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Andernow
Waquero
CONTENIDO
TEATRO DE REVISTAS
      El hombre de las nieves
      10º aniversario de Spawn
JUEGOMANÍA
      Doom 3
      Lovemoon
VAYAMOS POR PARTES, FRANKIE
      La Pared Delgada, Waquero
LA LUNA DE HUESO, La Strega
      Ondinas
LA LUNA DE PAPEL, La Strega
      Un demonio muy especial
      La Luna de Miel: Las ondinas
EL LABORATORIO DEL DOCTOR ELEPHANT
      Blood: The Last Vampire
LA CUARTA PARED
LA BROCHA
CUENTOS
      El patito feo, Diego Escarlon


—¡Waquero! menos mal que apareciste
—¿Qué pasa Moony?
—No-no sé cómo explicarte... Pero estoy sintiendo algo raro... como tenebroso.
—¿No tendrá que ver con el Guanaco?
—No, no lo creo. Creo que se trata de... ¡Un fantasma!
—Mmmm... Mejor dejáme ver, por dónde anda el Guanaco.


TEATRO DE REVISTAS

—¡Guanaco! Guanaco sé que andas por acá, dejá de hacerte el payaso.
—¡WAQUERO! ... ¿Cómo andás?
—¿Me tenías que gritar en la oreja? Sacáte esa sonrisa estúpida de la cara. ¿Qué sabés de un supuesto fantasma?
—No, nada. ¿Un fantasma?
—Guana...

 
El hombre de las nieves

Norma editorial / 52 págs. / Color.
Una obra alejada totalmente de la línea clásica Manara, es decir, las esculturales mujeres que los lectores hemos podido admirar en El Clic, WWW, Camino oculto o Desnuda por la ciudad. Milo Manara y el guionista Alfredo Castelli arrancan El hombre de las nieves con la historia del periodista Kenneth Tobey, del Daily Telegraph, quien formó parte de la expedición al Himalaya en 1922 dirigida por Charles Bruce.


Desde la primera página Manara, nacido en la ciudad italiana de Bolzano hace 55 años, y Castelli nos introducen en el gélido mundo de los sherpas, del Everest, del Himalaya a través de los ojos de los míticos expedicionarios Mallory y el coronel Howard-Bury. Los sherpas que acompañaron a los dos montañeros en su trágica expedición en septiembre de 1921 tienen la visión del Metch Kangmi, el ‘Hombre de las Nieves’. Desde ahí parte la historia de investigación llevada a cabo por el periodista Tobey, que viaja al mismo Himalaya junto a Bruce. Una fortuita avalancha en donde Tobey queda herido será el desencadenante que le llevará a descubrir el verdadero secreto de El Abominable Hombre de las Nieves.


Un cómic en la línea de El gaucho o Verano indio, en donde Manara, junto al guionista Castelli, demuestran que es posible aún en el siglo XXI, entre tanto Pokemon o Digimon, crear una historia que te mantiene pegado, un auténtico cómic de aventuras.
Destacar la página 32 ó la 46 y 47, en donde se descubre, gracias al dibujo del gran Milo Manara, cómo el Monasterio del Tíbet se convierte por arte de magia de dos páginas en el auténtico centro del mundo. Un gran trabajo de dibujante y guionista que no se esperaba que alcanzasen desde la colaboración de Manara con Hugo Pratt. Un álbum imprescindible.
 
10º aniversario de Spawn

En spawn.com han puesto un minisite dedicado a este acontecimiento. Muy recomendables los wallpapers y la galería, el resto...

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JUEGOMANÍA

—Guanaco, me imaginé que vos eras el Fantasma.
—¿Cómo te diste cuenta?
—La sábana con los dos agujeritos que te cuelga del bolsillo ayudó un poco. ¿Qué pretendes con esta nueva modalidad?
—Pensá un poco Waq... Si logro asustarla a Moony cuando ande cerca va a querer que la abrace.
—Muy ingenioso. ¿Y si no se asusta con lo del fantasma?
—Tengo una foto de William Dafoe lavándose los dientes. Infalible.
—Brrrr... Eso me dio miedo hasta a mí.
DOOM 3

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Casi increíble para todos aquellos que jugamos aterrorizados y fascinados por este gran juego que marcó una época, ahora Id Software nos da información de su juego estrella en una increíble versión.
Todd Hollenshead, CEO de Id software, ha dado detalles acerca del juego que más expectación ha levantado en este E3. Según Hollenshead, Doom 3 no será una secuela de Doom 2, sino que será una remake.
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La historia se localiza enteramente en Marte, y la mayoría de monstruos y enemigos serán los mismos que en el Doom original, aunque con un detalle infinitamente superior. Cada modelo tendrá aproximadamente 100.000 polígonos.
El juego estará más orientado al miedo y el suspenso que a la acción pura y dura. El jugador vagará por pasillos oscuros, llenos de ruidos extraños donde encontrará criaturas horripilantes que le harán temer por su vida y sus nervios. El ritmo del juego será más lento de lo normal, para acentuar la tensión del ambiente.
El foco principal del juego será el modo de un solo jugador, aunque también se incluirá un modo Deathmatch multijugador, con un ritmo más trepidante que la campaña individual.
Técnicamente hay que resaltar el hecho de que se esté diseñando el juego con soporte para sonido Dolby Digital de seis canales 5.1, que ayudarán al jugador a introducirse más aún en el juego.
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LOVEMOON

En los 80’ la hoy desaparecida compañía INFOCOM creó uno de los entretenimientos más exitosos de toda la década, Zork: The Great Underground Empire. Se trataba de una aventura conversacional, sólo texto brillando en una pantalla negra y sin gráficos. (Sí, hoy en día suena increíble). Sin embargo logró capturar miles de adeptos que permanecían pegados a las pantallas. Se llamaban aventuras de texto.
Hoy, más de 15 años después, Virtualnaigth desarrolla un programa increíble muy similar a los que vemos en películas de ciencia-ficción, el LOVEMOON. Una aventura erótica en la cual podremos "charlar" con nuestra mujer deseada y si somos buenos representantes de Casanova podremos conseguir sus favores eróticos.
El sistema de aventura cambia el teclado por el micrófono. La dama elegida charlará con nosotros a través de éste y nos contestará acorde a nuestro dialogo.
Si logramos seducirla, nos espera una agradable noche de amor (al menos de forma virtual). Las damas tienen distintos niveles de inteligencia artificial que podremos elegir, para que nos cueste, poco, mucho, o nada realizar nuestro noviazgo. Pero lo más sorprendente es que si bien el programa viene con algunas damiselas ya preparadas, la novedad es que con sólo cargar una imagen en formato JPG (cualquiera, la que deseemos), el programa automáticamente le da movimiento y voz (de las seis que también podemos elegir), lo que permitiría incluir fotos de famosas o de aquella chica que nunca nos dio bolilla o entrenarnos para el día que nos decidamos a invitarla.
Sólo habrá que esperar a Mayo del 2003 para comprobar nuestras dotes de seductor. Las chicas a no preocuparse, también está la versión para niñas en donde podrán seducir a galanes de la talla de Hugh Grant, Brad Pitt, Waquero o cualquiera de los Backstreet Boys.

—Dejáme ver si entendí bien ¿O sea que si yo uso una foto cualquiera la foto me habla y se enamora de mí?
—Sí, algo así.
—¿Y puedo poner una foto de Moony?
—Mmmmm... se.
—¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII... !!!!


VAYAMOS POR PARTES, FRANKIE

En esta sección ponemos mensualmente una novela en capítulos, por pedido del público, que extrañaba esa incertidumbre de la espera por saber qué va a pasar.

La Pared Delgada
by Waquero

Capítulo 6 – Huellas

A la mañana siguiente busqué a Virginia o al supuesto señor Lagger, pero no encontré rastros de ninguno de los dos en ningún lado.
      —Es curioso que lo pregunte —exclamó el alguacil Kendall. Se lo veía raro esa mañana, en completo estado de sobriedad—. Hoy me pareció ver el Rambler de Lagger estacionado cerca del lago. Pero el señor Lagger nunca maneja de noche (no ve bien, sabe). Pero si así lo desea podemos ir esta tarde para allí y ver de qué se trata...
      No nos llevó demasiado encontrar el carro de Lagger. Estaba aparcado a la vera del lago, cerca de un sauce de aspecto fatigado, cuyas ramas más bajas bebían de las aguas del marjal. El vehículo estaba con sus cuatro puertas abiertas y la portezuela del maletero levantada.
      —Sea lo que sea que había aquí ya no está, pero es obvio que se defendió. Bien... Mire... Huellas de sangre —dijo señalando unas manchas del tamaño de céntimos. Pensé en comentarle en ese momento las extrañas palabras que había oído, pero con la luz del día la noche anterior quedaba más atrás en cada momento, volviendo irreal ese dialogo. Nadie había visto esa mañana al señor Lagger ni a Virginia; ni siquiera la aplicada señora Harris supo darnos algo de información. Y luego estaba lo del auto y esas extrañas marcas de sangre.
      —Quédese por aquí. Llamare por radio pidiendo refuerzos...
      Dos ayudantes, más cuatro o cinco lugareños y yo. pasamos toda la tarde buscando señales del matrimonio Lagger en vano.
      —Es inútil, muy pronto oscurecerá y no podremos proseguir. Mañana continuaremos y conseguiremos más gente.
      Partí preocupado y abatido junto a los demás; dejando solo al comisario Kendall. Cuando uno de los ayudantes le preguntó si nos acompañaría contestó negativamente con la cabeza, con aire ausente.
      Mientras me alejaba giré la cabeza para mirar una vez más al policía. Su silueta se recortaba sobre el ocaso, dándole un aire solitario y vulnerable.
 

Continuará...



LA LUNA DE HUESO

by  La Strega


—Moooony... Moooony... ¡MOONY!
—Ay, perdonáme amorcito... Estaba re-dormida.
—Sí, se te nota en los ojitos.
—¿Qué querías decirme, mi brujita?
—¿Qué sabes de las ondinas?
—¿Las galletitas?
—¡Pero no, gatita de peluche!
—Perdonáme, mi amor, pero me parece que tomé demasiado vodka con leche ayer.
—¿Vodka con leche? Qué mezcla rara...
—No lo tome ni mezclado ni en ese orden, mi amor...
—Mmmmmm... Mejor te cuento.


ONDINAS

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Tienen un alto poder de mimetización e identificación. Pueden aparecer junto a los mares, lagos y ríos convertidas en animales o personas, logrando parecidos extraordinarios y engañando fácilmente al que mira. A veces, el mimetismo llega hasta el extremo de imitar al ser que admiran o envidian.
De su larga tradición sólo recuerdan sus artes mágicas por conveniencia, pero en todo lo demás sorprende que estas criaturas de la naturaleza estén tan terriblemente orientadas al futuro, a lo que vendrá. El pasado y el presente es lo que no se desea, lo que no dio felicidad, lo que se vive con angustia y tristeza.
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El futuro es la posibilidad de amor, de ser queridas y tenidas en cuenta, apreciadas.
Esta nostalgia por el futuro las ha vuelto admirables en el presagio y la profecía. Pueden anunciar con suma facilidad lo que el destino tiene preparado para otros. Sin embargo, no son capaces de lograr el mismo grado de exactitud para sí mismas y sus sentimientos están empañando todo el tiempo la mirada hacia su propio devenir.

—¿Seguís dormida Moony?
—Un poquito, pero me tengo que ir al super a comprar más vodka. Me llevo la moto.
—Pero es indudable que seguís dormida.
—¿Por qué lo decís?
—Por como vas vestidita, o mejor dicho desvestidita...
—Oppss

 



La Luna de Papel
by La Strega
presenta...

UN DEMONIO MUY ESPECIAL

Por Angel Eduardo Milana

Susan se removió inquieta en el sillón, bajo el secador de pelo, mientras pasaba sin ver las hojas de una revista. Cuando estaba concentrada en su trabajo no se daba cuenta, pero cuando se encontraba sin hacer nada, como ahora o, peor aún, antes de dormirse, sentía esa inquietud, cada vez con mayor intensidad. No quería aceptar la causa de su desazón, pero debía hacerlo: la cruda realidad era que necesitaba un hombre. Bueno, no todo un hombre, solamente lo que ellos llevaban entre las piernas. Ella lo necesitaba para calmar ese deseo que la angustiaba, por un tiempo, al menos.
      Hacía tres años que había enviudado y desde unos pocos meses atrás comenzó a sentir la falta de su marido.
      "Pobre George", pensó, "lo único que sabía hacer bien era jugar al golf con los clientes y satisfacer mi necesidad sexual cuando se lo requería".
      Por otra causa no lo extrañaba. Ella había sido siempre muy independiente y se las arregló perfectamente para sacar adelante su negocio de perfumería y su pequeño taller de imprenta para trabajos de alta calidad. No eran gran cosa, pero le permitían vivir cómodamente y sin sobresaltos económicos.
      ¿Qué podía hacer para remediar su problema? Incipiente aún, pero sabía que se tornaría insoportable y tenía que encontrar una solución antes de ello.
      ¿Casarse? ¡Ni pensarlo! No iba a cargar nuevamente con todo un hombre cuando solamente quería utilizar una pequeña parte de él, por un corto período y muy de vez en cuando.
      Los sucedáneos mecánicos le causaban asco y repulsión. Por ese lado no había solución posible.
      Tenía que buscar una pareja transitoria. No podía ser entre sus empleados y dentro del grupo de sus conocidos no había nadie que le resultara adecuado.
      Otra posibilidad era tomarse unas vacaciones ¡que las necesitaba! Tal vez encontrara algún caballero galante y agradable, pero... meterse con un desconocido no le parecía muy conveniente. Podía suceder cualquier cosa.
      Lo ideal sería el marido de alguna amiga, pero ninguno era de su agrado. Aunque... eso no tenía mucha importancia, mientras cumpliera bien su tarea. Además, un tipo casado no podía imponer condiciones.
      Ahora que había aceptado la causa de su inquietud y tomado la decisión de satisfacerla, se sentía más tranquila. El resto era una cuestión operativa y, cuando se ponía en campaña detrás de un objetivo, se sentía realizada.
      Fijó su mirada en la revista y un aviso con letras rojas sobre fondo negro llamó su atención:
      "Si tu problema se soluciona con un hombre, llámame. Soy un demonio que no desea tu alma, solamente tu cuerpo y tu dinero. Satisfacción garantizada." Había un número de teléfono fácil de memorizar.
      Sintió un sofocón, se sonrojó y levantó la mirada para ver si alguien se había dado cuenta del leve temblor de su mano. La actividad en la peluquería era normal y nadie la observaba. Atribuyó el acaloramiento al secador, pero sabía que había sido por la coincidencia entre lo que estaba pensando y el aviso que apareció en el momento exacto.
      Esa noche, al ir a acostarse, recordó el aviso y lo mismo las noches siguientes. Cada vez que lo hacía sentía una palpitación allá abajo, que le pedía que hiciera la llamada.
      Un mediodía no pudo aguantar más y llamó desde su oficina. La atendió un contestador:
      —Disculpa, los demonios no trabajamos de día. Si dispones de diez mil dólares y de una noche libre, déjame tu número telefónico. Será la mejor noche de tu vida. Te espero.
      Cortó sin dejar ningún mensaje.
      —¡Diez mil dólares! ¿Quién se habrá creído que es? —dijo en voz alta, y se respondió en silencio:— Un demonio dijo, pero su voz es la de un ángel. Menos mal que era una grabación, si no le digo que sí, sin pensarlo.
      "Diez mil dólares es una suma muy alta para cualquier persona". "Pero no está fuera de tu alcance". "Al final, soy viuda, no tengo hijos y ¿para qué voy a ahorrar dinero?". "Para tu vejez, estúpida". "Ya soy vieja ahora, si no obtengo una satisfacción de lo que gano, ¿para qué trabajo?"
      Durante varios días estuvo rumiando esos y otros pensamientos similares y a la semana se decidió:
      Llamó y dejó su nombre y número telefónico. Esa misma noche, en el preciso momento en que se estaba acostando, recibió la respuesta. Al oír la voz se le aceleró el pulso y sintió la excitación sexual como si él estuviera junto a ella, acariciándola. A duras penas concertó una cita para la noche siguiente, en un pequeño departamento que ella tenía en Queens. Cuando cortó se quedó temblando como una colegiala. Si eso podía hacerle por teléfono, ¡cómo sería en persona!
      El departamento lo habían comprado como una inversión, hacía mucho tiempo pero, cuando se desocupó, no lo volvieron a alquilar. Ella lo usaba cuando quería aislarse o concentrarse en su trabajo, pues allí no había teléfono y muy pocos de sus empleados y amistades conocían su existencia.
      Él llegó a la hora convenida con un ramo de flores en una mano y una botella de vino en la otra.
      —Hola Susan —saludó, con una sonrisa.
      —¡Guau! —se le escapó a ella al verlo.
      El rostro era suave e ingenuo como el de un niño pero de su cuerpo, atlético aunque no demasiado, emanaba una fuerza viril que la envolvía y la atraía como si estuviera sujeta por un elástico.
      —Hola...
      —Oscar —se acercó y la besó, discretamente, en la mejilla.
      Le tendió las flores y, siempre sonriendo, agregó:
      —Antes que nada, como es posible que me retire mientras estés durmiendo, deja el dinero en lugar visible.
      Eso rompió el hechizo. Buscó en su bolso y le entregó un fajo de billetes, que él dejó sobre una repisa sin mirarlos. Ella se fue a colocar las flores en un jarrón.
      —¿Quieres comer algo? Preparé unos bocadillos.
      —Bueno, pero antes hay que corregir algunas cosas.
      Susan se sobresaltó al oírlo tan cerca suyo, a sus espaldas, porque no había percibido su movimiento, se quedó tiesa y él le acarició los hombros. Se relajó algo y recordó para qué estaban allí.
      Él aflojó el cierre de su vestido, este cayó al suelo y ella quedó en ropa interior. La tomó por los hombros y, sin que se resistiera, la llevó frente a un espejo de cuerpo entero. Lo que vio no le gustó nada. Hacía tiempo que no se contemplaba desnuda: las canas, las arrugas del cuello, las manchas de los brazos y la flaccidez de todo su cuerpo conformaban un cuadro desagradable. Cerró los ojos con fuerza.
      Él le quitó los anteojos con un mano y con la otra le tapó los ojos, luego se los frotó con ambas.
      —¡Mira! —le ordenó, dejando las manos sobre su frente.
      "Sin anteojos no veré nada", pensó Susan y abrió los ojos.
      Se sorprendió, pues veía perfectamente. ¡Las arrugas y las bolsas alrededor de los ojos habían desaparecido! También las arrugas de su frente, cuando él corrió las manos enredándolas con el pelo. Cuando las retiró, las canas también habían desaparecido. Lo mismo ocurrió con las arrugas de su boca, las del cuello y las manchas de los brazos cuando él pasaba sus manos por encima.
      Le desprendió el corpiño y sus pechos, tanto como su ánimo, cayeron fláccidos y chatos. Él los cubrió con sus manos, los apretó en su lugar y, al retirarlas, quedaron erguidos, firmes y redondos como cuando ella tenía veinte años. El corazón le golpeaba furiosamente, llevando sangre y una nueva vitalidad por todo su cuerpo.
      Lo mismo ocurrió con su vientre y con sus nalgas cuando él metió las manos por debajo del elástico de la bombacha.
      Las bajó y quedó al descubierto su pubis recubierto de vello escaso y deslucido. También eso fue cubierto con las manos. Ella se recostó contra él y agradeció la caricia con un suspiro. Cuando se retiraron las manos, el vello estaba abundante y sedoso.
      Las manos bajaron arrastrando bombacha y medias. Lo que quedaba al descubierto eran unas piernas firmes, bien torneadas y sin rastros de várices. Susan dio un paso atrás y quedó descalza y desnuda contemplando, asombrada, su cuerpo rejuvenecido.
      Oscar se corrió al frente, comenzó a besarle las piernas y fue subiendo. Ella las abrió, tomándole la cabeza y deseando que se detuviera allí, pero él siguió por su vientre, sus pechos y su cuello. Cuando ella ardía de deseo y creía que las piernas no la sostendrían más, le llegó su voz, llamándola a la realidad.
      —Ahora sí, podríamos comer y beber algo.
      —Sssí... —atinó a decir y tomó el vestido que él le alcanzaba y que le ayudó a colocarse.
      Un poco más tranquila llegó hasta la cocina y trajo los bocadillos, mientras él descorchaba la botella. Se sentía alegre, ágil y liviana, como flotando en el aire. Comieron y bebieron, hablando de cualquier cosa.
      Estaba en otro mundo. Sin saber cómo, se encontró en el dormitorio, desnuda nuevamente y abrazada al cuerpo, también desnudo, de su compañero.
      Un pensamiento le llegó desde su adolescencia: "El miembro de los demonios es inmenso y quema como fuego". No, no era cierto. El tamaño y la temperatura eran normales para esa situación. Abrió las piernas y lo acomodó entre ellas. ¡Por fin iba a tener lo que necesitaba! Él la recostó y la penetró tan suavemente que ella ni lo percibió. Lo que sí sintió fue una oleada de placer y calor que se extendió por todo su cuerpo, junto con la presión del otro cuerpo y de la cama.
      No sabía si tenía los ojos cerrados o abiertos en la oscuridad, pero su entorno había desaparecido. Sintió que él se derramaba por su alrededor, eliminando con su abrazo el contacto de la cama, mientras más placer y calor la llenaban por dentro.
      Se sintió flotando en el espacio, ella era el centro del universo y el calor se convirtió en luz, que su cuerpo no alcanzaba a contener y se derramaba, iluminando las tinieblas. A su alrededor se iluminaban los planetas y las estrellas palidecían ante su resplandor. El placer y la luz crecían y crecían, su presión llegó a ser tan intensa que su cuerpo no lo soportó y estalló, convirtiéndose en una nova. Sus fragmentos se desparramaron por el espacio y, lentamente, se fueron disolviendo hasta que perdió la conciencia.
      Se despertó oyendo el correr del agua de la ducha. Recordó lo ocurrido la noche anterior.
      "Bien que se ganó los diez mil dólares" pensó. Se levantó y así, desnuda, fue hasta el espejo. Sonrió; todavía se veía joven y rozagante.
      —Lamentablemente, no será permanente —le dijo Oscar desde la puerta del baño—. Está prohibido.
      —Verdaderamente, eres un demonio.
      Lo dijo como una afirmación, pero él lo interpretó como una pregunta.
      —¿Quién, si no, podría haber hecho lo de anoche?
      —Un ángel, tal vez.
      —Somos de la misma especie, pero ellos tienen prohibido hacer lo que hice yo. De hecho, a mí me expulsaron de la Empresa por hacerlo, pero la Competencia me contrató de inmediato.
      Se había estado vistiendo mientras hablaban. Susan quería seguir con las preguntas, pero la cortó:
      —Ya está por amanecer, debo irme. Hasta pronto.
      —A... —iba a decir adiós, pero se corrigió— Hasta pronto.
      La besó en la mejilla, como cuando había llegado, y se retiró, llevándose los diez mil dólares.
      A Susan se le cayeron los hombros en cuanto se cerró la puerta, pero se sobrepuso, volvió a mirase en el espejo y, complacida por lo que vio, se fue a bañar.
      La juventud del cuerpo no le duró demasiado. Nadie le comentó acerca de algún cambio, pero la satisfacción le duró varios meses, hasta que comenzó a sentir nuevamente la necesidad. ¡Eso era un problema grave! No podía gastar diez mil dólares cada vez que necesitara satisfacerla sin endeudarse peligrosamente, y sabía que después de esa experiencia, acostarse con otro hombre sería irrelevante. Aguantó un mes más, hasta que juntó todos sus ahorros, arregló con proveedores diferir algunos pagos y efectuó la llamada telefónica.
      Todo fue como la otra vez, o mejor. El conocimiento de lo que habría de ocurrir y el temor de que no pudiera hacerlo nuevamente le provocaban una excitación adicional.
      Cuando se despertó corrió a abrazarlo bajo la ducha.
      —Disculpa, no hay tiempo para otra sesión y el precio es por una sola vez.
      —Es que... mira... es por el precio... yo no sé si podré, otra vez.
      —No puedo hacer nada en ese sentido. El precio es fijo y no doy crédito —le dijo con dureza.
      Las piernas de Susan temblaban y se aferraba a él para no caerse.
      —Pero —agregó con un tono más suave, mientras se desprendía del abrazo y la ayudaba a sentarse en el borde de la bañera—, puedo hacer otra cosa por ti: te enviaré a un amigo que proveerá la solución.
      Terminó de bañarse, cerró la ducha, se secó y vistió sin prestarle atención, mientras ella, inmóvil y temblorosa, aunque con un dejo de esperanza, contemplaba sus movimientos.
      Tres días después su secretaria le anunció:
      —Un señor que viene de parte de Oscar desea verla, señora.
      Su corazón latió con fuerza. ¿Qué tipo de solución le traería?
      —Hágalo pasar, por favor.
      A su secretaría le sorprendió el "por favor", era raro, pero no dijo nada.
      El recién llegado se presentó como asesor económico y se ofreció para analizar la marcha de sus negocios e indicarle algunos cambios, para que mejoraran sus ingresos. Sus honorarios eran muy discretos, dentro de lo normal.
      —Es más, si usted decide poner en práctica mis sugerencias, podremos diferir el pago hasta que las medidas comiencen a dar resultado.
      Eso la decidió y lo contrató, dando órdenes para que pudiera inspeccionar los libros de contabilidad, así como observar la actividad en la perfumería y la imprenta.
      Una semana después regresó a verla. Ella pensó que le traería un informe encarpetado, pero solamente se presentó con un anotador.
      —Tiene usted dos excelentes negocios potenciales, pero sus clientes están insatisfechos y sus empleados le roban —le dijo a boca de jarro.
      Susan se puso de pie violentamente, le señaló la puerta y no habló porque se había atragantado de indignación. El otro ni se movió.
      —Me explico: sus empleados no le roban metiendo la mano en la caja y llevándose el dinero, lo hacen por falta de eficiencia. Sus clientes están insatisfechos porque desearían comprar más de sus productos, pero usted no los puede abastecer.
      Esto la tranquilizó algo. Se sentó y le dijo:
      —Amplíe su explicación.
      —Tomemos, para comenzar, a su contador: lleva la administración como en la época de las cavernas y usted paga impuestos excesivos. Hay numerosas leyes y reglamentaciones que él desconoce y que le permitirían, en forma absolutamente legal, reducir sustancialmente sus pagos y aprovechar el dinero en su propio provecho, en lugar de dárselo a los burócratas para que lo dilapiden. En este rubro se podría ahorrar un treinta por ciento.
      Ahora se había interesado y le pidió que continuara.
      —El jefe de la imprenta es un viejo que no quiere complicarse la vida con nuevas tecnologías y usted no puede cumplir con todos los pedidos de sus clientes, por eso, a pesar de que sus trabajos son excelentes, no le encargan todo lo que necesitan. Aquí podría duplicar de inmediato y, a corto plazo, triplicar sus ventas.
      Así continuó, enunciando los defectos en sus negocios que le habían pasado desapercibidos, pero que ahora advertía.
      —¿Y qué me recomienda hacer?
      —Como primera medida despedir al contador, al jefe de la imprenta y a la encargada de la perfumería y contratar gente joven y eficiente. Eso va a poner sobre aviso a los otros empleados y mejorarán su eficiencia automáticamente.
      —¡Pero esas tres personas llevan años trabajando conmigo, no puedo dejarlos en la calle! Ellos me ayudaron a levantar el negocio.
      —Sí, pero ahora son el lastre que lo hundirá. Es una cuestión de supervivencia: ellos o sus negocios. Para su tranquilidad de conciencia puede darles una buena indemnización. Se puede conseguir dinero a bajo interés, que el mismo gobierno pone a disposición de las empresas cuando se inicia un proceso de modificaciones para hacerlas más productivas.
      —Pensaré en lo que me ha dicho.
      —Yo no me ocupo de esas tareas, pero esta persona —le entregó una tarjeta— puede llevar a cabo todo el proceso de modernización. Le garantizo que en tres meses obtendrá resultados tangibles. Le haré llegar mi factura pero, si usted encara las modificaciones sugeridas, el pago quedará diferido hasta que obtenga ganancias.
      Susan había tomado nota de lo que le había dicho el asesor. Llamó por teléfono a un antiguo cliente y comprobó que sí, en muchos casos tenía que desviar sus pedidos porque su imprenta no podía cumplir el plazo de entrega deseado. Fue hasta la imprenta y habló con el jefe:
      —Sí, podríamos acortar el plazo de entrega con máquinas más veloces, pero habría que... —y le dio un montón de razones para no cambiar el método de trabajo.
      Una mirada por el local de ventas de la perfumería le mostró que había muchas empleadas holgazaneando. Buscó la tarjeta que le había dado el asesor y contrató a un administrador.
      Los resultados no se hicieron esperar: el primer balance trimestral mostraba un notable aumento de las ventas. Conocía suficiente de contabilidad para advertir que también había muchas deudas, pero los vencimientos estaban bien programados y podían ser pagados holgadamente con las ganancias previstas. Lo mejor de todo era que le quedaba una importante asignación, como para que el pago de los servicios personales de Oscar no fueran una pesada carga.
      El éxito de sus negocios no pasó desapercibido y seis meses después recibió una tentadora oferta de compra por parte de una corporación que administraba cadenas de perfumerías.
      Lo que la decidió por la venta fue que la corporación quería iniciarse en el negocio de las imprentas y le ofrecieron que dirigiera el departamento correspondiente. Tendría que viajar por todo el país comprando talleres, organizándolos o creándolos de la nada. La oferta era un desafío y el trabajo mucho, pero las ganancias serían enormes. Sus gastos personales correrían por cuenta de la corporación.
      Al principio de su carrera ascendente recurrió varias veces a los servicios de Oscar. Cada vez era distinto y quedaba completamente satisfecha. Una vez, incluso, le hizo conocer el horror de sentirse una anciana decrépita, aferrada al cuerpo hermoso y joven de su compañero, tratando de conseguir, desesperada e infructuosamente, una satisfacción.
      Pasaron los años, la corporación creció y con ello su posición. La excitación de los negocios y de las ganancias era suficiente para satisfacer su necesidad sexual. Sus decisiones ahora tenían que ver con millones de dólares y miles de empleados. Ella, que había dudado en despedir a tres empleados, ahora lo hacía con decenas o cientos sin que le temblara el pulso cuando firmaba una orden.
      Más adelante dejó de tener contacto con la gente de trabajo: el dinero afluía con rapidez, el acceso a la información económica y financiera le permitía invertir sus cuantiosas ganancias personales como hacían todos los directivos de su nivel, que hasta invertían en empresas que competían entre sí.
      —Son las reglas del juego —decían.
      De vez en cuando alguno cometía una equivocación grave y perdía todo.
      —El mercado y la bolsa no perdonan. Es la supervivencia del más apto —decían, mientras se arrojaban como buitres sobre los despojos del amigo caído. Ella también lo hacía.
      —Son las reglas del juego —decía éste, consolándose.
      —Ya te recuperarás y vendrás a hacernos compañía de nuevo —decían los otros.
      Si el afectado no era joven, replicaba:
      —Ha llegado el momento de retirarme y pasaré mis últimos años jugando al golf en la Florida o California.
      Todos tenían seguros de retiro que les permitirían afrontar una vejez discreta y sin sobresaltos. Susan también lo tenía y llegó a necesitarlo:
      Había planificado cuidadosamente una serie de inversiones y movimientos de su fortuna personal que le permitirían una gran ganancia. Había tomado en cuenta todas las posibilidades negativas y se lanzó. En lo que no había pensado era que el dictador de un país desconocido, del otro lado del mundo, iba a tomar una pequeña decisión que afectó negativamente a un mercado de capitales próximo y la baja se propagó por el mundo globalizado, amplificándose. El escalón le resultó demasiado alto y tropezó. Si hubiera podido esperar un corto tiempo, se habría salvado, pero una serie de decisiones apresuradas para afrontar los pagos la hundieron aún más.
      —Son las reglas del juego —le dijeron—. Ya te recuperarás.
      No. A su edad no había tiempo ni tenía fuerzas para comenzar de nuevo. Tenía que retirarse del juego.
      Cuando su administrador le presentó las conclusiones de la liquidación de su fortuna, le quedaba el departamento de Queens, unas pocas acciones sin valor y cerca de quince mil dólares en efectivo. Su seguro de retiro le permitiría vivir una vejez acomodada, si mantenía sus gastos bajo control. Esto significaba renunciar a Oscar, ¡ahora que más lo necesitaba!
      Lo llamó, esperando poder llegar a un acuerdo. Durante una noche se olvidó de su problema, pero lo tuvo que afrontar al despertarse.
      Ella, que nunca había suplicado a nadie, ahora lo hacía desesperadamente, pero él no cedió. Lo siguió, desnuda, hasta la puerta del departamento. Antes de abrirla, él se detuvo y le dijo con voz suave:
      —Hay una forma en que podrías tenerme para siempre —le señaló su bolso, la besó en la mejilla y la saludó como siempre:— Hasta pronto.
      ¿Qué habría querido señalarle en el bolso? Lo tomó, ansiosa, desparramando su contenido sobre la mesa. Sobre el montón de cosas, porque había estado en el fondo, quedó una pequeña pistola, muy femenina, niquelada y con cachas de nácar. La había comprado muchos años atrás, cuando en su barrio hubo una serie de asaltos.
      —Es muy fácil de usar —le había dicho el vendedor cuando la probaron—, solamente tiene que mover esta palanquita, el seguro, y apretar el disparador. El estruendo es suficiente para desalentar una agresión y alertar a la gente de los alrededores.
      La guardó en su bolso y, cuando lo cambiaba, volcaba todas las cosas del viejo en el nuevo sin preocuparse por lo que había.
      —Los suicidas van al infierno —repitió en voz alta, recordando una frase de la Escuela Dominical.
      Sí, esa era la forma de tener a Oscar para siempre.
      La imagen de una anciana decrépita pasó por su mente.
      Tomó la pistola y le quitó el seguro. Dudó entre poner el cañón en su boca o en la sien. La mano y el brazo tomaron la decisión por ella y el cañón quedó apuntando a su oreja.
      En el momento de apretar el disparador, pensó:
      "¿Funcionará?"
      El arma funcionó. Perfectamente.
 
 

La Luna de Miel

LAS ONDINAS

En la región oculta de las ninfas
El sesgo rayo a penetrar alcanza
Y alumbra al pie de despeñadas linfas
De las ondinas la nocturna danza.

DIEGO FALLÓN, La luna
 

Es la hora en que los muertos se levantan
mientras que duerme el mundo de los vivos,
en que el alma abandona el frágil cuerpo
y sueña con lo santo y lo infinito
............................................................
Vierte la luna plateados rayos
que reflejan las ondas en el río
y que iluminan, con sus tintes vagos
los medrosos despojos de un Castillo.
Todo es silencio allí, do en otro tiempo
hubo bullicio y locas alegrías...
¡Pero mirad! son vaporosas sombras
las que en la oscura selva se deslizan.
¡Ah! no temáis no son aterradores
fantasmas de otros tiempos —son ondinas;
mirad cómo se abrazan y confunden
cómo raudas por el aire giran,
apenas tocan con el pie ligero
del prado la mullida superficie.
Ya se avanzan... girando en la espesura
o se sumergen en las ondas límpidas;
y al compás de una música que suena
como el lejano acorde una lira
elévanse, empujadas por el leve
viento que sus cabellos acaricia...
Pero callad... alumbra el horizonte
con sus primeros tintes nuevo día,
y las sombras se pierden al borrarse
del bosque entre las húmedas neblinas.

José Asunción Silva


—¿Ya estás mejor Moony?
—Mucho mejor... Pero no quiero salir de la camita...
—¿Tenés noni todavía?
—No, noni no. Hambre y mimitos...
—Ya veo, para el hambre tengo una manzanita y para los mimitos me puedo poner bonita con unas bombachitas que me regalaron. Mira: Tengo la azul, la negrita con dorado, la camuflada...
—Mmmm... Vení vestida nada más con la manzanita.
—Bueno mi amor, espera que me despido. Brujitos y brujitas me voy a hacerle unos mimos a Moony para envidia de muchos que no pueden hacerlo... Por ahora... Así que me despido con un beso tierno y muy pero muy caliente. Nos vemos en tus sueños.

Todos aquellos que deseen colaborar pueden enviar sus trabajos en formato rtf a lastrega@keko.com.ar



EL LABORATORIO DEL DOCTOR ELEPHANT
by Gabriel A. Oyarzábal

—Ayyyy... Guanaquito. ¿Te enteraste lo del fantasma?
—¡Sí, Moony! Es escalofriante... Un alma en pena sin descanso que busca desenmascarar a los que le provocaron su espantosa muerte...
—Ah, entonces a mí no me va a hacer nada. Me quedo más tranquila.
—¡Eh! ¡No... no! Resulta que esta alma errante ya no reconoce a quien se le acerca y es cruel con cualquiera le hayan provocado la muerte o no...
—Me parece que mejor me voy a casa de mi mamá un tiempo, solita.
—¡Tampoco! El fantasma persigue a todos los que él quiera sin compasión, no importa dónde se vayan...
—¿A todos? ¿Cómo hace?
—¿Cómo hace? ¡Y qué sé yo como hace! Es un fantasma, los fantasmas hacen eso. Es por que es... es... El fantasma de la inflación, no... es pateti... digo... multifacético.
—Ay, qué miedo... ¡Hola Waquero! Menos mal que apareciste. Abrazame que tengo miedo.
—Waquero y la ¡"#$%&

Blood, the last vampire

Como primera nota, pensé en algo no muy conocido y bien nuevo para nosotros. Una novela para el público amante de la sangre y el terror: Blood: The last vampire...
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No puedo decir que está recién sacada del horno, pero muchos no le han prestado la atención que merece, y sólo llegamos a ver un tercio de toda la historia y lo que vendrá promete tener la misma calidad que lo que pudimos apreciar. "Blood: the last vampire", es una historia atípica de terror, una obra que se puede esquivar con facilidad pero que no se debe hacer. Como se darán cuenta, es una historia de "vampiros", y muchas veces el entorno creado alrededor de ellos (por diversas películas que tratan sobre estos individuos) nos han defraudado bastante. Por suerte no pasa lo mismo con esta historia.
La película parte del año 1966, mientras la guerra de Vietnam se lleva a cabo. Se encuentran en Yokota una base de la fuerza aérea, donde están reportando una serie de suicidios muy sospechosos. Saya (la "protagonista")
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llega a la zona junto a un grupo secreto que investiga estos hechos que involucran a los Quirópteros, unos demonios que se alimentan de sangre, los cuales se pueden matar con un golpe que les haga perder mucha sangre. Por eso nuestra protagonista usará una espada samurai todo el tiempo.
Al parecer Saya es la última de su especie, es la única original. No sé sabe si es vampiro pero hay muchas pruebas que dan a pensar esto, ella tiene una forma humana y no puede cambiar. Mientras que los quirópteros parecen ser también vampiros, pero de otra clase, la cual pueden cambiar su apariencia, de humanos a demonios. Supongo que son como perros de raza, pero de razas mezcladas.
La película original (la posta), se puede conseguir en VHS o DVD. Tiene una duración bastante corta, aproximadamente 45 min., pero la calidad es impresionante. Está hecha por los creadores de "Ghost in the shell", o sea, a cargo de I.G. Productions, de la cual no se podía esperar menos. La película está retocada 100% por computadora, pero esto no la arruina para nada, todo lo contrario, sus efectos de perspectiva, de sombra y luz son muy reales y creíbles.
La película es muy fácil de conseguir, tanto en VHS de algún Fansub como en CD. Es más, se puede encontrar subtitulada en alguna revista que se venda en kioscos, como la Otaku. El manga no se queda atrás, pronto será fácil adquirir en cualquier lugar.
Es una de esas historias que no se pueden dejar pasar... muy recomendable.
Pero... ¿por qué digo que sólo vimos un tercio de la historia? Porque queda el manga
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, y algo más. Es más bien una saga que se divide en tres formatos diferentes, otro atractivo más a la historia.
La primera parte, o la que se sitúa primero en tiempo es un videojuego para la consola más nueva de Sony, la PlayStation 2. Comienza en Tokio, en el año 1964, dos años antes de la película. Todavía parece que no salió el juego, pero andan volando algunos trailers que prometen muchos. Estaré al tanto para hablar de ello.
La segunda parte es en el año 1966, es la película de la que tanto hablamos arriba. La web oficial es: www.bloodthemovie.com
Finalmente la tercera parte, que es en el año 2000. Es un manga a cargo de Benkyo Tamaoki, comprendido por solo un tomo que termina la saga (quizás por ahora).
Muy pronto Ivrea editará la versión argentina, que se espera que sea del mismo formato que la japonesa. Más info: www.editorialivrea.com
Hay que tener en cuenta que todas y cada una de las partes son auto conclusivas, así que se puede ver cualquiera por separado. No teman no se van a arruinar el final...
 


LA CUARTA PARED

Si hablamos de teatro hablamos de Federico Herrero. Una figura ya mitológica en el ambiente, más argentino que el tango e igual de inseparable de la noche porteña. Su carrera es extensísima. Desde su espacio situado en el barrio de San Telmo, donde a diario la magia se desprende de su teatro como los fantasmas lo hacen de los empedrados húmedos de sus calles.
  • Federico ¿Cómo se conjuga la palabra teatro con la palabra crisis?
  • Lo de la crisis es innegable, tanto aquí como en toda Latinoamérica y el teatro ha sido su enemigo visible, por lo tanto el teatro es una actividad que tiene vida, tal vez más vida que en las épocas estables. Sin embargo esta última crisis es tan intensa que empieza a afectar a esta naturaleza inherente del teatro que es la lucha. Ya que afecta no solamente en lo económico sino que además en lo cultural. Es la primera vez que veo este caos, ni siquiera en la época de la dictadura lo he visto. Como vos sabes estos lugares (El Teatro Escuela Central) eran en la dictadura lugares naturales de lucha. (Nota: Federico Herrero fue uno de los tantos directores que encabezaban las listas negras del proceso y en muchas ocasiones corrió serios riesgos de encabezar otra lista. La de los desaparecidos.
  • ¿Cómo afecta al publico?
  • La gente viene, pero se diferencia claramente el poder adquisitivo del mismo en cuanto a los días de asistencia. Los viernes y domingos concurren los que tienen un poco menos de problemas económicos y es el publico habitual del Teatro Escuela Central, más participativo, reflexivo. En cuanto a los sábados se presenta el publico más habituado al teatro de la calle Corrientes que al no poder pagar una entrada de 15 ó 20 pesos opta por pagar los 5 pesos que sale la entrada en este tipo de espacio, pero vos ves que el espectáculo que uno realiza no es el que habitualmente ellos consumen, pero el precio los tienta.
  • ¿Qué diferencia notás entre un publico y otro?
  • La serenidad económica (risas). Aunque suene cruel se podría decir que los de mayor poder adquisitivo vienen los días domingos y viernes; en cambio los días sábados me ha ocurrido que después de la función algún espectador que es también actor me ha pedido trabajo.
  • De todas formas se puede decir que a pesar del la crisis el argentino medio sigue consumiendo teatro.
  • Sí, pero también el publico tiende a agotarse. Semana tras semana notas una merma considerable.
  • ¿Y como director cómo te enfrentas a esta crisis para mantener una obra en cartel?
  • En mi caso en particular, la apuesta en firme es el clásico o los clásicos como por ejemplo "Ayúdeme Doctor Freud" que tiene mas de siete años en cartel de manera que la puesta está establecida de forma muy sólida. Pero si tuviésemos que hablar de una nueva obra, con todos los gastos que esto implica, es literalmente imposible.
  • ¿Esto significa que el teatro no es negocio para un inversionista en estos momentos?
  • No es peor que otros negocios (risas). Pero sería aventurero decirle al inversionista que se le puede asegurar una ganancia. No es serio. De todas maneras tenés cartas aseguradas de triunfos como "Charly y la Puta" que si la re-estrenás te aseguran un margen de éxito, ya que es una excelente obra; pero estamos hablando de un material que apunta a zonas más internas del espectador que no es únicamente el placer de ver teatro.
  • Federico Herrero, hace muchos años que no solamente haces teatro sino que además enseñás. ¿Cómo es en este momento la afluencia de alumnos?
  • El alumno que viene al Teatro Escuela Central viene con una expectativa distinta. Sabe que la propuesta apunta a un tipo de teatro diferente, no viene la persona que busca una salida laboral en el campo de la televisión o en lugares o espectáculos determinados. En cambio viene el alumno que realmente quiere saber de teatro y a dominar el difícil arte de la actuación. Son jóvenes que realmente quieren hacer del teatro su profesión, algo permanente.
  • ¿Qué requisitos debe poseer una persona que nunca hizo teatro para ser alumno tuyo?
  • Yo hago una evaluación al aspirante. En una época era más flexible con los posibles alumnos. Hoy en día me aseguro que la persona tenga un conocimiento integral medio como para que la comunicación sea fluida. Para asegurarme de esa manera que el trabajo le sea útil a la persona y los esfuerzos mutuos den resultados. Vos también, Waquero, sos docente en este tema, y sabes que hay "piratas" que con tal de cobrar algún dinero tienen años a un individuo haciéndole sentir que tiene posibilidades en este campo cuando no es así. No es mi caso, ya a esta altura de mi carrera, si bien económicamente no me conviene, prefiero seguir siendo coherente como lo fui toda mi vida, y si la persona no puede llegar a reunir las condiciones actorales prefiero decirle, con mucho tacto, por supuesto, que pruebe otros horizontes. Me ha tocado casos catastróficos, como dar clases en una escuela muy famosa de modelos, tal vez la mas famosa y realmente... (risas) ¡es gente muy inda, sí! pero... (risas) en muchos casos no podían ni siquiera llegar a entender los ejercicios. Yo creo que si la gente no es un mínimo espejo del profesor creo que la tarea se dificulta.
  • ¿Cuál es el costo del curso en el Teatro Escuela Central?
  • El curso en este momento es de 120 pesos. Pero existen las posibilidades de becar en parte el curso, conociendo las posibilidades del alumno. Jamás le diría a alguien: No tenés los 120 pesos, no podes estudiar.
  • ¿Tus alumnos a qué corriente teatral apuntan en líneas generales?
  • Mira, vos sabés que las corrientes cambian con el tiempo. En una charla que tuvimos hace unos 20 años atrás con vos decíamos que las corrientes apuntaban a un teatro de denuncia, muy audaz. En cambio a la fecha mis alumnos apuntan a un teatro más Freudiano, Lacaniano muy identificado con la gente que le gusta la sicología.
  • ¿Si una persona quiere ser alumno tuyo, como puede contactarte?
  • Básicamente tiene dos formas. O me llaman al 15-4065-3965 o bien directamente acá en la sala en Avenida San Juan y Bolívar, yo estoy todos los días de 15.00 a 19.00 horas.
  • ¿Cómo lograr que una formula exitosa resulte efectiva durante 30 años? Esa formula se llama Federico Herrero.
  • Yo creo que la formula es el compromiso con la gente. Mi compromiso augura que una obra que yo expongo puede durar 20 años en cartel y con sala llena. La única forma de hacerlo es totalmente independiente, creo que en algún momento tenés que elegir. O trabajás para el publico o trabajás para los medios. Creo que uno de los grandes pecados, no te digo un pecado mortal, pero desde mi punto de vista un pecado, es que no podés hacer una obra para la critica, ya que la critica piensa distinto al espectador. Son dos canales totalmente distintos. Cuando hacés un teatro para agradar a la critica no terminas de satisfacer al publico. Esta gente no cree en el teatro en sí. Es indudable que la comunicación directa con el espectador crea estos términos que permanecen para siempre en sus sentimientos.
Charlar con Federico Herrero es magia en palabras y esa magia se prolonga y acompaña, como acompañan los fantasmas errantes de la misteriosas calles de San Telmo.
 
—¿Y ahora Guana?
—¿Y ahora qué?
—¿Qué es esa cosa verde con la que té estas embardunando la cara?
—Palta. Con esto me maquillo de verde y hago mi representación de "fantasma errante".
—De moco caminando querrás decir. Vos te pareces más al Fantasma de Canterville o a la novia de Frankenstein.
—¿Novia de Frankestein? ¿Y está fuerte?



LA BROCHA

Como todos mis lectores ya saben, en el Ander siempre condimentamos con mucha sensualidad y glamour. La Brocha no es una excepción, sino uno de sus mejores exponentes. Y encontrarnos con Maria Tanca, una artista increíble, refuerza nuestra creencia de que en la Argentina nacen los más superlativos maestros de la apreciación de la belleza de la figura femenina y que al mezclarse con el romanticismo generan una mezcla maravillosa y única. Pero mejor vamos a las imágenes.

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María Tanca
Nació en San Miguel de Tucumán.
Vive y trabaja en Buenos Aires.
En 1986 y 1987 estudió con Hermenegildo Sabat.
Concurrió a talleres de Jesús Marcos, Ponciano Cárdenas y Julián Bosch.
2002 Exposición individual Congreso de la Nación.
Participó en muestras colectivas.
2001 Exposición de discípulos del maestro Jesús Marcos.
1999 y 1998 Centro de exposiciones del Paseo Alcorta.
1997 Muestra anual de talleres de pintores de Buenos Aires.
1997. 1° premio de pintura figurativa Centro Exposiciones Golden Shopping.
1996. Mención especial Centro Exposiciones Golden Shopping.
1996 Muestra anual de talleres de pintores de Buenos Aires.
1995 .1° Mención Casa de la Cultura de Santiago del Estero.
1990. Salón de Exposición de la Manzana de las Luces.
En el próximo numero charlaremos con la autora de estas obras maestras para que podamos conocer mejor a esta increíble artista.



GRAN CONCURSO GRAN


El patito feo

by Diego Escarlon

Había una vez, en un lejano y antiguo país, un gran lago azul. En este lago azul, que a veces también era verde, vivían muchos patos que comían peces y nadaban en sus olas, porque el lago también tenía olas.
      Los patos se salpicaban entre ellos y nadaban bajo el agua. Corrían carreras por la superficie del lago y jugaban a la escondida entre los juncos que crecían en los bordes del lago.
      En esta orilla las mamás patas hacían sus nidos con ramitas, para que las olas del lago no rompan, y con plumas, para que los patitos no tuvieran frío cuando nacieran.
      Una de ellas pasaba días enteros sentada sobre su nido muy ocupada tejiendo sombreros con pastitos para sus patitos. El papá pato iba y venía trayéndole más pastitos y de vez en cuando algún rico gusano, porque a los patos les gustan mucho los gusanos.
Una vez, cuando el papá pato se acercó al nido con el pico lleno de pasto, la mamá pata se levantó alarmada y miró el nido. Había sentido un tironcito. El papá pato se puso contento porque los patitos estaban por nacer.
      Los cascarones se llenaron de grietas y de pronto se rompieron. La mamá pata y el papá pato estaban muy felices, todos los patitos habían nacido al fin.
      Todos menos el patito del huevo gris. Este huevo era un poco más grande que los demás y también más pesado. Lentamente una rajadura se abrió paso por la cáscara y recorrió el huevo como si fuese un cinturón. Cuando las dos puntas de la grieta se juntaron, la parte de arriba saltó como un corcho y del cascarón asomó el patito más feo que nunca había nacido en todo el lago.
      El papá pato miró a la mamá pata y le preguntó:
      —¿Por qué este patito no es como los otros?
      —No lo sé —respondió mamá pata.
      —No parece un patito.
      —¡Pero claro que es un patito!
      —Pero es un patito muy feo. Además tiene todas las plumas desordenadas.
      —No importa papá pato —dijo la mamá pata—, lo importante está en el interior.
      En ese momento todos los patitos, inclusive el patito feo, comenzaron a decir "Cuac", los patitos recién nacidos tienen mucho hambre y para pedir comida dicen "Cuac".
Entonces la mamá pata le dijo al papá pato que vaya a traer algunos gusanos para los patitos y el papá pato dijo "qué bueno" y se fue a buscar la comida.
      El papá pato trajo mucha comida ese verano, y la mamá pata también. Entre los dos les dieron de comer gusanos, caracoles, escarabajos, renacuajos, babosas y otras cosas ricas.
      Pero cuando mamá pata y papá pato traían la comida, el patito feo hacía cosas muy feas. A veces les arrancaba la cabeza a los escarabajos y miraba como les chorreaba por el agujero la parte de adentro, otras veces tiraba de los cuernitos de los caracoles solamente para hacerles doler. Una vez con una piedra afilada despellejó a una ranita y esta se murió de frío y de impresión al quedarse sin su piel.
      Los otros patitos estaban horrorizados. Siempre estaban jugando en el nido entre ellos pero tenían miedo del patito feo.
      Un día los patitos le dijeron.
      —Patito feo, no queremos jugar más con vos.
      —¿Por qué no quieren? —preguntó el patito feo.
      —Porque sos muy feo y tenés las plumas desordenadas.
      —No me discriminen así —les respondía el patito feo—, lo importante está
en el interior
      —Tenés razón patito feo, pero igual sos muy feo y no queremos jugar con
vos.
      Como no jugaron más con él, el patito feo se puso más feo y se portaba mal todo el tiempo. Les tiraba de las plumas a los otros patitos, desarmaba el nido para que todos tuvieran que dormir con frío por la noche. Cuando mamá pata y papá pato lo retaba él siempre decía lo mismo:
      —¿No se dan cuenta de que yo soy la víctima? No me discriminen, lo importante
está en el interior.
      —Tenés razón patito feo —le respondían ellos, conciliadores—. Lo importante está en el interior.
      Los días fueron pasando y los patitos crecieron y se transformaron en fuertes, sanos y hermosos patos. Pero el patito feo, que siempre había sido un poco más grande que sus hermanitos, creció y llegó a ser un gran pato feón con las plumas despeinadas.
      Entonces el pato feón se consiguió una lata de gaseosa vacía y recortó de allí muchos triangulitos. Con la resina de un árbol pegó los triangulitos metálicos en su pico como si fueran dientes. Era el único pato de todo el lago que tenía dientes, porque los patos comunes no los necesitan. Con su dentadura nueva volvió al nido y se abalanzó sobre sus hermanos patos. Los despedazó a todos sin que pudiesen defenderse y luego, con los dientes ensangrentados, atacó a mamá pata y a papá pato. Como ellos no tenían dientes tampoco pudieron hacer nada y fueron destripados por el pato feón.
      Por eso, si alguien alguna vez discriminás a alguien, tené en cuenta que lo importante está en el interior.


Les recordamos a los amadísimos lectores que los cuentos deben mandarse en formato rtf, ya que mi PC caprichosa no los lee de otra forma.


—¡Guanaco! ¿Qué te pasó? ¡Estas todo lastimado! ¿Qué son esas marcas, mordidas?
—Con-conseguí... Lo que quería... En parte...
—¿Moony se echó a tus brazos?
—Sí... Pero en su forma de gato... A tratar de comerme toda la mascarilla de palta. Me mordía y me llamaba "guanacamole".
—¿Vas a seguir insistiendo con el tema Moony?
—¡Por supuesto! Así me lleve toda la ... ay... Vida... Me duelen hasta las cejas.
—Guana, ya no tenés cejas.


Este número va dedicado a Barbi por ser una hermosa jovencita que habitó las misteriosas tierras de la Isla Margarita en el caribe y prefirió vivir en esta aún más misteriosa tierra Argentina. Un beso y un te quiero gigante.

Donovan! I knew mom was lying when she said you had emigrated for good.

Axxón 118 - Septiembre de 2002

Axxón 118