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Esta imagen proveniente del observatorio orbital Chandra, la primera imagen
de Venus tomada en rayos X, muestra el aspecto de
semi-creciente debido a la orientación relativa del Sol, la Tierra
y Venus.
Los rayos X que surgen de Venus se producen por radiación fluorescente
del oxígeno y otros átomos de la atmósfera a altitudes entre 120 y
140 kilómetros sobre la superficie. En contraste, la luz visible
que brota de Venus se produce por reflexión en las nubes ubicadas
a alturas entre 50 y 70 kilómetros sobre la superficie.
Los rayos X solares bombardean la atmósfera de Venus, golpean
contra los electrones interiores de los átomos
y los excitan, llevándolos a un nivel superior de energía.
Los átomos retornan de inmediato a su estado de energía
habitual, emitiendo rayos X fluorescentes. Un proceso similar,
que involucra a la luz ultravioleta, produce la luz visible
de las lámparas fluorescentes.
Esta imagen y las que se realicen en el futuro permitirán a los
científicos el examen de regiones de la atmósfera venusiana
que son difíciles de investigar de otro modo.
Crédito: NASA/MPE/K.Dennerl et al.
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