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Vesta

Con el telescopio espacial Hubble se observó Vesta entre el 28 de noviembre y diciembre 1 de 1994, cuando estuvo a una distancia de 251 millones de km de la Tierra. Vesta tiene un diámetro de 525 km. Rota sobre sí mismo en 5,34 horas.

Es el asteroide con mayor diversidad geológica y el único que muestra áreas de diferentes tonos, como la conocida cara de la Luna. Las imágenes del Hubble han revelado un mundo lleno de variantes, con antiguos flujos de lava y una gigantesca área de impacto que es tan profunda que expone el manto. La superficie de Vesta es similar geológicamente a los mundos como la Tierra y Marte. El análisis espectroscópico indica que hay zonas basálticas, lo cual significa que hubo flujos de lava que alcanzaron la superficie. Esto sorprende, porque indica que el asteroide tiene (o tuvo) un interior fundido, como la Tierra, lo cual contradice la idea convencional de que los asteroides son esencialmente fragmentos de roca fríos que quedaron allí desde los lejanos días de la formación de los planetas.

Una de las posibilidades es que Vesta se haya aglomerado a partir de materiales pequeños, entre los cuales había elementos radioactivos, como el isótopo Aluminio-26. Estos materiales, posiblemente provenientes de la explosión de una supernova, al ser incorporados en el núcleo produjeron calor y lo derritieron, lo que causó que el material más denso se fuera hundiendo en el centro mientras el resto rocoso se elevaba hacia la superficie. Esta es una estructura común en los planetas de tipo terrestre. Esto habría ocurrido hace unos cuatro mil millones de años y luego la superficie habría quedado estabilizada para siempre, excepto por los impactos de meteoroides.


Imágenes del Hubble que revelan un gran cráter en la superficie del asteroide Vesta

En octubre de 1960 cayó un meteorito en Millbillillie, Australia, y sus trozos fueron encontrados diez años después. A diferencia de la mayoría de los meteoritos, de los cuales se desconoce el origen, este trozo fue reconocido como perteneciente al asteroide Vesta, debido a que la el análisis químico, que indica una marca de pyroxine única, apunta a esta identidad. El pyroxine es comun en los flujos de lava, indicando que el meteorito podría haber sido creado en un antiguo flujo de lava de Vesta. La estructura de los granos de mineral indican que luego de haber sido fundidos se enfriaron con rapidez. El meteorito australiano posiblemente haya sido separado de Vesta por una colisión, que lo lanzó en un camino que culminó en la Tierra.