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SUMARIO DE ZAPPING

ZAPPING 0287, 22-Nov-2005
La mentira del creacionismo
por Marcelo Dos Santos (www.mcds.com.ar)

Conocemos bien a Michael Shermer. Ya hablamos de él en otro Zapping, referido a los mitos y falacias que suelen tejerse acerca de la inexistente Atlántida. Michael es el director de Skeptic, una revista que se dedica a demoler patrañas, y que, por lo mismo, es una de las más atractivas fuentes de información para defendernos del místico escondido que acecha a cada momento para intentar socavar nuestro pensamiento racional.


Michael Shermer

Hace muy pocos días, se publicó en Axxón una noticia que daba cuenta de que los creacionistas amenazaban a los museos norteamericanos. Un creacionista es una persona que no cree en la selección natural o la evolución, sino que piensa que toda la realidad es estática y fue creada por Dios de un solo plumazo.

Shermer destroza, desde el último número de Scientific American, las irracionales afirmaciones de los creacionistas y sus absurdas demandas de "demostraciones" para una teoría que lleva comprobada más de un siglo y medio.


El problema con el creacionismo no es técnico ni científico, sino educativo. La mayoría de las exigencias de "pruebas" que los místicos reclaman en los rostros de los científicos ortodoxos se basan, casi siempre, en profundos malentendidos acerca de los mecanismos de que se vale la naturaleza para hacer evolucionar a las especies, cuando no de una supina ignorancia sobre el mismo tema. El ejemplo típico es cuando el creacionista le pide al evolucionista que le muestre un fósil del "eslabón perdido" entre el Hombre y el mono. Quien así procede está ignorando el hecho fundamental y comprobado de que el Hombre no "desciende" del mono, sino que sencillamente ambos divergieron a partir de un antepasado común, lo cual no es lo mismo en absoluto. El biólogo no puede mostrarle al predicador el eslabón perdido, por la sencilla razón de que tal organismo no existe ni existió nunca. Antes de pedir, hay que agarrar los libros, que, como todo el mundo sabe, no muerden.


El sociólogo victoriano Herbert Spencer escribió: "Todos aquellos que rechazan caballerosamente la Teoría de la Evolución porque consideran que no está adecuadamente apoyada en los hechos, parecen inclinados a olvidar que su propia teoría no está apoyada en ningún hecho en absoluto". Shermer agrega: "Bueno, después de más de un siglo, nada ha cambiado".

Lamentablemente, hay que darle la derecha y concederle que tiene razón.

Es muy graciosa la técnica que los creacionistas de hoy en día utilizan para intentar detener la avalancha incontenible de evidencias que demuestran la realidad de la evolución. Cada vez que Michael se cruza con uno de estos seudocientíficos, el tipo le exige que le muestre un fósil de transición, al menos uno, que pruebe la evolución. El bueno de Mike normalmente recurre a Ambulocetus natans, el animal cuadrúpedo que un día se metió en el mar y es el antepasado de muchos cetáceos modernos. ¿Qué hace el creacionista entonces? ¡Le pide que le muestre el fósil de transición entre A. Natans y las ballenas! Es la versión boba de la fábula de Aquiles y la tortuga...


El ejemplo clásico de Shermer

"Igualmente", reconoce Michael, "es una estrategia inteligente, pero descansa sobre un profundo error que yo llamo ´La Falacia del Fósil´. Es la creencia de que un único fósil —un solo bit de datos— constituye la prueba de un proceso multiforme y complejo como la secuencia histórica. De hecho, las pruebas se derivan de la convergencia de numerosas líneas de investigación. Son múltiples inducciones independientes que, todas juntas, apuntan a una conclusión libre de error".

Que la evolución existió ya es un hecho comprobado e inamovible. Y sabemos que así fue no porque una vez haya habido un chanchito llamado Ambulocetus ("ballena con patas" ), sino porque todos los datos de la geología, la paleontología, la biogeografía, la anatomía comparativa, la fisiología comparativa, la biología molecular y la genética están totalmente de acuerdo en ese punto. Ningún descubrimiento aislado de cada una de esas ciencias puede probar la evolución, pero todas juntas demuestran que la vida evolucionó en una secuencia determinada por medio de un procedimiento particular.


Shermer nos recomienda (gratis) una de las mejores recopilaciones de datos evolucionistas: The Ancestor´s Tale: A Pilgrimage to the Dawn of Evolution ("La historia ancestral: una peregrinación hacia el amanecer de la evolución" ), obra magna de Richard Dawkins. En ella se rastrean numerosos fósiles de transición, a los que el autor llama "comcestros", contracción de "ancestros comunes". El comcestro es el último antepasado común compartido por una categoría completa de organismos. Dawking comienza desde Homo sapiens hacia atrás, cuatro millones de años en el pasado, hasta llegar al origen de nuestra herencia y la aparición de nuestra evolución. En el libro se demuestra que ningún comcestro puede, por sí mismo, demostrar la realidad de la evolución biológica, pero que todos los comcestros juntos revelan la majestuosa historia de este proceso a lo largo del tiempo.

Como hemos expuesto en otro Zapping y su continuación, el doctor Anthony Poole va aún más allá, y está intentando desenmascarar a LUCA, el último comcestro de todos los organismos terrestres.


A un nivel más pedestre, Sherman presenta el ejemplo del perro doméstico, que también hemos tratado en el pasado. Si la idea del creacionista fuera que le explicásemos cuándo la subespecie Canis lupus familiaris (el Boby) se diferenció de Canis lupus (el lobo gris), podría pensarse que, con tantas razas distintas criadas por el hombre desde hace tantos miles de años, debieran haber millones de fósiles de transición que permitieran al paleontólogo reconstruir aceitadamente el árbol evolutivo de nuestra mascota. Por desgracia, esto no es así. La bióloga evolutiva Jennifer A. Leonard, del Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano dice que "el registro fósil que va del lobo al perro está muy disperso". La paleontología, entonces, por sí sola y aisladamente, no puede probar que el perro evolucionó del lobo.

¿Qué se hace en estos casos? ¿Se dejan las cosas como están y se afirma supinamente "Dios creó al lobo y al perro"? De ningún modo. Se busca la evidencia convergente.


La "creación" del perro

Así es que, en este estado del proceso, otra ciencia corrió en ayuda de los buscahuesos: la genética molecular. El 22 de noviembre de 2002 los genetistas demostraron sin sombra de duda, mediante el análisis del ADNmit de diversos cánidos, que los perros primitivos americanos y eurasáticos comparten un origen común con los lobos grises europeos.

De hecho, incluso se ha comprobado que los perros tienen mejores capacidades que los lobos en la compleja tarea de comprender e interpretar las señales y gestos de los seres humanos. Como su ADN es el mismo, se deduce de ello que esta capacidad es adquirida, y que el hombre la transmitió al perro durante el proceso de domesticación mutua.


No hay un fósil aislado que diga: "soy el eslabón perdido entre el perro y el lobo". Pensar algo así sería caer en lo que Mike llama "La Falacia del Fósil", la mentira preferida por los creacionistas. En cambio, hay que mirar otros "fósiles". Los "fósiles genéticos", los "fósiles del comportamiento", los "fósiles morfológicos", los "fósiles arqueológicos" y los "fósiles históricos". Todos ellos convergen hacia una misma conclusión, a saber: el perro salió del lobo. La evolución humana se comprueba por la misma vía, como la del mosquito, el delfín o el argentosaurus. No hay vuelta que darle.

¿Por qué los creacionistas se resisten a ver esto? ¿Por qué quieren que les demos unos viejos huesos que prueben esto o aquello?

Una de las posibles razones es que todos los fósiles que acabamos de enumerar son invisibles. No se los encuentra tirados en un pozo.

Pero son fáciles de hallar: sólo hay que mirar dentro de cada especie viviente.

Somos, en verdad, la prueba viviente de la evolución. No entender esto es negarnos a nosotros mismos.


MÁS DATOS:

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(Traducido, adaptado y ampliado por Marcelo Dos Santos de SciAm y de otros sitios de Internet)


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