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¿Habla usted todas los idiomas?
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Desde octubre de 2006, el ejército norteamericano que ocupa Irak está experimentando con un programa informático revolucionario que permite la traducción
oral y simultánea del inglés al árabe.
Esta tecnología, concebida por IBM, se imaginó para que soldados americanos sin formación lingüística pudieran comunicarse con sus homólogos iraquíes. El
usuario habla en un micro conectado a un ordenador, el cual reconoce la frase, la traduce y luego la pronuncia en árabe. Según el fabricante, cada uno de los 30
ordenadores portátiles equipados conoce 50.000 palabras inglesas y 100.000 palabras árabes.
La utilización de este tipo de programas informáticos sigue siendo, momentáneamente, experimental. Pero el control de las lenguas por máquinas intermediarias,
que hasta ahora era asunto de la ciencia ficción, parece que en adelante entrará en el orden de lo posible. A principios de enero la Consumer Electronics Show
de Las Vegas, de empresa norteamericana SpeechGear, anunció la comercialización de un programa informático de traducción vocal, utilizable sobre PDA, para
una decena de lenguas. "Nunca se sustituirá al humano. Pero a un costo reducido en relación con las traducciones profesionales, se podrán a largo plazo ofrecer
herramientas de comprensión cada vez más precisas y accesibles", pronosticó Pierre Bernassau, director de comercialización de Systran, empresa francesa, líder
a escala mundial.
Estas perspectivas resultan atractivas a los protagonistas actuales de la traducción. Multinacionales como Yahoo, Google o IBM se lanzaron a la experiencia
apostando a que este tipo de innovaciones podría trastornar la sociedad, ya que ante la explosión de difusión de contenidos en el mundo entero lo que estará en
juego será al mismo tiempo económico, geopolítico y cultural.
El mejor ejemplo sigue siendo obviamente Internet. Actualmente, el inglés no permite comprender más que una parte minoritaria de la Red. Según las
estimaciones de la organización no gubernamental Funredes, la lengua de Shakespeare ya no representa más que un 35% del contenido de Internet, contra un
75% en 1998 y la casi totalidad en 1992. El desarrollo programado de la Red en Asia debería acentuar la tendencia, lo que significa un volumen gigantesco de
páginas potencialmente inaccesibles para los occidentales. Con cerca de 400 millones de usuarios contabilizados, el continente asiático ya representa a un tercio
de los internautas en el mundo mientras que por ahora sólo se conecta un 10% de los habitantes (contra un 70% de los norteamericanos y un 40% de los
europeos).
En medio de la ebullición de la traducción automática, el ejército americano se propone desempeñar un papel de primer plano. Su principal centro de
investigaciones, el Darpa (Defense Advanced Research Projects Agency), destina 50 millones de dólares al año a "tecnología del lenguaje" con la intención de
facilitar las comunicaciones inmediatas con los aliados sobre el campo de batalla y también, más ampliamente, para poder efectuar una evaluación estratégica
eficaz ante la explosión de la información en Internet, considerando de lo que está en juego lo que es esencial para la seguridad interior.
Google, en los puestos de vanguardia de la universalización lingüística, también se puso en carrera: el primer motor en experimentación ya propone herramientas
de traducción automática entre el inglés y nueve idiomas a partir del programa informático producido por Systran. La herramienta proporciona resultados
correctos, aún distantes de la calidad obtenida por los traductores profesionales, pero que permiten, por ejemplo, la comprensión general de artículos de diarios
o de blogs.
La sociedad pretende ir más lejos. Actualmente trabaja sobre su propio programa informático con un enfoque innovador. Como para su motor de investigación
Google se basa en un método puramente estadístico, el programa informático sitúa un corpus de referencia de manera automática (Organización de las Naciones
Unidas, Unión Europea, Organización Mundial del Comercio, por ejemplo) de acuerdo con la traducción profesional más frecuente, por lo tanto a priori la más
probable, de un término o de una frase. Este método, vuelto posible por el gigantismo de las bases de datos, se considera como uno de los más prometedores.
El NIST (National Institute of Standards and Technology), una agencia norteamericana de evaluación, consideró, en noviembre de 2006, que los resultados
obtenidos (para el chino y el árabe) eran los mejores, muy por delante de los programas informáticos tradicionales del mercado. Las experiencias realizadas en el
marco de un proyecto europeo, llamado Tc-CStar, se juzgan alentadoras también. Los programas informáticos utilizados permiten obtener, simultáneamente, el
reconocimiento vocal de los discursos pronunciados en el Parlamento Europeo, su traducción, luego su restitución oral por ordenador. "En adelante será posible
tener traducciones de discurso comprensibles", señala Gianni Lazzari, coordinador del proyecto Tc-CStar. "Se obtienen resultados cercanos a los de los de
intérpretes profesionales que trabajan en apremiados por la urgencia", añade Khalid Choukri, delegado general de ELRA (Asociación europea para los recursos
lingüísticos).
Los expertos prevén nuevos progresos a corto plazo. "Considero que nos encontramos a mitad de camino con relación a lo que se podría hacer", indica Joseph
Olive, especialista en "tecnologías de la lengua" del Darpa, preguntado en 2006 en un pedido de informes oficial. "La próxima etapa es la fusión entre los dos
métodos de traducción. El enfoque tradicional, donde se aplican normas, corregidas y modificadas permanentemente en función de los errores detectados, y el
enfoque estadístico, más reciente, que permite definir las traducciones más probables a partir de un corpus de traducciones", explica Théo Hoffenberg, PDG de
Softissimo, que desarrolla el programa informático Reverso, uno de los más utilizados del mercado.
Aunque dispone de una experiencia incomparable en cuanto a diversidad lingüística, la Unión Europea permanece paradójicamente en retirada: invierte tres veces
menos que el Darpa, lo que representa 15 millones de euros cada año. A corto plazo, su ambición es reducir los costes colosales de la traducción interna (1% de
su presupuesto global).
A mediano plazo, sin embargo, lo que está en juego a nivel cultural parece esencial. "Solamente la traducción permitirá preservar la diversidad de las lenguas en
Europa y en el mundo", asevera Xavier North, delegado general para la lengua francesa. Para lenguas como el francés, el español, el alemán, el italiano, que sólo
representan un pequeño porcentaje del contenido en Internet, ser accesible al mayor número, incluso de manera simplificada, será esencial para esperar existir a
los ojos del resto del mundo. La traducción automática podrá ser uno de los medios de hacerlo.
Fuente: Le Monde. Traducido para Axxón. Aportado por Eduardo J. Carletti
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