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15-Jul-2007

NOTICIAS DE LA NASA


Los límites de la vida orgánica


Con su gruesa y dilatada atmósfera, el orbe naranja de Titán resplandece suavemente, rodeado por un fino halo de luz púrpura, dispersada a través de la bruma. Crédito: NASA/JPL/Instituto de Ciencia Espacial.

La búsqueda de vida en el Sistema Solar, y más allá, debe incluir esfuerzos para detectar lo que los científicos definen algunas veces como vida "extraña" —es decir, vida con una bioquímica alternativa a la de la vida en la Tierra— dice un nuevo informe del Consejo Nacional de Investigación (National Research Council). El comité que escribió el informe descubrió que los requisitos fundamentales para la vida como generalmente la conocemos —un biosolvente del agua líquida, un metabolismo basado en el carbono, un sistema molecular capaz de evolucionar y la capacidad de intercambiar energía con el ambiente— no son las únicas vías para sostener los fenómenos reconocidos como vida.

"Nuestra investigación puso de manifiesto que la vida es posible en formas diferentes a las de la Tierra", dice Juan Baross, presidente del comité y profesor de oceanografía en la Universidad de Washington, Seattle. El informe acentúa que "ningún descubrimiento que podamos realizar en la exploración del Sistema Solar tendría más impacto sobre nuestra visión de la posición humana en el cosmos, ni podría ser más inspirador, que el descubrimiento de una forma de vida alienígena, aunque ésta sea primitiva. Al mismo tiempo, queda claro que nada sería más trágico en la exploración del espacio que encontrar vida alienígena y no poder reconocerla".

La suposición tácita de que la vida alienígena utilizaría la misma arquitectura bioquímica que la vida en la Tierra provoca que los científicos limiten el alcance de su pensamiento en cuanto a la posible ubicación de vida extraterrestre, dice el informe. La presunción de que la vida requiere agua, por ejemplo, ha limitado el pensamiento sobre probables habitats marcianos a esos lugares en donde el agua líquida se cree está presente o donde podría haber fluido alguna vez, tal como las profundidades de Marte.


Los ambientes extremos, como el excesivamente seco desierto de Atacama, en Chile, albergan organismos únicos, que pueden sobrevivir en algunas de las condiciones más rudas de la Tierra. Crédito: Aaron Gronstal.

Sin embargo, según el comité, los líquidos tales como el amoníaco o el formamide podrían trabajar como biosolventes —líquidos que disuelven sustancias dentro de un organismo— pero con diversas bioquímicas. La reciente evidencia de que la mezcla agua-amoníaco, en estado líquido, podría existir en el interior de Titán, una de las lunas de Saturno, sugiere que se debe aumentar la prioridad de misiones de sondeo hacia Titán, un lugar que el comité considera como el hogar más probable para la vida extraña en el Sistema Solar.

"Es crítico saber qué debemos observar en la búsqueda de vida en el Sistema Solar", dice Baross. "La búsqueda se ha enfocado hasta ahora sobre vida como la Terrestre porque es la única que conocemos, pero la vida que puede haberse originado en alguna otra parte podría ser irreconocible comparada con la vida en nuestro planeta. Los avances en biología y bioquímica, durante la década pasada, demuestran que los requisitos básicos para la vida tal vez no son tan concretos como pensamos".

Además de la posibilidad de biosolventes alternativos, los estudios demuestran que las variaciones en algunos otros pilares básicos de la vida también pueden apoyar la vida extraña. El ADN terrestre trabaja a través del apareamiento de cuatro compuestos químicos llamados nucleótidos, pero los experimentos en biología sintética han creado estructuras con seis o más nucleótidos que también pueden codificar la información genética y, potencialmente, sostener la evolución darviniana.

Adicionalmente, los estudios en química demuestran que un organismo podría utilizar energía de fuentes alternativas, tal como una reacción del hidróxido de sodio y del ácido hidroclórico, significando esto que tal organismo podría tener un metabolismo no basado en el carbono.

Los investigadores necesitan explorar más profundamente las variaciones de los requisitos para la vida con particular énfasis en los estudios del origen de la misma, los cuales ayudarán a determinar si la vida puede existir sin agua o en ambientes donde ésta solamente se encuentra bajo condiciones extremas, dice el informe. La mayoría de los planetas y de las lunas en el Sistema Solar encajan en alguna de estas categorías. La investigación debe también centrarse en cómo los organismos asimilan los elementos clave, pues incluso una vida no basada en el carbono necesitaría elementos para realizar reacciones químicas y energéticas.


En 2005, las cámaras en el orbitador Cassini, de la NASA, capturaron imágenes de lo que parecen géiseres activos en Encelado, una luna de Saturno. Crédito: NASA/JPL/Instituto de Ciencia Espacial.

El informe también considera que en el futuro la búsqueda de vida alienígena no debe excluir la investigación adicional de la vida terrestre. A través del examen de ambientes extremos, tales como desiertos y profundidades oceánicas, los estudios han determinado que la vida existe esencialmente en cualquier lugar de la Tierra en donde el agua y una fuente de energía se hallen juntas. Los investigadores de campo deben por lo tanto buscar organismos con singulares bioquímicas y aquellos que existen en áreas donde los recursos vitales son escasos pare entender mejor cómo funciona realmente la vida en la Tierra, dice el comité. Esta comprensión contribuirá grandemente a la búsqueda de vida similar a la terrestre en donde las condiciones necesarias para su existencia podrían ser encontradas, como en el caso de las superficies interiores de Marte.

Las misiones espaciales necesitarán un ajuste para aumentar la amplitud de sus búsquedas de vida extraterrestre. Las misiones previstas a Marte, por ejemplo, deben incluir instrumentos para detectar elementos ligeros —especialmente carbono, hidrógeno, oxígeno, fósforo y sulfuro— así como grupos funcionales orgánicos simples y carbono orgánico. La evidencia reciente indica que otra luna de Saturno, Encelado, tiene géiseres de agua activos, elevando la perspectiva de que ambientes habitables pueden existir en ese lugar y aumentando en gran proporción la prioridad de estudios adicionales sobre este cuerpo celeste.

Traducido al español por Leonardo Montero Flores
Fuente: Astrobiology Magazine


            
            

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