06/Dic/04

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Cómo se hizo "Teo, cazador integaláctico"

Con un mensaje de tono ecologista, el filme animado se inspira, a su vez, en el mundo del catalán Antoní Gaudí, pero con una estética bien localista. Roberto Carnaghi le presta su voz a Siniestri, el villano principal.

(Clarín) Los dibujos animados permiten descubrir los paisajes más lejanos, extravagantes e irreales. Sin embargo, ver en la pantalla de cine, casi como una postal trazada por la mano de un dibujante, al Obelisco y parte de la Avenida 9 de Julio, resulta extraño y divertido a la vez. Precisamente ése es el lugar en el que aterriza Teo, un chico extraterrestre de 12 años que llega desde el planeta Sauracia a buscar aventuras en un planeta desconocido, la Tierra. Ésa es la historia de Teo, cazador intergaláctico, la película de animación realizada completamente en la Argentina (en coproducción con España, donde llegará el año que viene) y que se estrena el jueves.

Pero el centro porteño no es la única imagen que resultará conocida para los espectadores, grandes y chicos. La Boca y el pasaje Caminito, El Tigre y Ciudad Jardín, en El Palomar, donde viven Lucas y Popi —los nenes argentinos, los primeros terráqueos con los que se encuentra Teo— también aparecen como referencias muy reconocibles.

"Se cuidaron mucho esos detalles, e incluso se le pidió al encargado de realizar los fondos por donde se iban a mover los personajes, que hiciera la vegetación que podría tener cualquiera en el fondo de su casa —cuenta Sergio Fernández, a cargo de toda la producción de animación—. Porque uno de los objetivos era lograr una estética localista, con la que los espectadores se sintieran identificados."

—Para los 80 minutos de duración de la película ¿cuánta gente trabajó?

Fernández: Más de 120 personas, entre animadores, asistentes, entintadores, intercaladores, pintores y compositores, todos dedicados a darle vida a los personajes, durante dos años. La animación es un proceso muy complejo y costoso en el que hay que trabajar en cadena. Como ejemplo, te puedo decir que se tarda un mes en realizar apenas un minuto de película.

A pesar de la fantasía y las aventuras nada en la historia puede estar librado al azar y ya desde el guión, se piensa cada movimiento y gesto de los personajes minuciosamente.

—¿Cómo es el proceso de animación?

Una vez que se arma la historia se hace el storyboard, que es poner en dibujos cada escena, para ver cómo va quedando. También pasa que los animadores van descubriendo gestos en el personaje que pueden resultar graciosos como para un gag y quedan. Así se va delineando el perfil de cada personaje. Entonces a veces hay que modificar un poco el libro. Cuando eso está listo, se hace el animatic, que significa escanear cada una de las imágenes, ponerlas en pantalla y darles la duración que tendría, por ejemplo, el personaje en decir una frase, o mover los ojos, o caminar unos pasos. En ese momento, se convoca a los actores para que les pongan la voz.

Uno de los que prestó su voz para esta historia es Roberto Carnaghi, haciendo hablar a Siniestri, uno de los villanos de la historia, a los que Teo y sus amigos terráqueos deben enfrentar.

—¿Cómo fue ponerle voz a un personaje que no es de carne y hueso?

Carnaghi: Cuando me llamaron creí que iba a ser un doblaje, pero en realidad, a partir de los diálogos, el personaje se fue terminando de armar, con gestos y actitudes que le armaron su perfil. Yo no tenía idea de que se podía trabajar así, fue apasionante.

Así fue que empezaron a filmar a Carnaghi mientras le daba voz a Siniestri, para darle algunos movimientos que hacía el actor mientras decía los diálogos, al personaje. "Fue fabuloso poder crear parte del personaje. Fue muy intenso el trabajo y muy distinto al de interpretar a un personaje de carne y hueso pero me encantó la experiencia y además, me gusta eso de sentirme pionero en esto", dice.

Carnaghi, que apenas tiene un rato para charlar por las grabaciones de los nuevos capítulos de La niñera, recuerda cuando iba al cine Real, en Esmeralda y Corrientes, donde pasaban exclusivamente dibujos animados. "Yo era pibe, trabajaba por la zona y en mi horario de almuerzo me iba al cine. Siempre estaba lleno; de gente grande, ¿eh?."

Guillermo Gravino, actor y locutor, fue el elegido para darle voz a Teo. Aunque Gravino ya tiene mucha experiencia realizando doblajes y le puso voz a varios personajes de ficción, entre ellos a uno de Los Pintín, en esta historia es el protagonista.

—En tu caso, tuviste que armar una voz para un chico, y encima, extraterrestre...

Gravino: La voz de Teo la fui encontrando a medida que conocía sus características. Tenía que ser un preadolescente travieso, rebelde pero también tierno, que va cambiando de actitud a medida que transcurre la historia.Traté de darle al personaje mucha naturalidad, que no sea tan muñequito.

—Después que están las voces, ¿qué sigue?

Fernández: Una vez que están registradas las voces, se vuelca ese material al animatic, que es como ver y escuchar la película en fotogramas fijos que tienen la misma duración de cada una de las tomas. Y ahi empieza el proceso de animación propiamente dicho.

—¿En qué consiste?

Con ese despliegue de los personajes en acción, se piensa en la estética para los fondos, los objetos y todo lo que los rodea. Hay que pensar en qué colores predominan en cada lugar, porque no hay nada real filmado y hay que crearlo todo de cero. En el caso de Teo..., todo lo que corresponde a Sauracia, el planeta natal de Teo, está inspirado en las obras del arquitecto y artista catalán Antoni Gaudí. Por sus formas entre laberínticas y recargadas, pero totalmente originales.

Teo, su robot Oki, los hermanos Lucas y Popi y su perro Bocina ya existían, pero en versión gráfica. Para armar el largometraje, se les modificaron algunas características y se crearon el resto de los personajes (el abuelo de Teo, Emperador de Sauracia; Intrígalus, su asesor; el malvado Siniestri, que se dedica a cazar animales, y dos sus torpes matones). Además también se modificó la nave espacial original y se inventó el planeta de Teo. A eso hay que sumarle el amplio Cosmos poblado de miles de millones de estrellas, planetas y asteroides que atraviesa el protagonista desde su hogar hasta la Tierra. "No es lo mismo filmar el cielo de noche, como se hace para una película común, por ejemplo, que dibujar cada mínima estrellita —dice Fernández—. El animador está muy respaldado por la técnica, porque acá no existen los actores, ni las locaciones, solo hay cámaras virtuales."

Tan agotador como el viaje de Teo de una galaxia a otra, después llega el turno de desglosar el audio en planillas para que coincida cada mínimo movimiento con cada letra del texto. Cada planilla de sonido dura un segundo de película.

Semejante producción significó una inversión de $ 1.600.000. "También queríamos que quedara un mensaje para los chicos. Y pensamos, además de la amistad entre los chicos, en uno que fuera ecológico", dice Carlos Andrada, productor ejecutivo del filme.

Por eso, Teo arranca la historia como un coleccionista enfermizo de extraños animales interplanetarios pero cuando llega a la Tierra en busca de Bocina, el perro mascota de Lucas y Popi, se encuentra con otra realidad y toma conciencia de muchas cosas. Como pasa en la vida.