Aquí estamos
Aquí estamos, después de catorce años. Quién lo hubiese dicho.
Yo no tenía en aquel momento la más microscópica
intención de convertirme en editor. Y, si ahora no lo fuera y se me presentara la
disyuntiva de tener que serlo, tampoco lo haría hoy. No es algo que me guste demasiado.
No es tan bueno como parece. De hecho, hacer de editor por amor al arte no se parece
para nada a ser escritor por amor al arte. O dibujante artístico por amor al arte.
Las actividades creativas aportan mejores satisfacciones que la de editor, que
es ni más ni menos que un trabajo. Hubiese preferido, en caso de dedicarme a la
literatura part time o full time, ser un escritor.
Pero había unas musas
misteriosas volando aquella noche por un vagón del ferrocarril Sarmiento y se
nos ocurrió, a mí y a Fernando Bonsembiante, que se podía hacer una revista, un
fanzine, con un programa de PC y después copiarlo de mano en mano.
Funcionó.
Me alegra mucho que haya funcionado para muchas
personas. Si hubiese sido para mí solo, no tendría mucho valor. Pero Axxón tiene valor
y funciona para muchas personas. Tiene valor porque pueden todos mostrar lo
que hacen y sentirse orgullosos de estar ahí; porque pueden generar ideas y sentir
la satisfacción de ser aplaudidos y reconocidos cuando se las ve aplicadas; porque se
puede entrar al sitio de Axxón y sentir un poco de calor, el calor de una compañía
en medio de ese gran universo repleto de soledad; porque se puede opinar y saber qué
opinan los demás; porque podemos encontrar los mundos que otros imaginan.
Por tantas cosas...
Que nadie piense que reniego de esta jovencita
de catorce años que ha recorrido los caminos de mi vida tan estrechamente junto a mí.
Nadie puede saber, y jamás podré explicarlo, cuánto la quiero.
Prefiero, antes que las palabras, que se note
en los hechos, en la pantalla donde ella toma vida y yo me convierto en, simplemente,
su editor.
Eduardo J. Carletti, 1 de octubre de 2003
ecarletti@axxon.com.ar