Cien explosiones en la Luna
Prestando atención, en cualquier momento de esta noche (y de cualquier otra) se podrán observar los impactos de meteoroides sobre la Luna.
Hasta no hace mucho tiempo, los astrónomos habrían mirado con desconfianza a cualquiera que jurara haber visto destellos de luz en la Luna. A este tipo de relato se lo hubiera clasificado bajo la letra "L" de "lunático".
Pero ya no. Durante los últimos dos años y medio, astrónomos de la NASA han observado que la Luna emite destellos de luz, no en una sola ocasión, sino en cien ocasiones.
"Son explosiones causadas por meteoroides que golpean contra la Luna", explica Bill Cooke, director de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides (MEO, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, en el Centro Marshall para Vuelos Espaciales (MSFC, por su sigla en idioma inglés). "Una explosión típica es tan poderosa como algunos cientos de libras de TNT y se la puede fotografiar muy fácilmente utilizando un telescopio casero".
Como ejemplo, Cooke ofrece este vídeo de un impacto que se produjo cerca del cráter Gauss, el 4 de enero de 2008:
Un impacto sobre la superficie de la Luna, el 4 de enero de 2008. Este impacto ocupa la posición número 86 en la lista de los 100 impactos registrados por el equipo de la MEO, desde que comenzó su estudio, en el año 2005. Vídeos más grandes: 0.8 MB gif, 5.9 MB avi. |
Lo que produjo el impacto fue un pequeño fragmento del desaparecido cometa 2003 EH1. Todos los años, a comienzos del mes de enero, el sistema Tierra-Luna pasa a través de una estela de polvo de ese cometa ocasionando así la conocida lluvia de meteoros Cuadrántida. Aquí en la Tierra, las Cuadrántidas se desintegran como destellos de luz en la atmósfera; pero sobre la superficie sin aire de la Luna, las Cuadrántidas impactan contra el terreno y explotan.
"Nosotros iniciamos el programa de monitoreo a fines del año 2005 a partir del anuncio que hiciera la NASA sobre sus planes de enviar astronautas a la Luna", dice Rob Suggs, líder del equipo del MSFC. Si va a haber personas caminando sobre la superficie lunar, "entonces es una buena idea monitorear la frecuencia de los impactos".
"Casi inmediatemente después, detectamos un destello de luz".
Esa primera detección ("nunca la voy a olvidar", dice Suggs) llegó el 7 de noviembre de 2005 cuando un pedazo del Cometa Encke, aproximadamente del tamaño de una pelota de béisbol, impactó contra el Mar de la Lluvia (Mare Imbrium). La explosión produjo un destello de magnitud 7, demasiado tenue como para poder apreciarlo a simple vista, pero blanco fácil para el telescopio de 25 centímetros (10 pulgadas) del equipo.
Una pregunta muy común es, dice Cooke, "cómo es que puede haber explosiones en la Luna. Allí no hay oxígeno".
Pero estas explosiones no necesitan oxígeno o combustión. Los meteoroides golpean la superficie lunar con una enorme energía cinética, desplazándose a una velocidad igual o mayor que 48.300 kilómetros por hora (30.000 mph). "A esa velocidad, hasta una piedrita puede impactar contra la superficie creando un cráter de varios metros de ancho. El impacto calienta tanto las rocas y el terreno de la superficie lunar que estos adquieren un brillo similar al de la lava de un volcán; de allí el destello que se observa".
Durante las lluvias de meteoros como las Cuadrántidas o las Perseidas, cuando la Luna pasa a través de densas corrientes de polvo de cometas, la tasa de destellos lunares puede llegar a ser tan alta que podría ser posible observar un impacto por hora. La cantidad de impactos se reduce cuando la Luna emerge de esas corrientes de polvo; sin embargo, curiosamente, la tasa de impactos nunca llega a cero.
"Incluso cuando no se producen lluvias de meteoros, vemos destellos", dice Cooke.
Un mapa que representa las 100 explosiones que se han observado desde fines de 2005. Aquí se puede hallar una lista completa que incluye coordenadas lunares. |
Estos impactos, que no se producen cuando hay lluvias, surgen de un enorme enjambre de basura espacial natural que se encuentra desparramada en el interior del sistema solar. Pedazos de polvo de cometas perdidos y trozos de viejos asteroides salpican la Luna en pequeñas, pero en última instancia significativas, cantidades. La Tierra también recibe impactos, razón por la cual, en cualquier momento, mientras se contempla el cielo de la noche, se puede alcanzar a ver varios meteoros por hora que se deslizan en lo alto (no se necesita que se produzca una lluvia de meteoros para poder verlos). En el transcurso de un año, estos azarosos o "esporádicos" impactos sobrepasan, en una proporción de aproximadamente 2:1, la cantidad de impactos que se producen como resultado de una muy organizada lluvia de meteoros.
"Ese es un hallazgo muy importante ", dice Suggs. "Significa que no existe momento en el año en el cual la Luna esté libre de impactos".
Afortunadamente, dice Cooke, para los astronautas representan muy poco peligro. "La probabilidad de un impacto directo es insignificante. No obstante, si comenzamos a construir estaciones lunares de gran superficie, tendremos que tener en cuenta estas estadísticas y también tendremos que considerar las probabilidades de que una de estas estructuras reciba un impacto".
Los impactos secundarios constituyen la mayor preocupación. Cuando los meteoroides golpean la Luna, los escombros salen disparados en todas las direcciones. Un solo meteoroide produce un ramillete de miles de partículas "secundarias" que viajan a una velocidad similar a la de una bala. Esto podría representar un problema porque, aun cuando la probabilidad de un impacto directo es escasa, la probabilidad de un impacto secundario puede ser significativamente mayor. "Las partículas secundarias, más pequeñas que un milímetro, podrían perforar un traje espacial", destaca Cooke.
Un meteoroide simulado explota tras su impacto en el Campo de Tiro para la Pistola Vertical del Centro de Investigaciones Ames, de la NASA. Esta es una fotografía verdadera que muestra el ramillete de partículas secundarias. |
Hasta ahora, nadie conoce el alcance de estas partículas secudarias. Para poder comprender mejor el problema, Cooke, Suggs y sus colegas disparan meteoroides artificales contra polvo lunar simulado y miden el ramillete de partículas. Este trabajo se lleva a cabo en el Campo de Tiro para la Pistola Vertical del Centro de Investigaciones Ames, de la NASA, en Mountain View, CA.
Mientras tanto, en el observatorio, el equipo de investigadores ha reemplazado su telescopio de 25 centímetros (10 pulgadas) por un par de telescopios, uno de 36 centímetros (14 pulgadas) y otro de 51 centímetros (20 pulgadas), localizados en el Centro Marshall para Vuelos Espaciales, en Alabama. También este equipo ha establecido una nueva estación de observación en Georgia con un telescopio de 36 centímetros (14 pulgadas). La multiplicidad de telescopios permite el control doble (y triple) de los destellos que son demasiado tenues y posibilita, a su vez, mejorar el respaldo estadístico del estudio.
"La Luna todavía está emitiendo destellos", dice Suggs. De hecho, mientras se escribía esta historia, se detectaron tres impactos más.
Nuevo título: Ciento tres explosiones en la Luna.
Manténgase en sintonía con Ciencia@NASA ya que se publicará una historia donde se describirá cómo los astrónomos aficionados pueden participar de esta investigación.
Fuente: Ciencia@NASA
Traductor al español: Iris Mónica Vargas
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