AxxónCINE | |
Por Silvia Angiola |
eXistenZ
Dirección:
David Cronenberg
País:
Canadá, Inglaterra
Año: 1999
Duración: 97 minutos
Género
Ciencia ficción, horror, suspenso
Intérpretes
Jennifer Jason Leigh, Jude Law, Ian Holm, Willem Dafoe, Don McKellar
Guión
David Cronenberg
Producción
David Cronenberg, Andras Hamori, Robert Lantos
Estreno (video)
1 de agosto de 2000
La trayectoria artística del director canadiense David Cronenberg es curiosa y atractiva al mismo tiempo. En Shivers (1975), su primera película de alcance internacional, salían babosas de la boca de sus personajes, casi un cuarto de siglo después fue el presidente del jurado de Cannes el año en que Rosetta de los hermanos Dardenne superó a la gran favorita Todo sobre mi Madre de Pedro Almodóvar. Defenestrado en sus comienzos por la crítica que lo apodó "el rey del horror venéreo", seguido por un puñado de admiradores incondicionales, sus películas siempre estuvieron en el límite del buen gusto... si es que existe tal cosa. La marca de su filmografía es la irrupción del caos bajo la forma de violencia, obsesión o enfermedad en un mundo convencional y básicamente ordenado.
A diferencia de otros directores de su generación como David Lynch o Peter Greenaway que dieron sus primeros pasos creativos en el terreno de la plástica, David Cronenberg se formó en Lengua y Literatura. Sin embargo, antes de graduarse en la Universidad de Toronto ya había hecho su primer cortometraje y había elegido el cine como forma de expresión, porque se adecuaba más a su temperamento y porque en ese ámbito no existía nadie parecido a William Burroughs, a Vladimir Nabokov o a Jorge Luis Borges. Desde su lugar de especialista en literatura y director de cine Cronenberg afirma que el guión "es un híbrido de prosa, prosa mutante, prosa quimérica, parte matriz, parte anteproyecto, obra en sombras, parte rezo"1.
Hacia finales de los '90 algunos comentaristas y críticos señalaban que el canadiense no había escrito un guión propio desde Videodrome en 1982, como si se pudiera poner en duda su presencia autoral en La Mosca (1986), Pacto de Amor (1988), El Almuerzo Desnudo (1991), M. Butterfly (1993) y Crash (1996) por tratarse de adaptaciones de textos literarios. Uno de los elementos que llevaron a Cronenberg a escribir eXistenZ en esta fase de su carrera fue la entrevista que le hizo a Salman Rushdie2, el escritor hindú amenazado de muerte por los fundamentalistas musulmanes a causa de su novela Los Versos Satánicos. Cronenberg recogió el tema del artista perseguido por un grupo de fanáticos y lo transformó en un conflicto entre una diseñadora de entornos virtuales, Allegra Geller, y los intransigentes partidarios de la realidad. El lanzamiento de la película en 1999 fue acompañado por una novelización a cargo del británico Christopher Priest que recibió comentarios poco favorables.
Junto con eXistenZ aparecieron otros films de ciencia-ficción que cuestionaban la naturaleza de la realidad y se preocupaban por la multiplicación de los simulacros. Mientras que Ciudad en Tinieblas (1998), Matrix (1999) y El Piso Trece (1999) despejan sus propias incertidumbres y terminan con el reestablecimiento de algún tipo de orden social, eXistenZ lleva hasta el final la premisa de que es imposible distinguir entre una realidad autónoma y una realidad modelada por nuestras creencias y percepciones. Nada se puede conocer, nada se puede dar por sentado. La película de Cronenberg es una exploración del proceso a través del cual construimos una verdad en perpetua fuga y una meditación existencialista que se proclama desde el mismo título.
Un grupo de doce voluntarios se reúne bajo la supervisión de la diseñadora-estrella Allegra Geller (Jennifer Jason Leigh) con el fin de probar "eXistenZ", el nuevo entretenimiento virtual de la compañía Antenna Research. Para entrar al universo del juego todos los fanáticos tienen instalado un biopuerto en el extremo inferior de la médula espinal. Las consolas son blandas y palpitantes, responden a las caricias y pellizcos de los usuarios, y están conectadas a sus cuerpos por medio de un cable que parece un cordón umbilical.
Antes de que se inicie la prueba un infiltrado del bando realista intenta asesinar a Allegra con una pistola hecha de cartílago y hueso que dispara dientes humanos y que ha burlado los controles de seguridad. La diseñadora escapa con la ayuda de un empleado de la compañía llamado Ted Pikul (Jude Law) y, sin saber en quién confiar, los dos terminan ocultándose en un motel en medio del campo. Allegra está convencida de que su consola, en donde guarda la única copia de eXistenZ, resultó dañada durante el intento de asesinato. Para verificar la indemnidad del programa necesita un compañero que esté dispuesto a conectarse y a iniciar una partida con ella. Pero Pikul, el único partenaire disponible, es un fóbico que se resiste a las intervenciones quirúrgicas y que nunca en su vida jugó en un entorno ficticio. Incitado por Allegra, cuyas maniobras tienen mucho de erótico, Pikul pierde la virginidad del cuerpo con la instalación del biopuerto y finalmente debuta en el mundo virtual.
Aunque la historia parece transcurrir en un futuro cercano no se ven edificios de diseño, ni aparatos asombrosos ni decorados visualmente estimulantes. En ningún film de ciencia-ficción la tecnología tiene una representación tan somática como en eXistenZ. Las consolas del juego son derivados biológicos, órganos externos cargados de valor simbólico y acoplados al usuario a través de un nuevo orificio corporal. Las armas se fabrican con piezas anatómicas sueltas y el escenario en donde se desarrolla la acción es agreste y desurbanizado.
En la escena del motel hay un plano corto de una bolsa de comestibles con la leyenda "Perky Pat's". Es una referencia a un cuento llamado "Los días de Perky Pat" (1963) y a la novela Los Tres Estigmas de Palmer Eldritch de Philip K. Dick (1965) y una forma de homenaje excepcional dentro de la obra de Cronenberg.
El juego en sí es previsiblemente burdo y sanguinario: se trata de descubrir y matar a los enemigos antes de que éstos lo maten a uno. No hay reglas, no hay restricciones ni consecuencias, la virtualidad es la excusa perfecta para que los jugadores se entreguen a todo tipo de actividades transgresoras y repulsivas. En eXistenZ ganar equivale a practicar deliberadamente la violencia y a ser más desconfiado que los demás.
Utilizando un diseño visual inquietante, una trama de acción paranoide y una narrativa circular, Cronenberg sintetiza en este film su postura filosófica ante la vida. La virtualidad del juego refleja la virtualidad de la experiencia humana, la falta de solidez del escenario reproduce nuestro entorno, la necesidad de los jugadores de aprender las reglas y de saber qué cosas tienen que hacer sus personajes para avanzar simboliza la evolución de cada individuo. Igual que los seres humanos, los protagonistas de eXistenZ tienen que sobrevivir sin guías y sin certezas en un mundo arbitrario e imposible de conocer.
NOTAS:
1 - J. Gorostiza, A. Pérez. David Cronenberg. Cátedra. Signo e Imagen / Cineastas, 2003.
2 - Para la revista Shift, junio-julio de 1995.