10/Ago/05
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Se estrenará una ópera sobre la bomba nuclear
La creación de bomba nuclear, uno de los hechos más controvertidos de la historia moderna, ha sido tratada por el arte de diversas maneras. Ahora John Adams
y Peter Sellars ultiman su ópera Doctor Atomic, sobre la primera bomba nuclear.
(La Nación, Chile) - Otto Frisch, testigo presencial del estallido de la primera bomba atómica el 16 de julio de 1945 en Trinidad, Nuevo México, dijo y
dejó grabado para la posteridad: "Y entonces, sin el menor sonido, el sol estaba brillando; o al menos eso pareció. Las arenosas colinas al borde del desierto
estaban rielando con una luz muy brillante, casi sin forma ni color. Esa luz no pareció cambiar durante un par de segundos; luego empezó a disminuir. Me volví en
redondo, pero ese objeto sobre el horizonte que parecía un pequeño sol era todavía demasiado brillante para mirarlo directamente. Era un espectáculo
asombroso; cualquiera que haya visto alguna vez una explosión atómica no la olvidará nunca. Y todo ello en un completo silencio; el bang llegó unos minutos más
tarde, ensordecedor pese a que me había tapado los oídos, y seguido por un largo retumbar como el de un tráfico muy intenso y muy lejano. Todavía puedo
oírlo".
Hablaba sobre el exitoso ensayo de la mayor explosión intentada por manos humanas hasta ese día.
El momento culminante había sido precedido por muchos meses de intenso trabajo. En un clima desértico plagado de escorpiones y tarántulas, y sacudido por
tormentas eléctricas y temperaturas que sobrepasaban los 40 grados, se habían cruzado entre los científicos que formaban parte del Proyecto Manhattan
innumerables apuestas, porque algunos temían que se destruyera la vida humana en todo Nuevo México.
Otto Frisch era otro más en la larga lista de físicos, ingenieros y personal militar de Estados Unidos que se habían establecido en Los Álamos en sumo secreto y
trabajaban contra reloj para hacer realidad un sueño: un arma de destrucción masiva basada en la energía nuclear. Eran nombres que formaban un auténtico
"dream team" de la física nuclear: Enrico Fermi, Felix Bloch, David Bohm, James Chadwick, James Franck, Emilio Segre, Eugene Wigner. Muchos, emigrantes
de la Europa nazi que deseaban ardientemente que su trabajo sirviera para acabar con Hitler.
Y, sobre todo, uno que sobresalía: Robert Oppenheimer, que pasaría a la historia como creador de la bomba atómica.
Él es el protagonista de la nueva ópera del compositor John Adams. El creador de Doctor Atomic, que se estrenará el 1 de octubre en la ópera de San
Francisco lleva esta vez al escenario una coproducción de la Ópera Lírica de Chicago y la Ópera de Londres, que se podrá ver además en Chicago, Amsterdam
y Londres.
Adams explica: "Quiero usar la estructura de las películas de ciencia ficción de los años cincuenta. Estos acontecimientos tuvieron lugar en un tiempo en que los
filmes sobre las bombas y los monstruos y las mutaciones eran muy populares. Por eso la llamé Doctor Atomic".
Con ésta ya son tres las óperas fruto del trabajo conjunto de John Adams y el director de escena Peter Sellars. Las predecesoras son: La muerte de
Klinghoffer y Nixon en China. Además, han realizado producciones musicales de la talla de I was looking at the ceiling and then I saw the sky
(1995) y El Niño (2000). Proyectos recientes incluyen La historia de un soldado de Stravinsky con la Filarmónica de Los Ángeles.
El equipo para el estreno se complementa además con la presencia del director orquestal Donald Runnicles, el barítono Gerald Finley como Oppenheimer,
Lorraine Hunt Lieberson como su esposa, Kitty Oppenheimer.
El diseño sobre el escenario es de vital importancia, puesto que éste se convertirá en un laboratorio de ciencia apocalíptica y el nivel cero para un nuevo milenio
en la historia de la humanidad. Que el gran estallido se convierta en solemne espectáculo se debe a la figura faustiana de Robert Oppenheimer. Al igual que el
legendario personaje de Goethe, este genial científico tuvo que venderse al diablo para emerger como un posible dios, líder de un proyecto que iba a cambiar
para siempre los designios del ser humano.
En un equipo estelar, Robert Oppenheimer destacaba con luz propia. Provisto de una vasta cultura, hablaba fluidamente el francés y el alemán, leía sánscrito,
citaba de memoria a Charles Baudelaire y otros poetas y escuchaba a menudo después del duro trabajo música clásica.
La ópera se centra en las horas antes de la explosión, en los momentos que la preceden, cuando los personajes viven una gran incertidumbre en un paisaje
desértico horas antes de saber si la detonación funcionará y, en ese caso, si sobrevivirán. Adams lo expresa así: "Se trata de evocar los momentos en que
pasamos de ser una especie que puebla el planeta a ser capaces de destruirlo".
Todos aquellos que trabajaron para la elaboración de la bomba atómica lo hicieron creyendo que iba a acabar con los alemanes, pero al final la bomba fue
utilizada contra los japoneses para servir como señal de advertencia a los rusos. Aquí aparece el núcleo central de la ópera: el aspecto mitológico de los
escrúpulos. Todos los miembros del Proyecto Manhattan eran conscientes de que se enfrentarían a la crisis moral que supone el uso inevitable de la bomba
contra la población civil.
La ópera Doctor Atomic concluye con el estallido de la bomba.
Según confesión propia, cuando la bomba estalló en Trinity, y alrededor de personas que reían, gritaban o, la mayoría, permanecían en silencio, Oppenheimer se
acordó de un verso de Bhagavad-Gita, la obra más importante de la cultura hindú, su libro de cabecera: "Debo convertirme en la muerte, el despedazador de
mundos".
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