Correo 115
Estimado Eduardo: Descubrí Axxón por accidente hace unos tres o cuatro años, mientras navegaba en Internet. Recuerdo que en "El cuento elegido" había un relato panfletario que no me gustó; tal vez fue por eso que me alejé hasta que re-descubrí el sitio el año pasado, vi cómo funcionaba y me volví habitué. Desafortunadamente no tengo conexión propia, así que tengo que conformarme con bajar el .zip de la revista en algún cibercafé o kiosco y apenas le presto atención a secciones on-line que me interesan, como "Futuros" o "Zapping". Te cuento que, aunque no soy un neófito en esto de la CF, sí lo soy en lo que respecta al aspecto literario. Mis principales referentes del género venían del cine y la TV (ahora que leo CF "de verdad", me doy cuenta de que he vivido equivocado en muchas cosas). Pese a esto, he tenido la suerte de publicar un par de relatos en concursos locales en la ciudad de Rosario. El año pasado, gracias a un negocio de compra y venta de libros usados cercano a donde estudiaba Diseño Gráfico, empecé a pagar mi deuda. Frente a mis ojos pasaron autores célebres como Clarke, Bradbury y Asimov, además de otros de los que lamento no haber oído antes: Theodore Sturgeon, John Brunner, Gardner Dozois, Harlan Ellison, Alfred Bester y tantos otros. En ese mismo negocio encontré un ejemplar llamado "Lo mejor de la ciencia ficción argentina", antología realizada por Pablo Capanna en la que descubrí, entre otros, a Carlos Gardini, Sergio Gaut vel Hartman, y a ti, amigo Eduardo. Obran también en mi poder sendos ejemplares de "Péndulo" y "Parsec"; es realmente lamentable que no hayan sido más longevos, pero sabés mejor que yo que en nuestro querido país la CF es under a su pesar. Bueno, cumplimentadas las formalidades de rigor, vamos ahora a la sustancia de esta carta, que es la de todo el género epistolar: la exigencia y el mangazo. Estuve haciendo un poco de arqueología de entrecasa, bajándome los primeros números de la revista (la interfaz DOS tiene un encanto peculiar para los que llevamos varios años con la PC) y me sorprendió que no estuvieran disponibles todos los ejemplares. Me interesa particularmente el número 0, saber cómo se presentó Axxón al mundo, leer aquel primer editorial (que seguramente contrasta notoriamente con los actuales, pero ése es otro tema). ¿Por qué no están? ¿Hay alguna manera de conseguirlos que no sea rastrear por todo el globo a alguien que los tenga? Para terminar, te mando unos cuentos de mi autoría (uno de ellos lo remití hace un par de meses al taller de Axxón, y aprovecho para insistir por este lado). Sí, ya sé que estás muy ocupado y que estás cansado de que todos te pidan lo mismo, pero realmente agradecería un diagnóstico profesional para saber si tengo algún futuro en el mundillo de la CF, o si definitivamente tengo que irme a cultivar mandioca al altiplano. Saludos. Andrés F. Diplotti AXXÓN: Veo que por un cuento podemos perder un lector, al menos por un tiempo. ¿No será mejor participar, mandando una carta y opinando en ella? Sé que pido mucho. Es un fenómeno típico de Internet: hay tanto material que algún criterio debemos aplicar, y si algo no nos gusta de entrada, ¡chau sitio! (yo hago lo mismo, no te preocupes). Con respecto a lo que me contás de los autores que has ido leyendo, bueno, te envidio. Empezar y tener la oportunidad de leer a tantos grandes es un placer que me gustaría volver a vivir. Luego se acaba el material histórico y hay que empezar a leer lo que va saliendo... y uno no siempre sale contento. Lo de los números viejos de Axxón ya está arreglado. El material que me mandaste está esperando su turno de lectura, así que queda decirte muchas gracias. Como verás, el correo está muy pequeño, esta es la única carta... Desde que abrimos la Lista Axxón se han anotado enormidad de personas, y por esto muchas opiniones que antes se intercambiaban por el Correo ahora se presentan y discuten día a día en la Lista. No me pareció razonable extraer textos de opinión de ella para ponerlos aquí, ya que son medios diferentes. Espero que alguno de los "Listeros" mande de vez en cuando una carta para este Correo. No sea que lo dejemos huérfano... Eduardo J. Carletti |