De tanto en tanto aparecen señales
que parecen sugerir que en sitios
remotos de nuestro planeta habrían actuado presencias colonizadoras
o civilizadoras que no tenían nada que ver con las culturas
imperiales europeas ni con otra civilización humana. Algunos
de estos contactos parecerían haber dejado conocimientos cósmicos
a culturas que de ninguna manera podrían tenerlos, adelantándose
incluso a los descubrimientos oficiales de la cultura humana. Hay
gran cantidad de especulaciones sobre este tema, algunas fuera de
todos los límites de lo aceptable científicamente,
pero por suerte, para alimentar nuestra imaginación y deseo de
misterio, algunos hechos se mantienen en las fronteras de lo
que la ciencia puede descartar. Un caso interesante es el de
la cultura Dogon, en lo que hoy es la nación africana de Mali.
En 1947 el antropólogo francés
Marcel Griaule
llevaba diecinueve años estudiando las culturas africanas y había estado
viviendo junto a la tribu Dogon, en la región francesa del oeste de África,
durante dieciséis de esos años. Los Dogon viven en un lugar llamado Bandiagara,
en lo que es hoy la nación de Mali, entre la legendaria ciudad de
Timbuctú
y la ciudad de Ougadougou. Bandiagara está muy aislado, mientras que Timbuctú
fue una vez un poderoso centro ubicado en las rutas de comercio que
cruzaban el Sahara. Al comienzo del siglo 20 esa zona se convirtió
en una posesión francesa conocida como
África Occidental Francesa.
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Ese año, algunos de los ancianos Dogon se aproximaron a Griaule
y le dijeron que deseaban contarle algo que formaba parte del conocimiento
secreto de su tribu. Griaule había estado entre ellos dieciséis años y
habían llegado a aceptarlo y respetarlo. Los ancianos habían
decidido que debían tener confianza en él y transmitirle su
conocimiento secreto, un conocimiento que la mayoría de la gente
de la tribu no tenía. Este conocimiento había sido traspasado
por tradición oral durante siglos, algo común en las tribus de
África, que hacen pasar así, de generación en generación, la sabiduría
tribal y su historia.
Villa de los Dogon
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Los ancianos Dogon le contaron a Griaule la historia de la creación
del universo, de acuerdo a su mitología secreta. Le hicieron saber
que los Nommo, unas criaturas mitad humanas y mitad peces,
iniciaron la civilización en la Tierra. Le contaron sobre la
ceremonia Sigui, que se celebra cada cincuenta años y que
representa la renovación del universo. Le mostraron unas máscaras de
cuatrocientos años de antigüedad que se venían usando en los
ritos Sigui.
Posiblemente la cosa más interesante que los ancianos le contaron
a Griaule fue su cosmología. Le dijeron que sabían que la Luna es
seca y estéril, que Saturno la estrella del lugar limitador
tiene anillos alrededor y que Júpiter dana tolo
tiene cuatro grandes lunas. Ellos sabían que la Vía Láctea es un
conjunto de estrellas en forma de espiral y que los planetas se
mueven en órbitas elípticas alrededor del sol.
Los Dogon tienen una reverencia especial por Sirio. Los ancianos
le dijeron al antropólogo que Sirio no era una estrella solitaria, sino
tres. La que se puede ver, sigi tolo (Sirio A), es la más
grande y brillante. Alrededor de ella orbita una estrella más
pequeña, po tolo (Sirio B), que fue bautizada con el nombre
de un pequeño grano, que se llama Digitaria. Ellos creen
que esta pequeña estrella es la cosa más pesada del universo porque
está hecha de un metal llamado sagala. Esta pequeña estrella
orbita a sigi tolo en un ciclo de cincuenta años, siguiendo una órbita
elíptica. A la tercera estrella del sistema la llaman emme ya,
el sol de las mujeres. Es cuatro veces más liviana que
po tolo (Sirio B) y viaja en la misma dirección alrededor de
sigi tolo, pero en una órbita más alejada. Se mueve mucho
más rápido por el espacio, por lo cual le lleva el mismo tiempo
completar una órbita alrededor de sigi tolo. Emme ya
tiene un satélite o planeta, llamado Goatherd o la
estrella de las mujeres. Las máscaras sigui de
cuatrocientos años de antigüedad tienen dibujos que representan
esta cosmología.
El trabajo científico de Griaule sobre los Dogon, escrito en
conjunto con su colega Germaine Dieterlen, se publicó en 1950.
Se le llamó A Sudanese Sirius System. Griaule murió en
París de un inesperado ataque al corazón en 1956 y los Dogon,
en la lejana Mali, celebraron una ceremonia de funeral en su
honor, mostrando su estima por aquel hombre. En 1965 se publicó
un libro de Griaule y Dieterlen sobre los Dogon. Se le llamó
Le Renard Pale, o The Pale Fox.
Robert Temple y El misterio de Sirio
En 1966, Robert Temple, socio de la Royal Astronomical Society
y autor de varios libros, debe haber leído algo del material de
Griaule sobre la cosmología de los Dogon. En 1968 obtuvo una
traducción al inglés de Le Renard Pale. Se interesó en el
misterio de cómo los aislados Dogon podrían haber sabido por
centenares de años que Sirio, una de las más brillantes estrellas
en el cielo, tenía una compañera invisible, Sirio B. Esta estrella,
Sirio B, existe: es una estrella tipo enana blanca y es tan pequeña que
no es posible verla sin el adecuado telescopio. Fue completamente
desconocida para los astrónomos hasta 1862, cuando el astrónomo
norteamericano Alvan Clark la pudo ver por primera vez. Sirio B,
como todas las enanas blancas, está formada de materia densamente
comprimida que, si bien no es la materia más pesada del universo,
está cerca de serlo. Hasta 1926 no se había descubierto que las
enanas blancas eran tan masivas que un metro cúbico de su materia
podía pesar 20.000 toneladas. Se descubrió tambien que Sirio B
orbita a Sirio A en una órbita elíptica que se completa en 50
años. Sirio B fue fotografiada por primera vez en 1970.
¿Cómo podían saber los Dogon sobre Sirio B si no tienen telescopios?
¿Cómo podían saber que Saturno tiene anillos, que la Luna es
un lugar seco y estéril y que hay cuatro grandes lunas orbitando
Júpiter? Las cuatro grandes lunas de Júpiter son las llamadas
galileanas, porque el primero que las vio fue justamente Galileo,
al apuntar su telescopio hacia Júpiter. Las lunas de Júpiter y
los anillos de Saturno sólo son visibles a través de un telescopio.
"Casa de las palabras" de los Dogon
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Cuando Temple leyó el material de Graiule sobre los Dogon, encontró
que su mitología llevaba sus orígenes a los Nommo, las
criaturas medio humano y medio pez de sus mitos de creación.
Temple relacionó estas criaturas a Oannes, de la mitología sumeria,
un criatura-dios que era mitad pez y mitad humano y que se dice llevó
la civilización a los pueblos antiguos. Temple encontró, además,
contactos con la mitología griega y egipcia. Escribió un libro
sobre su interpretación de las creencias Dogon, llamado The
Sirius Mystery (El misterio de Sirio), que fue publicado
en los 70. En este libro sostiene que los Nommo fueron extraterrestres
que vinieron a la Tierra desde un planeta del sistema de Sirio.
Visitaron a los Dogon, a los babilonios y posiblemente a los
egipcios. El conocimiento astronómico de los Dogon provendría de
este contacto.
Finalmente, en 1995, los astrónomos franceses Daniel Benest y
J.L. Duvent publicaron un estudio en Astronomy and Astrophysics,
en el que proponen que ciertas perturbaciones que se observan en
el sistema de Sirio se podrían explicar con la existencia de una
tercera estrella. Propusieron que este tercer miembro del sistema
es una pequeña estrella enana roja que podría ser Sirio C. Si es
así, quedaría verificada otra parte de las creencias de los Dogon,
la que involucra la tercera estrella llamada emme ya.
Opiniones opuestas
Inevitablemente, hay escépticos. Carl Sagan publicó una lista de
lo que los Dogon no saben. Se preguntaba por qué los extraterrestres
les hablarían de sólo cuatro de las lunas de Júpiter y por qué
les contarían de Saturno y sus anillos y no les habrían dicho nada
de las planetas más exteriores. Sugirió que la razón es que esas
cosas, junto a Sirio B, son las que un visitante europeo podría
haber relatado a los Dogon entre los años 1925 a 1935. En consecuencia,
dijo Sagan y dicen otros, los Dogon deben haber obtenido sus conocimientos
de astronomía de misioneros, comerciantes u otros visitantes del área
en los años anteriores a la conversación con Griaule. Dijo Sagan que
los Dogon, simplemente, incorporaron este nuevo conocimiento a
sus creencias anteriores sobre Sirio A. La reverencia por Sirio A,
la estrella más brillante del cielo, no es poco común entre los
pueblos antiguos, debido a su aparición en el amanecer anunciando la
cercanía del verano, con implicaciones para la agricultura.
¿Hubo misioneros entre los Dogon antes de 1931? Robert Temple dijo en
1990 que él le había escrito al Padre Superior de los Padres
Misioneros Blancos en Mali, preguntándole cuándo se habían enviado
los primeros misioneros a la región de los Dogon. Temple dijo que
el Padre Superior le había dicho que los primeros misioneros habían
arribado allí en 1949. Estas cosas deberían ser verificables. Los
misioneros registran sus actividades muy regularmente y envían
reportes periódicos a sus iglesias. Sin embargo, la presencia de
comerciantes y otros europeos entre los Dogon entre 1925 y 1931
sería algo muy difícil de verificar.
La colega de Griaule y coautora, la antropóloga Germaine
Dieterlen, que vivió entre los Dogon la mayor parte de su vida,
fue interrogada por un reportero del programa
Horizon de la BBC,
sobre si los Dogon podrían haber aprendido su conocimiento sobre
Sirio de otros europeos. Ella dijo que la idea era "absurda"
y exhibió un objeto Dogon de 400 años de antigüedad que muestra a
Sirio y sus estrellas compañeras.
Los escépticos dicen que el objeto, una máscara ceremonial, nunca
fue datado con el método del carbono 14.
En un artículo llamado
The Dogon Revisited,
Bernard R. Ortiz de Montellano cuestiona el trabajo de Griaule sobre
la cosmología de los Dogon:
De hecho, es fútil teorizar sobre toda la cuestión de los Dogon,
debido a que los datos originales de Griaule, sobre los que se
construye todo el edificio, son muy cuestionables. Durante años se
ha criticado su metodología, que muestra un intento de redimir el
pensamiento africano, sus entrevistas formales con un informante
único y a través de un intérprete y la ausencia de textos en lenguaje
Dogon.
Otros antropólogos que han estudiado a los Dogon en años recientes
no han encontrado evidencia del conocimiento sobre el sistema de
Sirio. Uno de ellos, un antropólogo belga llamado Walter van Beek,
es particularmente crítico sobre Griaule, de acuerdo a de Montellano:
Van Beek señala que los datos de Griaule fueron tomados en sesiones
largas e intensas con un informante principal, Ambara. En este
proceso, es posible que Griaule reinterpretara los dichos de este
informante a la luz de su propio conocimiento sobre Sirio y su
pesada compañera, que había estado en las noticias tiempo antes de
que comenzara su trabajo de campo. A la vez, los Dogon, al ser
Griaule una persona extremadamente respetada y caerles bien, y al
ser muy importante en su cultura el consenso y el evitar las
contradicciones, podrían haber aceptado su análisis como si fuera
de ellos.
Informantes de 1950
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Extrañamente, en el primer trabajo científico de Griaule sobre el
tema, Un Systeme Soudanais de Sirius, él pone los nombres
de sus "informantes", las tribus a las que pertenecían y los lenguajes
en los que hablaron. En la lista hay cuatro y ninguno se llama "Ambara".
En otro lugar Griaule nombra a su instructor Dogon como
Ogotemmeli
de Lower Ogol, que dice ser una autoridad de los sacerdotes
Dogon de Sanga. De hecho, uno de los trabajos de Griaule se llama
Conversaciones con Ogotemmeli. Hay que preguntarse si el problema
no será que los ancianos Dogon simplemente no tuvieron confianza
en Van Beek y a los últimos antropólogos que los han visitado,
como Boujou y Lane, a diferencia de la confianza que tenían con
Griaule.
El libro de Temple The Sirius Mystery también ha sido
muy criticado. En ningún lugar del libro se cita una afirmación de
Griaule sobre que los Nommo hayan sido extraterrestres que visitaron
a los Dogon. Por el contrario, en el trabajo de Griaule queda claro
que los Nommo son parte del mito de creación de los Dogon.
Tampoco afirma Griaule directamente que los Dogon hayan obtenido
de unos extraterrestres su conocimiento sobre el sistema de Sirio.
Temple extrae estas afirmaciones de los
datos de Griaule. Temple también toma la teoría de
Benest y Duvent sobre la posibilidad de existencia de una pequeña
enana roja en el sistema de Sirio (Sirio C), que es ofrecida como
una posible explicación a una perturbación orbital, y la convierte
en una afirmación. Algo un tanto prematuro.
La pregunta es cómo llegaron los Dogon al conocimiento de la
existencia de Sirio B y, posiblemente, Sirio C, y si es cierto que
lo saben desde hace por lo menos cuatrocientos años.
- Broca's Brain (El cerebro de Broca) de Carl Sagan
Sagan da su opinión sobre la historia de los Dogon.
- The Sirius Mystery por Robert Temple
Edición actualizada del libro.
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(Traducido, adaptado y ampliado por Eduardo J. Carletti de varios sitios en Internet)