los humanos de EE.UU.? Sin embargo existe la robótica, la estación espacial, los avances tecnológicos como la capacidad de repostar en vuelo, y otras cosas en las que pensar.

Fuente: Technology Review. Aportado por Eduardo J. Carletti

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