Los días de la sombra


De Enciclopedia de la Ciencia Ficcion y Fantasia argentina

(Redirigido desde Los días de la Sombra)

Los días de la sombra, novela. Liliana Bodoc. Grupo Editorial Norma. Buenos Aires, 2002. Colección: Otros Mundos: La Saga de los Confines.

Este libro es el segundo de una trilogía. En general, los libros con esa característica tienen un cierto aire a mitad de camino; no tienen la sorpresa y la novedad del primero, y tampoco se resuelven cosas como en el último. Por suerte, no es el caso del libro de Bodoc.

La trilogía es netamente épica, es la guerra de una criatura que representa el mal y sus seguidores contra todo un continente.

El primer libro nos mostró la llegada de la avanzada de Misáianes, el hijo de la Muerte, a las Tierras Fértiles. Allí hay varios pueblos, que tienen relaciones complejas y muy humanas entre sí. Entre ellos hay dudas, traiciones, colaboracionistas y paladines. El primer libro nos mostró esta llegada, este primer intento de conquista, y cómo fue frustrado.

El segundo libro forma una obra que cierra en sí misma, con el relato de una segunda expedición de Misáianes y cómo nuevamente fracasa. Aunque el cierre no es tan categórico como en el primer libro, y se abren varias cosas para el tercero, es un punto de corte bien definido.

Hay un buen trabajo de personajes en los dos libros que leí, y mejor en este segundo que en el primero. Aquí se profundiza en el carácter de varios de los que nos habían sido presentados, y se introduce a otros nuevos. Hay un desarrollo muy interesante de los Brujos de la Tierra, por ejemplo, que son figuras muy importantes en la lucha. También se incluye una historia de amor, aunque no sea lo más interesante del libro (al menos para mí), un amor entre razas, prohibido, una reedición de Romeo y Julieta.

Hay pasajes muy interesantes y bien escritos. Vemos un estilo muy particular, muy relacionado con la forma oral de narración, intentando recuperar el lenguaje de las narraciones de los indígenas en que tanto se inspira Bodoc. Porque esta épica no es la tradicional y clásica, que satura el mercado. Bodoc no busca su inspiración en Tolkien ni en los mitos nórdicos o celtas, sino que trabaja con mitos y tradiciones de los indígenas americanos y, sobre todo, americanos al sur del Río Grande: náhuatl, aztecas y, sobre todo, mapuches. Por el contrario, los seguidores de Misáianes se parecen a la gente del Viejo Continente (de hecho, su lugar de origen se denomina Tierras Antiguas), y traen caballos y armas con pólvora.

Sin embargo, no es la intención de esta saga hacer un relato alternativo o simbólico de la conquista de América. Está claro que es otro mundo, un mundo de fantasía bien construido. Los sideresios no son españoles, los husihuilches no son mapuches. Hay parecidos, reminiscencias o tal vez sea mejor llamarlo simplemente inspiración. Liliana Bodoc tiene muy claro que está haciendo literatura, narrativa. Por supuesto, hay una ideología detrás; ningún escritor escapa a decir o mostrar lo que piensa. Por momentos, incluso hay un mensaje y es exageradamente manifiesto.

Se nota el trabajo de construcción y el esfuerzo por mantener la coherencia, algo muy importante y difícil de lograr en una obra extensa y que abarca un período de tiempo prolongado: ya hemos visto dos generaciones de personajes, y pasaron cinco años desde el primer libro.

Otro punto a destacar es la caracterización de la Muerte, que viene en persona a tomar parte en la lucha de su hijo. Esta Muerte tampoco es como estamos acostumbrados a verla, y sus intervenciones son una subtrama más de las que se entretejen en el libro.

Para cerrar, impresionante la pelea entre los magos. Totalmente apartada de los clásicos del género, muy original, muy impactante y muy bien resuelta; no quiero comentar mucho para no estropearle la sorpresa a nadie. El tratamiento de la magia en esta saga, en general, es muy bueno y muy fresco, y es una parte importante del desarrollo del conflicto Pero en esta ocasión en particular despertó mi admiración.

Después de los elogios, vamos a dar algunos puntos en contra. La forma narrativa a veces se hace pesada y la acción se diluye en ocasiones, dando la impresión de que algunas cosas son meramente relleno. No es lo que predomina, pero hay desvíos en la narración que no parecen tener mucho sentido. Por momentos, los personajes son demasiado ingenuos o demasiado arquetípicos y se achatan o pierden carnadura.

Pero ninguna de esas cosas llega a disminuir el placer de la lectura de estos libros llenos de magia y poesía. Realmente una lectura muy recomendable.

Carlos Ferro para Axxón.


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