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Febrero 12, Año 2017

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Ilustración: Pedro Bel

He ido quedándome sola, por vergüenza, por miedo, por mi carácter irritable y porque ni yo sé explicar qué me pasa.

La terapia hace rato que la dejé, me quedan pocas pastillas, pero no voy a volver. Tengo miedo de que me quieran internar y además he notado que estoy ahuyentando a la gente con mi aspecto.

El malestar empezó hace unos meses y después acaba como surgió, de noche y sin darme cuenta. Una vez se ha ido, me ilusiono con que todo acabó, pero de golpe regresa y cada vez es peor que la anterior y no diferencio realidad de ficción.

Por eso escribo. Escribo para creer que esto me pasa en verdad y que puede haber algo que me ayude a no morir.

Febrero 13, Año 2017

Al principio creí que eran pesadillas, que la incomodidad se debía al mal dormir, y que con recuperar el sueño bastaría, pero los síntomas, al contrario de menguar aparecían potenciados y comprobé asustada que lo que me estaba pasando era real y no podía hacer nada para evitarlo.

Marzo 03, Año 2017

Enciendo un cigarrillo y hace rato que superé la cantidad diaria autoimpuesta, pero la angustia es insoportable y las agujas del reloj avanzan como una maza que cae a plomo sobre mi pecho, pero me mantiene con vida y con la suficiente conciencia como para intuir que aún hay que seguir en estas condiciones y lo peor, lo más terrorífico, para saber que quizá nunca termine.

No creí que pudiera servirme, pero hoy busqué al enfermero que se fijó en mí la última vez que visité a la psiquiatra.

A pesar de mi aspecto, no fue difícil llevarlo a mi cama y ahora tengo una buena reserva de pastillas.

Sé que las roba para mí. No me importa lo que haga él, ni lo que yo tenga que hacer para conseguirlas.

Marzo 18, Año 2017

Las cosas han empeorado desde la última vez que escribí, me pica mucho la cabeza y me arranco con histeria mechones de pelo para mirar frente al espejo que hay ahí, pero solo veo puntos sanguinolentos donde antes había cabello.

Marzo 20, Año 2017

Tengo que taparme la cabeza pero igual salgo a caminar y fantaseo con una vida normal y en el espejismo en que entro, mis labios forman una mueca que intenta ser sonrisa, mis ojos empiezan a brillar un poco, pero un viento gris difumina todo y borra la imagen y la sonrisa. Los ojos vuelven a ser opacos, el desaliento regresa y enciendo otro cigarrillo. De camino a casa entré a una farmacia y sin saber la razón, compré un bisturí.

Lo llevo en mi bolsillo cuidadosamente enfundado, sentirlo junto a mi muslo me alarmó al principio pero ahora lo extraño si lo tengo lejos.

Marzo 27, Año 2017

Los últimos dos días los he pasado en la bañera, el agua fría me adormece el cuerpo y alivia las molestias. Ya no temo al bisturí y me hurgo los talones, también levanté las cutículas de mis uñas, pero sigo sin encontrar que provoca este tormento que me saca de quicio.

Marzo 28, Año 2017

Salí de la bañera porque me duelen los huesos y necesito algo mullido donde descansar pero la picazón me enloquece y no paro de rascarme hasta que veo el borde libre de las uñas, rojo otra vez.

Siempre me lastimo cuando el hormigueo me desborda, sobre todo de noche, cuando me quedo quieta.

Abril 03, Año 2017

Hoy perdí el control y otra vez, tengo heridas nuevas por encima de costras antiguas y no quiero hacerlo pero vuelvo a las pastillas porque las noches son eternas en mi cama y el amanecer me encuentra sobre sangre seca en las sábanas, oliendo a tabaco y los ojos escocidos por el desvelo.

Junio 07, Año 2017

He pasado mucho tiempo sin escribir porque el único lugar donde encuentro algo de calma es en la bañera y aunque sea incómodo y pase frío, lo prefiero, porque ahí dentro mi mente se escapa y parece que volviera a ser alguien normal.

Junio 10, Año 2017

Aunque esté tanto tiempo en el agua, parezco una mujer sucia que pasa de rascarse la cabeza a los brazos, a las piernas, a la espalda, hasta que tropiezo con la mirada de alguien impresionado porque ya me volví a lastimar y a sacar sangre. Por eso las veces que salgo a la calle lo hago de noche y así puedo esconder en lo que me he convertido.

Junio 12, Año 2017

Salgo a la calle en busca de alcohol y tabaco, además, mantenerme en movimiento parece que calmara el hormigueo interior. Camino sin rumbo y en la vereda un hombre con hedor a vino y meados me increpa desde el suelo por patear sus cartones, pero no me importa.

―¿¡Y por dónde querés que cruce si no hay lugar!? ―grito a un conductor que me mira incrédulo porque ni siquiera me habló―. Peleo mentalmente con cada persona que me cruzo, aunque ninguno se fija en mí.

Tengo la certeza de estar en una dimensión paralela donde todo transcurre ajeno a mi persona, de manera lenta con un tiempo adormecido y al mirar mis brazos, veo una estela que dejan éstos al moverse mientras avanzo.

Octubre 10, Año 2017

Retomo hoy lo que creo es la crónica de mi locura, de mi muerte lenta y demasiado larga.

He encontrado el cuaderno donde escribía todo esto, lo pensaba perdido y apareció entre el montón de basura en que se ha convertido mi departamento.

Octubre 11, Año 2017

Esta mañana desperté gritando, soñaba que estaba en la bañera, pero mi aspecto era el de un cadáver en putrefacción sumergido al completo.

Siento que estoy llegando al límite. No aguanto más y escapo a la calle.

Esperé al enfermero a la salida del hospital para tratar de conseguir medicación. Ya no le interesó mi cuerpo, creo que me echó asqueado al verme y tampoco aceptó dinero.

Me hizo enojar tanto que lo maté.

Se desangró adelante mío con el bisturí enterrado en su cuello.

Se lo saqué con cuidado y caminé tranquila.

Volví de dar vueltas entrada la noche, encendí un cigarrillo y empecé a beber.

Noviembre 01, Año 2017

Recién abro los ojos con una mezcla de resaca y la sensación de haber recibido una paliza, no recuerdo nada y creo que hace días que no echo algo a mi estómago, así que busco cualquier cosa para comer.

Me duele todo, estoy llena de magulladuras, miro mi antebrazo con atención y allí, por primera vez, los veo.

Bailan, los gusanos que están debajo de mi piel, están bailando.

Ellos han invadido mi cuerpo, después de tanto tiempo, sé lo que tengo.

Caminando con dificultad llego hasta el espejo, pego mi cara a él y en ambas escleróticas, nadan como en un estanque.

Rascándome coléricamente, busco con torpeza una pinza de depilar, pero no consigo agarrarlos.

Febrero 14, Año 2018

Ahora empiezo a recordar lo que pasó después del descubrimiento, son imágenes sueltas, pero sé que rompí el espejo con mis puños y con un trozo de éste, sajé mis muslos. Mi carne estaba abierta pero los parásitos se perdían entre la sangre que brotaba a raudales.

Con la intención de dar salida libre a los insectos, enterré el bisturí en uno de mis ojos. Grité por el dolor y me desmayé. Después de eso no sé nada de lo que vino, solo escucho sirenas y veo desconocidos corriendo a mi lado.

Febrero 15, Año 2018

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Ilustración: Pedro Bel

Por lo que me han contado acá, me encontraron gracias a mis vecinos, que alarmados por los gritos, llamaron a la policía pensando que estaban asesinando a alguien dentro. El escenario que descubrieron parecía un baño de sangre.

Y sí, la verdad es que estaban matando a alguien.

Ahora tengo un solo ojo, el cuerpo lleno de cicatrices y sé que nunca voy a salir de este hospital. Pero estoy bien, ya no me lastimo rascándome y no han vuelto los parásitos.

Por la forma en que me tratan, creo que les parezco peligrosa, puede que tenga que ver con el incidente del enfermero.

Esos papeles en los que escribía me delataron, en ese momento no sabía que estaba dejando impresa mi confesión. Aunque considero que se trató de una cuestión de supervivencia, yo solo buscaba alivio y él me lo negó.

Ya había olvidado el asunto del hombre hasta que vino una mujer mayor y quiso golpearme mientras gritaba.

A mí me aislaron y a ella se la llevaron. Después supe que era la madre de mi víctima.

Por las dudas me hice de un nuevo bisturí que robé en la enfermería mientras me revisaban de los golpes recibidos.

A veces, por las noches, temo que las larvas regresen pero me calmo pensando que si vuelven a entrar gusanos en mi organismo, les daré salida por la abertura que planeo hacer en mi cuello, entonces abrazo mi almohada, palpo el bisturí oculto en su interior y duermo tranquila.


Laura Edith Velázquez nació el 07 de noviembre de 1981, en Argentina, provincia de Mendoza. Auxiliar de enfermería de profesión, y amante de las letras por herencia paterna. En 2013 obtuvo el segundo premio en el XIII Encuentro Nacional y latinoamericano de escritores en Tierra Malbec, Luján de Cuyo en la categoría de cuento. Ha participado en publicaciones en revistas como Cronopios y El Narratorio. En 2015 editó su primer libro titulado «Desde mi sangre» cuyos microrrelatos y cuentos giran en torno a una temática gótica y esotérica. En la actualidad participa como betatester para el proyecto Librojuegos basados en las novelas de H. P. Lovecraft organizado por Choose.Cthulhu.

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