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2009 será el año del libro electrónico en España
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Fuera de España ya triunfó. En los Estados Unidos, Amazon, que mañana presenta su nuevo
Kindle, vendió medio millón de estos equipos. En España,
según Grammata, se vendieron 8.000 el año pasado.
Nunca hay que juzgar un libro por la cubierta, y menos en el caso de Kindle. Cuando salió al mercado a finales de 2007, los libros electrónicos eran el sueño
desgastado de la industria de la electrónica. Desde finales de los años 90 varios dispositivos habían intentado, sin éxito, atacar al viejo libro de papel. «Si
viajamos en el tiempo vemos cómo el paisaje está lleno de cadáveres de lectores digitales», dijo Jeff Bezos, fundador de Amazon, durante la presentación
del dispositivo. Caros, sin un estándar definido, y con un catálogo esparcido en varias tiendas diferentes y con precios variables, había más bien pocas razones
para hacerse con uno.
Durante los últimos 12 meses, sin embargo, la actitud del mundo editorial y de los consumidores ha cambiado. El libro electrónico ya no es un capricho de
tecnófilos. Las búsquedas de libros en la Red se han duplicado en Estados Unidos y el Reino Unido, y el catálogo crece a un ritmo vertiginoso. Kindle, por
ejemplo, empezó su andadura con 88.000 títulos disponibles y ahora tiene ya más de 230.000 con precios sensiblemente inferiores a los de los libros impresos
menos de 10 dólares, aunque depende del título y la antigüedad, todos listos para descargar en menos de un minuto sin necesidad de tener un ordenador
cerca, usando tan sólo la conexión a la red de telefonía integrada.
Éxito. En 2008 Amazon ha vendido más de medio millón de dispositivos Kindle, según datos de varias consultoras, un 30% más de lo que predecían
los analistas más optimistas en el año 2007. Pero esa es sólo una parte de la historia. Gracias a la exposición que ha tenido en medios de comunicación
generalistas, la idea de un libro electrónico ya no suena a una novela de ciencia ficción para el usuario medio. El pasado mes de octubre la popular presentadora
estadounidense Oprah Winfrey, que tiene un inmenso poder en el mercado editorial gracias al éxito de su club de lectura y las recomendaciones que hace a sus
telespectadores, llevó a su programa el lector de libros electrónicos de Amazon. Desde entonces, hacerse con uno ha sido una misión casi imposible,
especialmente durante las navidades. El éxito de Kindle se ha contagiado a otras empresas, como Sony, que vende modelos similares aunque con funciones algo
diferentes -sólo el modelo de Amazon permite la descarga directa desde Internet a través de la red de telefonía-.
Ni siquiera el usuario típico responde al perfil del entusiasta tecnológico. La mitad de los lectores de libros electrónicos son mujeres, por ejemplo, cuando
tradicionalmente los hombres suelen tener mayor peso en los mercados de adopción temprana, los 'early-adopters'.
Del nuevo Kindle apenas se conocen aún detalles, pero desde la consultora Citigroup Internet Research se apunta a que podría repetir el precio de la versión
actual, que por ahora sólo está a la venta en Estados Unidos a poco más de 300 euros al cambio, y convertirse en un negocio de más de 1.000 millones de
dólares para la compañía durante el presente año.
Si la segunda versión funciona y Amazon consigue solucionar la disparidad entre oferta y demanda, Kindle podría convertirse, realmente, en el iPod de los
libros, un equivalente en el mundo editorial de lo que ha sido el iPod para la industria de la música.
Es precisamente en el iPod, o mejor dicho, en su evolución, el iPhone, donde Amazon podría encontrar un serio competidor. Stanza, una aplicación para la
lectura de libros electrónicos ha sido descargada más de dos millones de veces de la App Store de Apple. Cuatro veces más que los Kindles en circulación, y
eso sin contar otra docena de aplicaciones que permiten leer textos electrónicos en la pantalla del teléfono. Los teléfonos móviles gozan de cierta popularidad
como dispositivos de lectura en Asia, pero hasta ahora ninguna gran editorial en Occidente ha intentado dirigir sus esfuerzos de digitalización hacia este tipo de
dispositivos. Con móviles dotados de pantallas cada vez más grandes y detalladas, sin embargo, la competencia para lectores electrónicos basados en tinta
electrónica, como el Kindle, podría ser muy real, incluso a pesar de la incomodidad que supone leer en una pantalla TFT comparado con la claridad y contraste
de la tinta electrónica, que se comporta de forma similar a la tinta real y el papel impreso.
La nueva versión de Kindle, además, podría mantener la exclusividad con el mercado estadounidense, como en su primera versión.
Aunque existen varios lectores de libros con características parecidas en España, construidos con una pantalla de tinta electrónica de proporciones similares,
ninguno dispone de un catálogo tan amplio y el acceso inalámbrico de Kindle. Los precios de estos dispositivos oscilan entre los 300 y los 600 euros según el
tamaño de la pantalla, la memoria y otras funciones, como la presencia de un teclado, conexiones WiFi o pantallas táctiles.
La gran mayoría pueden funcionar como reproductor MP3 —la idea es escuchar canciones mientras se lee— y algunos permiten la anotación manual o
mediante teclado de los textos mostrados en pantalla, una característica muy útil, por ejemplo, para estudiantes que buscan añadir sus apuntes a los materiales
de lectura de las clases. Durante el año 2008 se vendieron en España 8.000 lectores de libros electrónicos.
Cybook Gen3 de Bookeen es uno de los modelos más económicos —300 euros—. Incorpora una pantalla de seis pulgadas, 512 Mb de memoria y una
autonomía de más de 8.000 páginas por carga. El peso es de sólo 174 gramos y puede recargarse desde el puerto USB de un PC. El iRex IlIad, otro de los
productos disponibles en España, cuesta 200 euros más, pero incluye una pantalla de mayor tamaño —8,1 pulgadas— y mayor resolución. Sony no vende aún
de forma oficial sus lectores en España, pero se espera que lo haga a mediados de este año.
Los contenidos aún son escasos pero, si se busca bien, es posible encontrar buenos títulos. Cervantes Virtual, un repositorio de grandes clásicos de la literatura
española, dispone de versiones electrónicas gratuitas de varios miles de obras. Ni siquiera es necesario registrarse, basta con acudir a la página web www.cervantesvirtual. com y descargar lo que se quiera. Todas las obras están libres de
derechos de autor.
Leer-e, distribuidores de los dos lectores arriba mencionados, dispone de una página web con una gran
selección de títulos con precios que rondan entre los dos y los cinco euros. Recientemente se han incorporado a la lista las obras representadas por la agente
literaria Carmen Ballcells, que tiene los derechos, entre otros, de Cortázar, García Márquez, Cela o Vargas Llosa. Grammata www.gram mata.es, que vende en España el lector Papyre —300 euros— dispone también de un catálogo gratuito de 500 títulos.
Fuente: El Mundo. Aportado por Gustavo A. Courault
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