Indicios de que podrían existir diamantes en la Antártida

Geólogos australianos informaron este martes que han descubierto por primera vez en la Antártida depósitos de la roca ígnea que produce diamantes

En un trabajo publicado en la revista Nature Communications, el equipo informó del hallazgo de kimberlita en las montañas Príncipe Carlos en la Antártida Oriental. Sin embargo, un tratado internacional prohíbe la actividad minera en el continente. Expertos sugieren que el frío, la oscuridad y la lejanía pueden impedir que la extracción sea económicamente viable.

Un bonito anillo con un trozo de hielo de la Antártida en él, hay que admitirlo, tendría un cierto atractivo. Los científicos han confirmado por primera vez que la corteza de la Antártida contiene kimberlita, una roca ígnea que suele albergar diamantes. La Antártida es el último reducto en el que se descubren; cada continente en la Tierra contiene kimberlitas, y en algunas partes del mundo se extraen diamantes.

Los investigadores australianos informan hoy en Nature Communications que las kimberlitas, que se encuentran en el norte de las montañas Prince Charles, se originan en la vasta zona de kimberlita de Gondwana, que data de hace 120 millones de años durante el período Cretácico. Estas rocas son, pues, de la misma fuente que las kimberlitas que se encuentran en todos los principales continentes que se separaron partir de Gondwana: África, India, América del Sur y Australia.

Rocas Protegidas

Las tres muestras de kimberlita que fueron encontradas —una en un afloramiento rocoso en las montañas del príncipe Carlos, y otras dos en rocas cercanas— en sí mismas no contienen diamantes. Pero están clasificadas como «Grupo Uno», en base a su composición, lo que las hace más propensas a contener diamantes que otros tipos de kimberlitas.

La Antártida está protegida contra la minería en el marco del Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente del Tratado Antártico, uno de los muchos acuerdos internacionales que rigen las actividades en la Antártida. Firmado en 1991, el tratado «prohíbe explícitamente cualquier actividad relacionada con la extracción de recursos minerales, excepto con fines científicos».

El tratado va a ser revisado en el año 2041. Sin embargo dadas las enormes dificultades logísticas que presenta la minería en la Antártida, es poco probable que el atractivo de los diamantes significase la caída del acuerdo, dice Teal Riley, geólogo que trabaja en la British Antarctic Survey: «Incluso entre los Grupo Uno de kimberlitas, sólo 10 por ciento o algo así son económicamente viables», por lo que sigue siendo un gran paso extrapolar que este último hallazgo se asocie en el futuro con cualquier actividad de extracción de diamantes en la Antártida.




Fuente: BBC Mundo y otros sitios. Aportado por Eduardo J. Carletti

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