El conde Drácula, interpretado en la foto por Bela Lugosi, quizá no fue un vampiro, sino un enfermo de rabia. Las leyendas de vampiros describen cadáveres que abandonan sus féretros para seducir mujeres y atacar humanos y animales. El médico español Juan Gómez Alonso observó similitudes entre los atributos que les otorga la leyenda a los vampiros y los síntomas de la rabia, como sexualidad exacerbada, espumarajos y una reacción a la luz brillante. Al ahondar en el tema, descubrió que la Hungría rural sufrió una epidemia de rabia en el siglo XVIII, que se extendió por Europa mientras proliferaban los relatos de vampiros. Por ello, Gómez Alonso cree que los campesinos, aterrorizados por la rara conducta de las víctimas de rabia, concibieron este mito para explicar el fenómeno. Después llegó a oídos de un escritor y fue llevado a la novela.

Revista de la National Geographic.