Me pregunto qué es lo que debe “entrar” en la cabeza de un
escritor para que allí se puedan generar, luego de un proceso que todos
desconocemos, producido en su mayor parte a nivel inconsciente, las cosas que
este escritor vuelca en sus textos. No tenemos muy en claro esto.
¿Se puede definir qué es de valor y qué no?
Por dar una idea, recuerdo que en alguna época acostumbraba a hojear las
revistas Investigación y Ciencia que se vendían de saldo, y cuando encontraba
en el índice de alguna de ellas una combinación de temas que movía algo en mi interior,
la compraba. O a veces hojeaba los artículos, porque lo que me despertaba ideas eran
las imágenes, o algunos párrafos, o los títulos, o los subtítulos.
Es increíble recordar las asociaciones que hice en aquella época y los textos que
surgieron. No creo que nadie que conozca los cuentos las pueda relacionar.
Los que participan en talleres literarios saben que a veces se usan imágenes
para que surjan las ideas. ¿Qué imágenes se deberían elegir?
Este es otro interrogante.
¿Debemos limitar, acotar, recortar, filtrar los disparadores o es mejor dejar que
lleguen con libertad?
Quién sabe.
¿No estaremos muy saturados hoy por el zapping televisivo?
Y nosotros, ¿estaremos bombardeando demasiado con la cantidad de noticias
de temas muy variados que elegimos y publicamos todos los días?
No lo sé.
Hay que convenir que no todas las noticias son disparadoras, algunas son
meramente informativas... ¿Pero se puede saber de antemano si la noticia de la caída
de un meteorito en el jardín de una casa puede generar la idea para un cuento como
“Los patos de las estrellas” (Minotauro primera época, número 7), o “El color
que cayó del cielo” (en Axxón
173)?
Yo creo que cuando hablamos de literatura especulativa, cuando hablamos de
fantasía, de ficción fantástica, de imaginar mundos y situaciones diferentes, no se
debe ni acotar, ni recortar, ni limitar, ni filtrar.
Si nosotros decidiéramos elegir para Axxón exclusivamente ciertas temáticas,
ciertas líneas, ciertos estilos, estaríamos actuando en contra de lo que siempre
quisimos hacer, que es multiplicar hasta el infinito, dentro de las posibilidades
que nosotros podemos manejar, por supuesto, el sentido de la maravilla que
puede encontrar usted en su pantalla al visitarnos.
Por eso preferimos el sentido amplio que siempre le hemos dado a nuestra
selección, sea en el área de las ficciones, de las noticias, de las secciones o de las
ideas que manejamos.
Al fin y al cabo, ¿quién puede condicionarnos? Hemos sobrevivido mientras
crecíamos sin cesar haciendo esto que hacemos. Hemos sobrevivido crisis
terribles. Si eso no nos condicionó, ¿qué podría condicionarnos?
Es una suerte que hayamos encontrado este camino para Axxón, un camino
de libertad creativa absoluta.
Porque así Axxón es grande.