24/Nov/06
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Joven produce fusión a pequeña escala en su casa de Oakland Township
En el sótano de la casa de sus padres en Oakland Township, apilada en una zona que la mayoría no pude ver, Thiago exprime su amor por la física en un
proyecto que le ha tomado más de dos años y 1.000 horas, entre investigación y construcción: una máquina grande e intrincada que, a pequeña escala, produce
fusión nuclear.
Por encima, Thiago Olson es como cualquier adolescente típico. Miembro del equipo de cross y senderismo del Instituto Stoney Creek en Rochester Hills. Es un
chico guapo, pulcro, con una nota media de 3,75 y tiene su vista fija en el próximo paso: la universidad. Pero para sus amigos, Thiago es conocido como "el
científico loco".
En el sótano de la casa de sus padres en Oakland Township, apilada en una zona que la mayoría no pude ver, Thiago exprime su amor por la física en un
proyecto que le ha tomado más de dos años y 1.000 horas, entre investigación y construcción: una máquina grande e intrincada que, a pequeña escala, produce
fusión nuclear.
La fusión nuclear —combinar átomos para crear energía— es una especie de "santo grial de la física", comenta.
De hecho, en www.fusor.net, el alumno de último curso en Stoney Creek figura en el ranking como el
aficionado n°18 en el mundo en crear fusión nuclear. De modo que ¿cómo lo ha logrado?
Apuntando a la cámara de acero donde sucede toda la magia, Thiago comentó el viernes que esta pieza del rompecabezas actúa como cámara de vacío. El aire
es extraído hacia un filtro.
Entonces, se inyecta deuterio gaseoso —una forma de hidrógeno— en la cámara de vacío. Aproximadamente 40.000 voltios de electricidad se introducen en la
cámara desde una pieza del equipo extraída de una vieja máquina de mamografía. A medida que la máquina funciona, los átomos en la cámara se ven atraídos
hacia el centro y de repente —ta chaaán— fusión nuclear.
Thiago comenta que cuando eso sucede, se forma una pequeña e intensa bola de energía.
Consiguió la fusión por primera vez en septiembre, y desde entonces ha estado perfeccionando la máquina en el garaje de sus padres.
Este año, Thiago alcanzó las semifinales de la Competición Nacional de la Fundación Siemens. Piensa participar en la Feria de Ingeniería y Ciencia de la ciudad
de Detroit, que tendrá lugar en marzo, con la esperanza de clasificarse para poder estar presente en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería Intel, que
tendrá lugar en Nuevo México el próximo mes de mayo.
Para su madre y su padre, aún son reminiscencias del juguete de química que recibió como regalo a los cinco años, luego a los 9, era capaz de cambiarle la
batería al viejo coche de su hermano mayor.
Ahora, en una pequeña habitación del sótano, Thiago ha montado un laboratorio de ciencia, donde aparecen botellas etiquetadas como "hidróxido de potasio" y
"metanol" colocadas en estanterías, además de un viejo y usado libro titulado "la huella atómica: análisis de activación de neutrones" apilado, entre otros, en un
fregadero vacío.
La madre de Thiago, Natalice Olson, recelaba inicialmente del proyecto, aún cuando el único peligro real de la máquina de fusión es el alto voltaje y la pequeña
cantidad de rayos X emitidas a través de la ventana de vidrio de la cámara de vacío, gracias a la cual Olson graba en vídeo la fusión en acción.
Pero, realmente su madre no estaba sorprendida, ya que el chaval siempre ha tenido nobles ideales.
"Inicialmente, quiso construir una cámara hiperbárica", comentó, añadiendo que ella dijo que no en seguida. Pero cuando él volvió preguntándole si podía
construir una máquina de fusión nuclear, tuvo que ceder.
"Creo que fue muy valiente al pensar que podría ser capaz de hacer algo tan asombroso", añadió ella.
El padre de Thiago, Mark Olson, le ayudó a construirlo con algo del trabajo eléctrico. Para conseguir todas las partes necesarias, Thiago rastreó Internet,
comprando cosas en eBay y anunciando su edad para persuadir a los fabricantes para que le hicieran descuento. El diseño del modelo surgió de su propia
cabeza y de algunas sugerencias que le hicieron otros amantes de la ciencia, que encontró en Internet.
Algún día, el chico espera trabajar para el gobierno federal, tal y como hiciera su abuelo Clarence Olson, que diseñó tanques para el Minsterio de Defensa
después de la Segunda Guerra Mundial. Thiago, que es modesto y humilde con su logro, dijo que supo desde muy jovencito a qué quería dedicar su vida.
"Siempre he estado interesado en la ciencia", comentó. "Siempre ha sido mi asignatura favorita en el colegio".
Pero su madre tenía otras ideas. "Pensaba que iba a ser cocinero", dijo Natalice Olson, "porque le gustaba mezclar cosas".
Fuente: Maikelnai. Aportado por Eduardo J. Carletti
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