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RÉQUIEM POR THOMAS M. DISCH
por Ramiro Sanchiz

1.

El pasado 4 de julio puso fin a su vida Thomas Disch, el autor de 334 y Los genocidas. Esta noticia nos ha conmovido profundamente a quienes tanto apreciamos su obra, una de las más personales que ha dado la ciencia ficción del siglo XX —o ficción especulativa, como Disch prefería referirse al género—. Al parecer una serie de golpes afectaron tan profundamente su vida que el escritor de 68 años decidió ponerle fin; la muerte por cáncer de Charles Naylor, su pareja durante más de treinta años, el incendio de su apartamento, un posible desalojo y, además, su fracaso económico, serían algunos de los motivos que lo impulsaron a tomar su decisión final.

Entendió, como los estoicos, que no cabe quejarse demasiado de la vida: la puerta siempre ha estado abierta.

Y es curioso que haya tenido tan poca trascendencia la noticia de su muerte. Por alguna razón Disch no alcanzó la fama de tantos de sus colegas, mereciéndola quizá mucho más que muchos de ellos. Sus novelas más leídas han sido The genocides, Camp concentration, 334 y On the wings of song, que fue incluida por Harold Bloom en su ensayo The western canon, a la par de contemporáneos como Thomas Pynchon y, dentro del género fantástico o de ciencia ficción, Ursula LeGuin y John Crowley.

Escribió además libros infantiles y de horror. Dedicó su vida a la poesía.

Esta es su bibliografía completa:

Póstumos:


2.

Quisiera incorporar a esta nota uno de sus poemas. La traducción es libre y mía:

Balada del nuevo Dios

He decidido que soy divino.
Calígula y Nerón supieron
de una divinidad como la mía,
pero ellos tienen fecha de caducidad.
Estan muertos, y qué puede hacer un Dios muerto?
Yo estoy aquí y ahora. Soy dinamita.
Si fuera vos, me adoraría.
Esta noche empieza una religión!

Nada de alcohol, de porro, de sexo, de cerdadas:
Decreto que todo eso es tabú.
Mis palabras serán tu vino único,
pensar en mí tu dulce rocío.
Evitarás todo pensamiento ajeno a mí.
Serás un Thomasita
y cantarás himnos en mi honor con tus alaridos.
Esta noche empieza una religión.

Pero (podrás pensar), es una burrada!
yo soy tan Dios como vos.
Podrás haberte creado un altar,
pero no voy a arrodillarme. Quién
te pidió ser mi Dios? Yo,
y siendo Dios tengo divina razón.
Ahora vas a tener que unirte a mi séquito:
Esta noche empieza una religión.

3.

Quizá una de las principales preocupaciones literarias de Disch es la del género, en al menos dos sentidos: género, como construcción social de identidad sexual, y género como conjunto de obras con una serie de características comunes, temáticas o estilísticas.

Sobre lo último está claro que jugó a mantenerse por dentro y por fuera de la Ciencia Ficción, tomando al pie de la letra la lección de Philip Dick a la hora de describir con naturalidad la vida cotidiana en mundos futuros o alternativos, escribiendo lo que sería la ficción realista o costumbrista de una realidad paralela o por venir. Y lo hizo con conciencia: muchas de sus obras, irónicamente quizá, declaran en su título el "género" al que pertenecen o dicen pertenecer. Quizá por esta actitud combativa y disidente nunca alcanzó la fama de otros autores más asimilables a un género delimitado con facilidad. Es sabido que muchas mentes prefieren contar con la mediación de un género definido a la hora de entrar a un texto: ellos se lo pierden.

Y sobre lo primero basta con leer esa maravillosa novela corta "Emancipación", incorporada a 334, en la que toda posible construcción del género "masculino" es subvertida. En este sentido su obra podría hermanarse con la de otra escritora que (al menos en el Río de la Plata) no ha alcanzado el renombre que se merece: Angela Carter. Particularmente con su novela The passion of New Eve, que recomiendo con todo mi corazón, no sólo por la profundidad de sus planteamientos sobre la sexualidad sino también por su prosa extática y deslumbrante, por su hermosa y oscura visión de un futuro posible. Y está claro que todos esos elogios se aplican con facilidad a Disch, especialmente a la novela en la que David Pringle vio la obra maestra de la obra Dischiana: 334.

Sabemos que Thomas era gay, pero él mismo declaró que nunca escribió "literatura gay": es decir: nunca optó por fundir ambos sentidos de género, pensando que ninguna de las dos opciones —en cuanto definitorias, inmutables— tienen verdaderamente algo que decir sobre la literatura, sobre su literatura, sobre su práctica literaria y sobre su vida. Sus obras, habrá querido decir, son únicas, del mismo modo que su opción sexual no ha de ser encasillada. También es posible que haya optado por no ser encerrado dentro de una minoría que fácilmente puede generar en el lector un prejuicio (a favor o en contra) de lectura. Sus obras hablarían por sí mismas: sin género alguno, adelantándoseles.

Y no le importó, a la hora de ponerse a escribir, el detrimento de su éxito comercial que esto podría implicar. Thomas siguió adelante, convirtiéndose (en más de un sentido) en un ejemplo para todos los que intentamos escribir.

El teórico Douglas Hofstadter sostiene que una fracción o faceta del "yo" de cada persona sobrevive en los demás a través del recuerdo y de las obras. Me alegra sobremanera que se encuentre en mi biblioteca un buen número de libros de Disch; tanto en la física, que se queda allí en mi habitación, como en la otra, que cargo en mi mente y ¿por qué no? en mi cuerpo.

Allí está mi Thomas Disch.

Allí sobrevive.

4.

"Escribo poesía porque creo que es la cosa difícil que mejor me sale. Y simplemente disfruto hacerla, como un aficionado a lo hípico pasa su tiempo con un buen caballo. La poesía es mi buen caballo".

Thomas M. Disch


Ramiro Sanchiz - Datos biográficos

Nací en 1978 en Montevideo. Entre 1997 y 2001 estudié filosofía en la Universidad de la República, y entre 2002 y 2006 cursé la licenciatura en letras en la misma institución. Mis primeras publicaciones fueron en la revista Diaspar (Montevideo, 1994-95), seguidas por Galileo (Necochea, 1996-97), Ad Astra (Barcelona, 1995-96) y Axxón (199?). Desde 1999 he integrado la muestra anual A palabra limpia, surgida de sucesivos concursos de narrativa joven, obteniendo el primer premio en 2007 y 12 menciones especiales hasta la fecha. En 2008 figuré en la antología El descontento y la promesa (Montevideo, editorial Trilce), que recopila 24 cuentos de autores nacidos entre 1973 y 1984, y publiqué la novela 01.lineal en Salamanca, por Anidia editores. También en 2008 mi serie Retratos fue publicada en el volumen recopilatorio de poesía uruguaya y dominicana Plata caribe. También publiqué ensayos y reseñas en medios montevideanos como El estante (1998-2000), Dias extraños (2002-03), Pimba! (2003-06), Belvedere (2008), y mi ponencia "De triángulos y epifanías", sobre puntos en contacto entre James Joyce, Marcel Proust y Jorge Luis Borges fue seleccionada para el libro Proust y Joyce en ámbitos rioplatenses (Montevideo, Linardi y Risso, 2007), volumen compilatorio del coloquio Montevideana 4, sobre la recepción de estos escritores en el Rio de la Plata. Mis principales influencias son Alasdair Gray, Philip Dick, William Burroughs y Mario Levrero, y soy lector asiduo de J.G.Ballard, Jorge Luis Borges, Angela Carter, Roberto Bolaño, entre otros. Entre 2002 y 2006 me desempeñé en varias bandas de rock alternativo en calidad de guitarrista y compositor, y en el presente trabajo de profesor particular de filosofía y literatura y periodista cultural. Desde hace un año mantengo el blog personal Aparatos de vuelo rasante.


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