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Anuncian el primer trasplante de cara
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En Estados Unidos dicen que pueden ayudar a muchas personas. En la Clínica Cleveland ya pueden operar al primer paciente pues en 1967 fue el corazón,
y hoy podría ser la cara.
(La Crónica de Hoy) Cuarenta años atrás, el médico Barnard hizo el primer trasplante de corazón y el mundo quedó con la boca abierta por la nueva
era de cura a los males cardiacos. Ahora, una nueva frontera siembra la misma fascinación que entonces: el cambio de la cara.
Es una operación muy compleja, que para muchos puede representar la única oportunidad de volver a la vida normal. Ahora son muchas las interrogantes sobre
las consecuencias prácticas y, sobre todo, la ética de una intervención así.
Después del debate científico en una conferencia de la Cleveland Clinic, se aprobó la factibilidad de la innovación técnica. Ahora, la doctora Maria Siemionow y
su equipo están prontos a operar al primer paciente.
Los riesgos son altos: puede haber problemas de rechazo y no se sabe todavía cómo puede reaccionar al cambio. La cirujana, de origen polaco, dice que está
fuertemente motivada a cumplir la extraordinaria intervención.
"Cuando se habla de tratamiento facial, la gente piensa que es una cuestión de vanidad", explica Siemionow. "Pero en la comunidad científica todos saben que
puede significar mucho para una persona que sufrió un grave trauma".
La cirujana, de 55 años, es una apasionada de la fotografía. Era asistente en un hospital de Helsinki en el que experimentó el tratamiento. "Fue como asistir a un
milagro: he visto esa mano mórbida volverse roja, la sangre empezó a correr por las arterias, los tendones que se movían de nuevo. Nunca tuve un día que
valiera tanto la pena".
Conocida y estimada por sus estudios, muchos de sus colegas confirman que no se trata de una cuestión de publicidad. "Es una persona humilde, de gran
catadura moral", dijo Scott Levin, director del Instituo de Cirugía plástica del Duke University Medical Center.
Su meta, dicen, es ayudar a gente sin más esperanzas, con traumas irreparables. Hombres y mujeres que tuvieron accidentes graves de autos, u otros que
tuvieron tumores que les desfiguraron el rostro son los pacientes de la doctora. Son esos para los que la cirugía plástica, aun pensando en diez o más
operaciones, no puede hacer mucho.
Además, la depresión en esos casos es muy común, y se vuelve insoportable el salir de la casa.
Ella mira a los pacientes a los ojos: "¿Vieron alguna vez a alguien con el rostro muy desfigurado? No hay muchos que tengan la fortaleza de mirar a los ojos a
sus pacientes", advierte John Barker, director del centro de investigación para la cirugía plástica de la Universida de Louisville.
La operación de rostro requiere al menos de 15 horas de trabajo, con diversos médicos que se alternan en salas operatorias diferentes. El rostro que se
implanta es el de un cadáver con epidermis, los nervios y la grasa, para luego poder ser resucitada con los músculos de la persona que la recibe.
Tras la intervención, el paciente debe tomar medicamentos, probablemente durante años para fortalecer el sistema inmunitario y evitar el rechazo.
Un tratamiento farmacológico así puede costar más de mil dólares al mes. Y, a la larga, este puede bajar las defensas y favorecer el cáncer u otras infecciones
mortales.
Antes de operar, los médicos deberán evaluar atentamente la posibilidad de beneficio en la intervención.
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