El regreso de Osiris - Tributo a Alberto Contreras
Alberto Contreras (1942-1979), inolvidable creador de El regreso de Osiris

Alberto Contreras nació el 26 de noviembre de 1942, en el Hospital Rivadavia de Buenos Aires, dos años después del casamiento de sus padres, Nicanor Contreras y Aurora Julia Ríos.

"Mi padre fue un gran caricaturista", cuenta Aurora Contreras, la hermana de Alberto (seis años menor que él), quien actualmente vive en Concepción del Uruguay. "Trabajó en el viejo diario La Razón, en Crítica y en Noticias Gráficas. Alberto y yo crecimos viéndolo dibujar en el tablero, rodeado de lápices, de acuarelas, de plumines y tinta china".

Pasión por la lectura

"Mi padre le inculcó a Alberto el amor por la lectura", recuerda Aurora. "Así que de pequeño, leyó Tarzán , 20.000 leguas de viaje submarino, Los tres mosqueteros y La Guerra y la paz. Todo libro de aventuras que traía nuestro padre era leído con gran avidez por Alberto".

Así fue como poco a poco fue creciendo su imaginación. "Tendría once o doce años cuando hizo a modo de historieta, Los tres Mosqueteros. Recuerdo muy bien sus dibujos sobre gladiadores. Luego comenzó a leer pequeños libros de bolsillo de ciencia ficción", dice Aurora.

"Empezó a dibujar paisajes de la luna, con cohetes en la superficie lunar. Tenía en su infancia un amigo tan ŽlocoŽ como él . Ambos coleccionaban corchos y chapitas. Eran cientos de corchos y chapitas que desplegaban a modo de ejércitos sobre el piso del patio de la casa que habitábamos Y allí armaban batallas con cañones y soldaditos que eran derribados por aviones".

Alberto y Aurora crecieron en un conventillo de la calle México 1638, en Capital Federal. Aún existe esa casa. Alberto hizo sus estudios primarios en una escuela llamada Fray Cayetano Rodríguez, que estaba ubicada frente a esa dirección.

Su incursión en la ciencia-ficción

"A los trece años, el genio de Alberto ya comenzaba a perfilarse. Se interesó por la astronomía y se hizo socio de Amigos de Astronomía . En las noches claras me enseñaba donde estaba Marte, o me señalaba alguna constelación. También me hablaba del Area 51 y yo me maravillaba. En cierta forma me influenció para que hoy día, me interese todo lo relacionado a Ciencia Ficción. De hecho, creo en la vida extraterrestre".

Alberto empezó a leer sobre la Segunda Guerra Mundial. Con el tiempo llegó a ser erudito en la materia. Entre sus pasatiempos favoritos se destacaba armar maquetas de aviones y portaaviones. A los 15 o 16 años, su habitación estaba poblada de fotos de aviones, de barcos y de chicas. Hasta en su techo había pegado fotos. Y las maquetas poblaban los muebles.

"Le encantaba escuchar música clásica, así como jazz" recuerda Aurora. "Mi padre escuchaba también esa música. Cuando ponía música clásica se paraba frente al Winco y parodiaba a un director de orquesta. Daba entradas a los músicos imaginarios y con la batuta llevaba el ritmo de la música. Luego se haría fanático de los Beatles, como yo".

En 1955, luego de la llamada "Revolución libertadora", se mudaron a una casita que había comprado don Nicanor en Villa Tesey, partido de Morón, en el barrio "Gente de prensa", ya que don Nicanor era periodista gráfico. "Allí vivía toda la gente relacionada con el medio de prensa; fotógrafos, periodistas o archivistas, locutores y demás", dice Aurora.

"Cuando Alberto terminó la primaria, mi padre quiso que estudiara un bachillerato, pero Alberto no concurría a la escuela. El quería ser dibujante. Así que luego de algunos incidentes familiares, prevaleció la idea de Alberto y comenzó a estudiar diseño gráfico en la escuela de Quinquela Martín, en el barrio de La Boca, y terminó sus estudios".

Años más tarde fue convocado al servicio militar obligatorio, en el BM6 motorizado, en Neuquén. Ingresó el 4/3/1963 y egresó el 13/4/1964. Fue una época muy dura para él, lejos de la familia . Pero así y todo enviaba cartas donde a modo de historieta relataba sus "aventuras "militares en la cocina del cuartel, o contaba cuando hacía guardia en las bardas, en plena soledad de montaña.

Luego del servicio militar, comenzó a trabajar en "Franca Publicidad" y allí conoció a quién luego sería su esposa. Se especializaba en diseño gráfico.

Encuentro con Neil Armstrong

"En esa época se carteaba con los astronautas de la Nasa y era frecuente que llegaran a casa, cartas de las distintas misiones espaciales", dice Aurora. "Creo que su mayor orgullo fue estrechar la mano de Neil Armstrong cuando visitó Buenos Aires. Ese día recuerdo que llegó a casa con su mano derecha envuelta en una bolsa de plástico. Dijo que desde entones ya no se lavaría más la mano. Tenía un humor muy especial y fue muy querido por todos. De la amistad hizo un culto".

Alberto tuvo dos hijos: Martín (nacido en 1971) y Franca (1974).

Publicó sus primeras historietas en el diario La Razón, más exactamente, en la revista "Ayer, hoy y mañana".

El domingo 1° de julio de 1973, el diario Clarín publicó, en la retiración de contratapa, la primera tira de "El regreso de Osiris", con guión y dibujo de Alberto Contreras, destinada a ser su obra máxima, que aparecería en forma diaria durante casi 6 años.

En los años siguientes también escribió esporádicamente guiones de historietas de aventuras para la editorial Columba, más precisamente para las revistas DŽArtagnan y El Tony.

El 12 de febrero de 1979, los lectores de Clarín recibieron la mala noticia: Alberto había fallecido víctima de un derrame cerebral, a los 36 años. El último cuadro de la tira decía:

Alberto Contreras, el autor de esta fantaciencia, ha dejado de existir ayer, víctima de un derrame cerebral. Su esposa nos ha hecho llegar un mensaje que Contreras redactó premonitoriamente y que expresa lo siguiente: "Perdón, lector, el cerebro y la mano que guiaban a Osiris se han detenido. Quiera Dios que algún día podamos reencontrarnos. Gracias".


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