12/Nov/05

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Robots en Cádiz, España

Melanie visitó esta semana la Escuela Superior de Ingeniería, provocando una gran expectación entre los estudiantes. El interés mayor se centra en los peculiares movimientos de esta máquina, que recuerdan a una hormiga. Melanie llega de la mano de Alejandro Alonso Puig, que no es su pareja, sino su creador.

(Diario de Cádiz) - Melanie es un robot, claro, y Alonso Puig el fundador de la empresa Quark Robotics S.R.L y trabajador del grupo IBM.

Una hora después del espectáculo del insectoide Melanie, Ápodo Cube recreó los movimientos de una serpiente en el salón de actos de la escuela, luego de la ponencia del profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan González Gómez.

Estas peculiares visitas se suceden estos días con motivo de la celebración de las segundas jornadas de Robótica de la Universidad de Cádiz, en la Escuela Superior de Ingenieros, en coincidencia con la semana de la ciencia y tecnología que se pone en marcha a nivel nacional cada año. Precisamente, ingenio es lo que le sobra a los participantes de estas jornadas, que presentan distintos modelos y variedades de robots.

El salón de actos de esta escuela superior, situada en la confluencia de la calle Chile con Benito Pérez Galdós, a las espaldas del Gran Teatro Falla, quedó pequeño para acoger a la gran cantidad de alumnos que se acercaron para escuchar a los distintos conferenciantes, en una jornada que comenzaba a las nueve y media de la mañana.

Una extensa gama de profesores y alumnos, además de algún que otro profesional de la robótica, se repartían entre los diferentes carteles anunciadores del evento, que casi empapelan estos días la escuela superior de Ingeniería.

Todos los presentes querían aprender escuchando las conferencias pero, por encima de todo esto, querían conocer de cerca a esas máquinas que han estudiado o conocido a través de documentos fotográficos o audiovisuales. Por eso, la conferencia más esperada era la del profesor del departamento de Electrónica de la Universidad de Alcalá de Henares, Julio Pastor Mendoza, quien hizo un repaso sobre los concursos de robots más importantes en España y Europa, a lo que siguió unas interesantes demostraciones en vivo sobre algunas de las máquinas que compitieron en la última edición de Eurobot.

El subdirector de Investigación de la escuela y organizador de estas jornadas, Arturo Morgado Estévez, comenta el interés que muestran sus alumnos hacia esta especialidad, asegurando que en muchas ocasiones "soy incapaz de seguir el ritmo que marcan. Existe una gran afición a la robótica".

De hecho, este interés y dedicación de los propios alumnos ha desembocado en la creación de una asociación que, en breve, pasará a ser un colectivo oficial de la propia Universidad de Cádiz: la asociación de microbótica de la UCA (AMUCA), que cuenta con página web y que fue presentada a los alumnos por su presidente, José Alfonso Pichardo.

Todos estos acontecimientos tuvieron espectadores de excepción, pues las jornadas de robótica contaron este año con la asistencia de alumnos de los institutos Bahía de Cádiz, Salesianos y San Severiano, además del portuense Safa–San Luis. El director de las jornadas se ha mostrado muy satisfecho con la presencia de los institutos de Secundaria, "pues ellos van a ser la materia prima de la universidad en el futuro".

Además de asistir a las jornadas y comprobar las exhibiciones de los robots que se fueron sucediendo, estos jóvenes participaron en un taller de robótica. Arturo Morgado destacó, antes de que se realizara, la importancia de este taller, "que es la parte más básica, el punto de partida. Los alumnos van a poder experimentar cómo empezaron a programarse los robots".

Las jornadas concluyeron con la presentación de los proyectos de robótica de tres alumnos de la escuela superior de Ingeniería. Daniel Berdugo imitó el movimiento natural de una pierna, Rafael González se sirvió de una videoconsola para controlar a un microrrobot y Daniel Quintero hizo una demostración de cómo una microcámara puede hacer el seguimiento de un objeto.

Por tanto, la escuela superior de Ingeniería se ha convertido estos días en todo un universo de electrónica, informática y técnica que se escapa a la vida cotidiana. Elementos de otra dimensión cobran protagonismo en el edificio de altas escaleras que hay justo al lado de la iglesia del Santo Ángel. Los robots han tomado, aunque sea por unos días, el control de una ciudad trimilenaria.

Aportado por Eduardo J. Carletti