19/Oct/05

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Curiosidad: Alerta en Port-Gentil por los "ladrones de sexo"

(AFP) - Los hombres de Port-Gentil, la capital económica gabonesa, están rodeados de psicosis desde que a comienzos de octubre se registraran varios casos de desaparición o encogimiento de sus miembros viriles tras un simple contacto con un desconocido.

"Pasé al lado de un señor que me rozó al pasar. En ese momento sentí una energía no habitual que me atravesaba el cuerpo. A la altura de la pelvis, no sentía la presencia de mi sexo", cuenta Yann, de 21 años, que se presenta como una de las víctimas.

"Fue un hombre que yo no conocía el que encogió mi sexo, después de darme la mano, que me había tendido educadamente al preguntarme la hora", explica Jean-Pierre, de 33 años. "Tuve miedo y cuando me acordé del fenómeno del robo de sexo, era demasiado tarde, el mío ya había perdido su forma normal".

Las dos víctimas afirman, sin embargo, que rezando han vuelto al estado normal que tenían antes del fenómeno.

En total, se han registrado seis casos similares desde inicios de mes en la capital económica gabonesa. En la ciudad, el fenómeno acapara las discusiones y los hombres tienen cuidado al andar para no tropezar con desconocidos, mientras que el dar la mano ha quedado para los parientes más cercanos o los viejos amigos.

Aunque este fenómeno pueda hacer sonreír, a veces tiene consecuencias graves, ya que gritar en una calle que un hombre es un "ladrón de sexos" desencadena la violencia inmediata contra el señalado, que en los mejores casos es conducido a la policía tras una paliza.

La policía reconoce que el caso es complicado: "los hombres conducidos hasta aquí claman invariablemente su inocencia. Nosotros estamos molestos, además, porque las pruebas son difíciles de dar para la mayoría de los demandantes", admite un policía anónimo que explica que se encarga sobre todo de proteger a los "presuntos ladrones" de un linchamiento.

"Es místico y mágico, no se demuestra más que sobre un plano altamente espiritual", subraya un 'nganga' (curandero tradicional), el maestro Augustin Nguindou.

El fenómeno no es nuevo: Port-Gentil conoció una psicosis similar en 2001 y un liberiano murió linchado por la multitud y en Libreville también se produjeron casos. El asunto reaparece periódicamente desde hace decenas de años en las grandes ciudades africanas, causando numerosos muertos.