El fantasma de la Ópera


De Enciclopedia de la Ciencia Ficcion y Fantasia argentina

El fantasma de la ópera, Canal 9. Terror. Adaptación de Chicho Ibáñez Serrador —bajo el seudónimo de Luis Peñafiel— de la célebre historia de Gastón Leroux, protagonizada por Narciso Ibáñez Menta e incluido dentro del ciclo Obras Maestras del Terror.

Con Beatriz Díaz Quiroga, Noemí Laserre, Alba Mugica, José María Langlais, puesta en escena del propio Ibáñez Menta y dirección de Martha Reguera.

Primera emisión: 2 de julio de 1960. Se dice que fue el primero y único programa capaz de convocar una audiencia total. En otras palabras, que todos los televisores encendidos el sábado a las 10 de la noche sintonizaban Canal 9. El programa nunca pudo volver a emitirse. Entre extravíos del material, incendios, capítulos que faltaban y otros que aparecían milagrosamente, no quedó registro alguno ni de aquel hito televisivo ni del mítico Erick, el protagonista, cuyo horrible rostro deformado Narciso creó aplicando sucesivas capas de dulce de leche sobre su rostro, era renuente a que fotografiaran sus caracterizaciones.

Narciso confesaría años después que la única imagen que se conservaba de aquel fantasma era una tomada por un espectador a la pantalla de televisión. Junto con ¿Es usted el asesino?, El muñeco maldito y Arsenio Lupin, constituye un hito del género y consagra a Ibáñez Menta como el maestro indiscutible del terror y la caracterización.

Aunque Obras maestras del terror, protagonizado, escrito y dirigido cada sábado a la noche por Narciso Ibáñez Menta, fue unánimemente reconocido como uno de los mejores y más vistos programas del año 1960, sus realizadores lamentan que la versión de la obra de Gastón Leroux El fantasma de la Ópera dejó un millón de pesos de pérdida. El despliegue no fue poco. Se filmaron exteriores que reconstruían sótanos de la Ópera de París en los teatros Colón, Cervantes y Avenida, y en una pileta se reprodujo un lago subterráneo. En ese prestigioso ciclo debuta como asistente de producción Diana Álvarez. "Tenía una idea perfectamente desarrollada, conocía el género de terror al dedillo y su fuerte eran las caracterizaciones y los efectos especiales. Por eso, cuando recordamos sus ciclos de suspenso y ciencia ficción, habrá que recordar también al caracterizador Martin Mendilahrazu, creador, por ejemplo, de la máscara de El muñeco maldito", recapitula en 1999 la directora Diana Álvarez. Aquellos eran los tiempos en que Ibáñez Menta y su hijo, Narciso Ibáñez Serrador tenían un sistema de trabajo, siempre nocturno, rígido y obsesivo. "Trabajar con él era como estar en una isla, una oportunidad excepcional. Aquella era la televisión que para ir a negro utilizaba la mano del camarógrafo o del asistente o [que] para dar los títulos con ritmo, el asistente hacía que los cartones bailaran en el atril", resume Álvarez.(*)

(*) Estamos en el aire, una historia de la Televisión en la Argentina, de Carlos Ulanovsky, Silvia Itkin y Pablo Sirvén. Planeta, Buenos Aires, 1999. pág. 146

 



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