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Una súper-Tierra potencialmente habitable se encuentra a sólo 14 años luz de distancia

El equipo de la UNSW hizo el descubrimiento usando observaciones de Wolf 1061 recogidas por el espectrógrafo HARPS en el telescopio de 3,6 metros del Observatorio Europeo del Sur en La Silla, en Chile

Astrónomos de UNSW Australia han descubierto el planeta potencialmente habitable más cercano que se encontró fuera de nuestro Sistema Solar hasta el momento, que orbita una estrella a sólo 14 años luz de distancia.

El planeta, con más de cuatro veces la masa de la Tierra, es uno de los tres que el equipo detectó alrededor de una estrella enana roja llamada Wolf 1061.


El exoplaneta Wolf 1061c, recién descubierto, orbita una estrella enana roja en la constelación de Ofiuco sólo 14 años luz de distancia. Crédito de la imagen: NASA / Ames / JPL-Caltech

«Es un hallazgo particularmente emocionante porque los tres planetas son de masa suficientemente baja como para ser potencialmente rocoso y tienen una superficie sólida, y el planeta medio, Wolf 1061c, se encuentra dentro de la zona «Ricitos de Oro», donde podría ser posible la existencia del agua líquida —y tal vez incluso la vida—, de existir», dice el autor principal del estudio de la UNSW Dr. Duncan Wright.

«Es fascinante mirar a la inmensidad del espacio y pensar que una estrella tan cerca de nosotros —un sistema vecino cercano— podría alojar un planeta habitable.

«Aunque se han encontrado algunos otros planetas que orbitan estrellas más cerca de nosotros de lo que está Wolf 1061, los planetas no son considerados como remotamente habitables», dice el Dr. Wright.

Los tres planetas recién detectados orbitan la estrella pequeña, relativamente fría y estable aproximadamente con ciclos de cada 5, 18 y 67 días. Sus masas son, al menos, de 1,4; 4,3 y 5,2 veces la de la Tierra, respectivamente.

El planeta exterior más grande cae justo fuera del límite exterior de la zona habitable y también es probable que sea rocoso, mientras que el planeta interior más pequeño está demasiado cerca de la estrella para ser habitable.

El descubrimiento será publicado en The Astrophysical Journal Letters.

El equipo de la UNSW hizo el descubrimiento usando observaciones de Wolf 1061 recogidos por el espectrógrafo HARPS en el telescopio de 3,6 metros del Observatorio Europeo del Sur en La Silla, en Chile.

«Nuestro equipo ha desarrollado una nueva técnica que mejora el análisis de los datos de este instrumento caza-planetas que fue construido especialmente preciso, y hemos estudiado más de una década de observaciones de Wolf 1061», dice el profesor Chris Tinney, cabeza del grupo de ciencia exoplanetaria en la UNSW.

«Estos tres planetas justo al lado de nosotros se unen a la pequeña pero creciente fila de mundos rocosos potencialmente habitables orbitando estrellas cercanas más frías que nuestro Sol».

 

 

Se sabe ahora que los planetas rocosos pequeños como el nuestro son abundantes en nuestra galaxia, y los sistemas multi-planeta también parecen ser comunes. Sin embargo, la mayoría de los exoplanetas rocosos descubiertos hasta ahora están a cientos o miles de años luz de distancia.

Una excepción es Gliese 667Cc, que se encuentra a 22 años luz de la Tierra. Orbita una estrella enana roja cada 28 días y es al menos 4,5 veces más masivo que la Tierra.

«La proximidad de los planetas alrededor de Wolf 1061 significa que hay una buena probabilidad de que estos planetas pueden pasar a por frente de la cara de la estrella. Si lo hacen, entonces puede ser posible estudiar las atmósferas de estos planetas en el futuro para ver si serían conducentes a la vida», dice el Dr. Rob Wittenmyer miembro del equipo de la UNSW.

Fuente: Astronomy Now. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Diez mundos fuera del Sistema Solar con atmósferas muy diversas

Tienen características en común, pero el análisis de su composición ha revelado una inesperada variedad de atmósferas. Se trata de 10 exoplanetas, es decir, planetas fuera del Sistema Solar, de una clase que denominan júpiter calientes porque tienen características parecidas a las de Júpiter pero temperaturas mucho más altas al estar situados mucho más cerca de sus estrellas que Júpiter del Sol

Esa corta distancia a sus respectivas estrellas impide que estos mundos alberguen algún tipo de vida, aunque la presencia de agua en su superficie tiene implicaciones para las teorías sobre cómo se formaron, según explican los autores de un estudio publicado esta semana en la revista Nature. Y también, esa cercanía con su estrella dificulta que puedan ser estudiados con detalle.

El análisis, realizado con los telescopios espaciales Hubble y Spitzer, ha permitido resolver un misterio que intrigaba a los astrónomos: por qué algunos exoplanetas del tipo júpiter caliente parecían contener menos agua que otros. Según explican los autores de esta investigación, la aparente falta de agua en sus superficies se debe probablemente a la presencia de nubes o brumas en su atmósfera que ocultarían ese agua.Se trata de la primera vez que se estudian y comparan tantos jupíter calientes de manera conjunta para averiguar la composición de sus atmósferas.

Los mundos analizados son WASP-12b, WASP-6b, WASP-31b, WASP-39b, HD 189733b, HAT-P-12b, WASP-17b, WASP-19b, HAT-P-1b y HD 209458b.

De estos 10 planetas, sólo tres habían sido estudiados con detalle hasta ahora, por lo que los astrónomos se refieren a esta investigación como el mayor catálogo de espectros de atmósferas de exoplanetas.La combinación de ambos telescopios espaciales les ha permitido estudiar estos planetas, que tienen medidas, masas y temperaturas distintas, con una gran variedad de longitudes de onda.

Comparar planetas

«Estoy realmente emocionado de poder ‘ver’ finalmente este amplio grupo de planetas juntos. Es la primera vez que hemos tenido suficiente cobertura de longitudes de onda para ser capaces de comparar múltiples características de estos planetas. Hemos descubierto que las atmósferas planetarias son mucho más diversas de lo que esperábamos», declaró David Sing, investigador de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, y autor principal del estudio.

Cuando el planeta pasa delante de su estrella, su atmósfera deja una especie de huella única y distinguible en la luz emitida por la estrella, que es visible desde la Tierra y es la que usan los científicos para determinar qué tipo de elementos y moléculas, incluida las de agua, están presentes en ella. También les permite distinguir entre los exoplanetas que tienen nubes y los que no.

 

 

El análisis reveló que, a pesar de que aparentemente los exoplanetas sin nubes mostraban fuertes indicios de agua, las atmósferas de aquellos jupíteres calientes con indicios más débiles de agua también contenían nubes y brumas que impiden que el agua presente en su atmósfera sea ‘visible’.

Los astrónomos sostienen que sus resultados descartarían la posibilidad de que estos mundos no tengan agua y refuerza la idea de que simplemente las nubes tapan el agua y dificultan que los instrumentos de los telescopios puedan detectarla. El futuro telescopio James Webb, que la NASA planea lanzar en 2018, permitirá estudiar con más detalle la composición de las atmósferas de los planetas fuera de nuestro sistema solar.

Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti

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El instrumento CARMENES supera su fase de pruebas y comienza a buscar planetas como la Tierra

Se diseñó para buscar planetas de tipo terrestre en la zona de habitabilidad, o región en torno a una estrella donde las condiciones permiten la existencia de agua líquida

A día de hoy se han detectado más de 2.000 planetas fuera de nuestro Sistema Solar, casi todos ellos hostiles para el desarrollo de vida debido a su tamaño o a la extrema proximidad a su estrella. El proyecto CARMENES, impulsado por un consorcio de 11 instituciones alemanas y españolas y coliderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se diseñó para buscar planetas de tipo terrestre en la zona de habitabilidad, o región en torno a una estrella donde las condiciones permiten la existencia de agua líquida. Tras cinco años de desarrollo y superada la fase de pruebas, el instrumento se halla listo para buscar una segunda Tierra desde el telescopio de 3,5 metros del Observatorio de Calar Alto en Almería, dependiente del CSIC y la Sociedad Max Planck.

Los planetas, al girar en torno a su estrella, producen en ella ligeros movimientos oscilatorios que, si se miden con la precisión adecuada, desvelan la existencia de esos planetas. Sin embargo, la búsqueda de planetas de tipo terrestre en torno a estrellas similares al Sol resulta compleja porque las oscilaciones son tan pequeñas que no se pueden detectar con la tecnología actual.

«Por eso buscaremos planetas en torno a enanas rojas, estrellas más pequeñas que ofrecen las condiciones para la existencia de agua líquida en órbitas cercanas y en las que sí podemos detectar las oscilaciones producidas por planetas similares al nuestro», explica Andreas Quirrenbach, investigador del Landessternwarte de la Universidad de Heidelberg (Alemania), que encabeza el proyecto.

«Sin embargo, las enanas rojas son mucho más frías y rojizas que el Sol, de modo que teníamos que observar tanto en el visible como en el infrarrojo, lo que constituye una de las fortalezas de CARMENES: ningún otro instrumento del mundo puede hacer esto», apunta Pedro Amado, investigador del CSIC en el Instituto de Astrofísica de Andalucía. Esta peculiaridad le permitirá evitar los falsos positivos en la detección de planetas, habituales al confundir las señales de la actividad estelar y otros mecanismos físicos intrínsecos a la estrella con la existencia de planetas. CARMENES podrá confirmar los hallazgos sin necesidad de otras comprobaciones.

Un mínimo de 600 noches de observación

El Observatorio de Calar Alto ha garantizado un mínimo de 600 noches de observación en el mayor de sus telescopios para CARMENES. «Con CARMENES en funcionamiento, Calar Alto se convertirá en una referencia internacional en la búsqueda de planetas de tipo terrestre y se situará en la vanguardia de la instrumentación astronómica», señala Jesús Aceituno, vicedirector del Observatorio.

CARMENES es un instrumento único en el mundo también porque detectará variaciones de velocidad en el movimiento de estrellas situadas a una gran distancia con una precisión del orden de un metro por segundo.

El instrumento ha sido desarrollado por un consorcio de 11 instituciones españolas y alemanas. En España participan el Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC), que colidera el proyecto y ha desarrollado el canal infrarrojo, el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC), la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto de Astrofísica de Canarias y el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA). Ha obtenido financiación de la Sociedad Max-Planck, el CSIC, el Ministerio de Economía y Competitividad y la Junta de Andalucía, entre otros organismos.

 

 

Las once instituciones que forman el consorcio CARMENES son:

  • Max-Planck-Institut für Astronomie, Heidelberg (Alemania)
  • Instituto de Astrofísica de Andalucía, Granada (España)
  • Landessternwarte Königstuhl, Zentrum für Astronomie der Universität Heidelberg (Alemania)
  • Institut de Ciències de l’Espai, Barcelona (España)
  • Insitut für Astrophysik, Georg-August-Universität Göttingen (Alemania)
  • Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Astrofísica (España)
  • Thüringer Landessternwarte Tautenburg (Alemania)
  • Instituto de Astrofísica de Canarias, Tenerife (España)
  • Hamburger Sternwarte, Universität Hamburg (Alemania)
  • Centro de Astrobiología, Madrid (España)
  • Centro Astronómico Hispano-Alemán, Calar Alto (Alemania / España)

Fuente: Teleprensa. Aportado por Eduardo J. Carletti

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