18/Dic/05!f>
|
Revista Axxón
Axxón en facebook
Lectores de Axxón en facebook
|
|
Fuimos a ver King Kong
!t>
Una extensa película, de un director del que todos esperamos maravillas y con la particularidad de que los estudios permitieron que se distribuya y exhiba la
versión del director, algo poco común en la industria cinematográfica norteamericana.
(Axxón)
Título: King Kong
Director: Peter Jackson
Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens y Peter Jackson,
sobre una historia de Merian C. Cooper y Edgar Wallace.
Elenco: Naomi Watts (Ann Darrow), Jack Black (Carl Denham),
Adrien Brody (Jack Driscoll), Thomas Kretschmann (Capitán Englehorn),
Colin Hanks (Preston), Andy Serkis (Kong/Lumpy), y otros.
Productores: Jan Blenkin, Carolynne Cunningham, Peter Jackson
y Fran Walsh.
Año de la producción: 2005.
¿Qué hubiera pasado si el capitán Ahab hubiera capturado a Moby Dick? La remake de King Kong, dirigida por Peter Jackson, parece querer
responder esa pregunta. El argumento nos ubica a principios de la década de 1930, en un Estados Unidos hundido en la Gran Depresión. Las villas miseria
rodean la Gran Manzana que, sin embargo, mantiene la magia gracias a la incipiente industria del entretenimiento. En este territorio (pintado de a trazos en la
película y con una atrayente reconstrucción de época realizada en… Nueva Zelandia), los oportunistas y los "buscavidas" son los mejor adaptados. Entre los
primeros está Carl Denham: un mediocre director de cine, cuya desfachatez no tiene límites. Entre los últimos tenemos a Ann Darrow: una artista de varieté, de
buen corazón, pero que está pasando hambre, como buena parte de los habitantes de la ciudad.
Es precisamente Carl Denham (a través de la formidable composición de Jack Black), quien tiene a su cargo "el avance" de la primera hora de película. Un poco
en tono de comedia, vemos a Denham echando mano de cualquier recurso con tal de ver su ambiciosa película terminada. Siguiendo con el paralelo entre
King Kong y Moby Dick, es Denham quien lleva consigo la ciega obstinación de Ahab. Porque este pintoresco director de cine irá mostrando su
faz más oscura conforme se vaya acercando al lugar donde la película será filmada: Skull Island, cerca de Sumatra.
La nueva remake de King Kong, se divide casi cronométricamente en tres partes de una hora. Y la segunda parte transcurre en esa isla, donde tal
como sucediera en las versiones anteriores la rubia Ann Darrow (Naomi Watts) es raptada por los nativos y entregada a Kong: un simio prehistórico gigante.
Esta segunda parte de la película es la que concentra buena parte de la acción, y donde se cimienta la relación entre Darrow (la bella) y Kong (la bestia). En
ambos rubros (el de la acción y el del pseudo-romance interespecies), la película alcanza cotas notables, apoyada por espectaculares efectos especiales,
enormes y feroces criaturas digitales (dinosaurios e insectos gigantes incluidos) y una impresionante expresividad en la composición de Kong. Para alcanzar esa
expresividad, se usaron recursos parecidos a los que Jackson había empleado en su otro personaje digital, Gollum de El Señor de los Anillos, e incluso el
mismo y extraordinario actor: Andy Serkis (a quien veremos también en el papel del cocinero del barco, pero esta vez, claro, haciendo un personaje humano).
En esta segunda parte también asistimos a la transformación definitiva de Carl Denham, no por sed de venganza como era el caso de Ahab, aunque este
sentimiento también está presente, sino llevado por la codicia y el deseo de ser reconocido. Y es que la isla (y Kong) ponen a prueba a todos y cada uno de los
marineros, expedicionarios, actores y equipo de filmación que se internan en ella. Aquí, Peter Jackson y el grupo de escritores aprovecha la oportunidad para
desarrollar y mostrar a cada uno de los personajes (incluso los secundarios) con un interesante grado de profundidad, sin dejar de lado la aventura y la trepidante
(y me quedo corto) acción. Los actores son funcionales a este desafío, destacando los ya mencionados (Black, Watts, Serkis) y Adrien Brody (con un
aggiornado Jack Driscoll).
En esta segunda parte, los guionistas han preferido usar el espejo de Joseph Conrad y El corazón de las tinieblas para mapear la transformación de los
personajes. Y si en Conrad, el tema era la denuncia del colonialismo hipócrita y desaforado (un tema que hoy en resurge con inusual fuerza a partir de la invasión
a Irak), aquí la cuestión es la ambición y el mercantilismo extremos.
La tercera parte de la película como todos saben: la llegada de Kong a Nueva York, para ser presentado como la Octava Maravilla, aborta un par de líneas
argumentales esbozadas en la isla. Sin embargo, se queda con el núcleo de la historia. Aquí, brilla la relación entre Kong y Darrow (una relación que toma
distancia de sus antecedentes en el cine), para mostrar lo peor de la naturaleza humana al servicio del show business (cuestión de candente actualidad
que, lejos de mejorar, se ha acentuado desde 1933 a la fecha).
El resultado final acumula más de tres horas de entretenimiento intenso y sólido, con muy pocas mesetas, y un final para sacar pañuelos.
Alejandro Alonso para Axxón y Garrafex News
!c>
Información relacionada:
Los secretos de la creación de "King Kong"
Junto a King Kong se verá un adelanto de X-Men 3
King Kong: será el corte del director con tres horas de película
Una especie de "King Kong" coexistió con seres humanos