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20/ago/02
El "producto" fue
desarrollado por una compañía taiwanesa con la colaboración de varios
organismos oficiales de la República de China. Es el resultado de la
modificación genética del Medaka o Pez cebra, una variedad
asiática de agua dulce a la que le añadieron genes de medusa para darle
fluorescencia. Los ambientalistas se oponen, pero el Pez Frankenstein ya
está listo para ser puesto a la venta en Gran Bretaña, que autorizó su
importación.
Gran Bretaña autorizó la importación de
un pez cuyo ADN fue manipulado para volverlo fosforescente
(Clarín) El 11 de septiembre, la empresa taiwanesa Taikong
empezará a comercializar una especie de peces genéticamente modificados para
brillar en la oscuridad. Pese a las críticas de los grupos que se oponen a la
manipulación del ADN, varios cientos de ejemplares del llamado Pez
Frankenstein están a punto para ser enviados a numerosos acuarios de Gran
Bretaña. El nuevo ovíparo, bautizado TK-1, resulta de la modificación
genética del Medaka o Pez cebra, una variedad tropical asiática
de agua dulce a la que se le han añadido genes de medusa que le dan una
fluorescencia de color amarillo verdoso. Para desarrollar el proyecto, los
investigadores de Taikong contaron con la colaboración de varios organismos
oficiales, como el Instituto de Zoología de la Universidad Nacional de Taiwán
(http://ccsun57.cc.ntu.edu.tw/~zoology/zoologye.htm).
Los científicos tomaron los genes luminiscentes de una medusa y los implantaron
en un embrión de Medaka, logrando así un pez que brilla en la
oscuridad. "Se eligió esa especie porque no tiene ninguna marca ni
coloración externa y eso permite que el efecto resulte más visible",
declaró Willis Fang, presidente de Taikong (www.azoo.com.tw/).
El TK-1 está actualmente en exhibición en el Simposio de Biotecnología de
Taipei, Taiwán. Quienes lo han visto, reconocen la belleza y singularidad del
animal hasta hace poco ausente del reino natural. Y se animan a preanunciar un
éxito comercial sin precedentes en los acuarios de todo el mundo. Se espera que
el "boom" se dispare desde Gran Bretaña, donde el Pez Frankestein
ya consiguió un muy protestado permiso de comercialización.
"Estamos ante un típico caso de mal uso de un tipo de tecnología que
debería ser aplicada al beneficio de la humanidad y que, en cambio, fue puesta
al servicio de la novedad sin sentido", opinó en su editorial la revista
de ictiología Fishkeeper, enemiga de la manipulación genética de
animales y plantas. Por su parte, Keith Davenport, director ejecutivo de la
Asociación de Comercio Ornamental Acuático (http://www.ornamentalfish.org/),
dijo que "interferir el genoma es innecesario" y condenó el hecho de
que "se conviertan animales en accesorios de moda". Derek Lambert, el
editor de Fishkeeper, lanzó un llamado a boicotear el lanzamiento del TK-1 y expresó su preocupación respecto a la
posibilidad de que sea "el primero de una larga serie de peces
genéticamente modificados".
"Todos estamos preocupados por el Pez Frankenstein de Taiwán", dijo
Lambert. Otros expertos han advertido que los genes no actúan de forma aislada
y que su introducción para añadir la fosforescencia puede desencadenar cambios
en otros genes. Además, si son liberados en ríos o pantanos, sus predadores
naturales podrían evitar comerlos debido a su extraña fosforescencia, lo que
ocasionaría su multiplicación sin control. Por su parte, la firma que
desarrolló la nueva especie, aseguró que sólo está ofreciendo un nuevo
producto a "los amantes de la ictiología" y dijo que el TK-1 no
oculta riesgos de ningún tipo. "Es estéril," dijo Fang, de Taikong,
quien agregó que el gen fluorescente no es dañino y que su diseño supera las
normas de importación de organismos genéticamente modificados de la Unión
Europea, "que no son para nada flexibles".
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