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¿Científicos argentinos financiados por la Armada de los Estados Unidos?
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Según informa el diario Página/12, la Armada de los Estados Unidos financia proyectos de investigación en la Argentina. Redes complejas que pueden
ser asimiladas a redes terroristas, estudios oceanográficos y nanotecnología son algunas de las áreas elegidas por los militares norteamericanos para desarrollar
en la Argentina. Estos convenios, que ya provocaron un pedido de informes parlamentario, desatan un debate sobre la difícil relación entre ciencia y poder
militar.
(Página/12) Al menos tres proyectos de investigación desarrollados por científicos de instituciones públicas argentinas recibieron fondos de la Armada
de los Estados Unidos. Según la propia descripción de la fuerza, se trata de un trabajo de nanotecnología, que realizan investigadores del Instituto Balseiro, un
estudio oceanográfico de la cuenca del Río de la Plata y un proyecto en el área físico-matemática para estudiar redes complejas con vistas a su aplicación en
modelos de redes terroristas. Aunque el dato era hasta ahora prácticamente desconocido en el país incluso para las autoridades del área científica, el
financiamiento no es secreto: los proyectos aparecen mencionados en el sitio de Internet de la Oficina Naval de Investigaciones (ONR) norteamericana.
Consultados por Página/12, reconocidos científicos manifestaron su oposición a la posibilidad de que investigadores argentinos puedan ser subsidiados
por una fuerza militar extranjera. El debate que se abre echa luz sobre la siempre difícil relación entre la ciencia y el poder militar, pero también sobre las
dificultades que enfrentan los investigadores a la hora de obtener recursos para sus proyectos.
Fue la diputada Lidia Puig de Stubrin, presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara, quien dio el alerta en un proyecto de resolución por el
cual busca que el Poder Ejecutivo informe sobre todas las investigaciones científicas en instituciones nacionales que estén siendo financiadas por fuerzas armadas
de países extranjeros, los mecanismos que permitieron su autorización y el control que ejerce el Ejecutivo sobre estos convenios.
El pedido de informes señala también que si bien en Estados Unidos el Departamento de Defensa es la principal fuente de financiamiento de la investigación
científica, existen límites legales como la enmienda Mansfield que obligan a que los fondos sean utilizados sólo en proyectos vinculados a un objetivo militar.
"Quizás se trabaja en ciencia básica, pero ese proyecto está dentro de un programa y tiene una finalidad que no es conocida por el científico sostiene Puig en
diálogo con este diario. Sucede que muchas veces los investigadores ni saben para lo que están trabajando. La permanente búsqueda de subsidios genera
estas situaciones. Las organizaciones científicas nuestras y en este caso la CNEA es un ejemplo han sido sometidas desde los 90 a una restricción de
recursos muy grande y han lanzado a los científicos a buscar sus propios recursos bajo el supuesto de que tenían que autosustentarse. Entonces no hay una
planificación, lo que hay es personas que buscan recursos para sostener sus carreras como investigadores. Se producen estos ingresos de subsidios que pueden
ser inocentes del lado del científico que lo pide pero no de quien lo da. No siempre la ética y la ciencia van de la mano. Uno puede estar trabajando en el
desarrollo de armas sin saberlo.
El caso del Balseiro
Bajo el título de "Nanomateriales para sensores", en la página oficial de la Oficina Naval de Investigaciones (ONR) norteamericana se menciona un proyecto
conjunto iniciado en 2004 entre ellos mismos, la NRL (Laboratorios Nacionales de Investigación) y por Argentina el Instituto Balseiro, que depende de la
Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Página/12 se comunicó con el doctor José Rolando Granada, Gerente del Centro Atómico Bariloche.
"Creo que las preocupaciones planteadas son absolutamente válidas dijo. Prontamente vamos a responder desde acá en cuanto a la información que se
solicita." Si bien Granada no quiso proporcionar los nombres de los científicos involucrados en la investigación, admitió que "es gente que trabaja acá hace
tiempo. El trabajo es una investigación sobre cuestiones básicas de la física que involucran el estudio de algunas propiedades que presentan sistemas
nanoestructurados. Es la clase de trabajo que se realiza en investigación básica".
Lo que está en discusión es que aunque se trate de ciencia básica, el financiamiento de Defensa está condicionado a un objetivo militar.
Creo que la objeción es válida. No tengo por qué dudar de la investigación que han hecho los diputados y sus asesores en la materia. Creo que es pertinente el
pedido de informes y también es pertinente que en el país tengamos una posición clara de estas cuestiones.
Es decir que su opinión es contraria a aceptar un financiamiento militar externo.
Seguro. Existen varias cuestiones: estamos acá en el ámbito de la Comisión de Energía Atómica, que es un organismo del Estado, y nos regimos por una ley
donde fundamentalmente estamos hablando del desarrollo de tecnologías para el uso pacífico de la energía nuclear. Claramente no veo la necesidad de obtener
financiamiento de organismos que no son simplemente organismos internacionales sino las fuerzas armadas de Estados Unidos: es una situación a mi juicio que
amerita un análisis muy particular. Creo que es apropiado tener una normativa explícita que requiera una aprobación que trascienda el simple interés de una
persona como investigador. De hecho, todos los que trabajamos en investigación estamos usando de partida infraestructura que pertenece al Estado nacional.
¿Entonces los investigadores firmaron el convenio por su cuenta sin conocimiento de las autoridades de la CNEA?
No, existen instancias en las cuales se requiere la aprobación de una autoridad local. Pero es seguro que esa autoridad que firmó no conocía el alcance de lo
que se estaba firmando. Si yo hubiera estado cuando se inició, tal vez también lo hubiera firmado. Para serle sincero, en mis propias conversaciones con
diputados y asesores he tomado conocimiento de detalles que desconocía en cuanto a las implicancias y los condicionamientos que tienen esos organismos
vinculados a las fuerzas armadas en cuanto a la utilización de los fondos.
¿Esto significa que se interrumpirá el financiamiento en cuestión?
En realidad este proyecto, que empezó hace años, en lo que a nosotros concierne está prácticamente terminado, de manera que no va a haber una acción
particular. Pero lo que estoy diciendo es que en conocimiento de toda la información que se manejo ahora, yo sería reticente a recibir ese tipo de subsidios. Lo
que tenemos que pedir es que nuestras propias agencias atiendan los pedidos, formulen planes estratégicos y traccionen los esfuerzos de nuestros investigadores
en aquellos temas que consideramos de importancia para el país.
Redes muy complejas
El proyecto que aparece con más detalle en el sitio web de la ONR es el del área físico-matemática. Bajo el título de "Investigación de redes complejas con
aplicación en modelación de redes terroristas" se explica que "se brindó apoyo financiero y logístico a la Dra. Lidia Braunstein de la Universidad de Mar del
Plata, Argentina, para visitar la Universidad de Boston entre el 25 de junio y el 2 de agosto de 2004 a fin de desarrollar investigación en redes complejas", y
aclara que la investigación ayudará en la elaboración de modelos de guerra terrorista y bioquímica, "utilizando enfoques tomados del análisis de redes sociales,
uso de teorías de grafos y de redes espaciales/físicas". También se informa que "se está desarrollando un proyecto de colaboración entre la ONR, la
Universidad de Boston y la Universidad de Mar del Plata".
Pese a lo explícito del texto, Braunstein rechaza que su trabajo pueda tener relación con el terrorismo. "Yo tengo colaboraciones con la Universidad de Boston,
donde hice mi postdoctorado le dijo a Página/12. Trabajo en redes, no en terrorismo. Lo que pasa es que una red de colaboraciones uno podría
aplicarla para donde quiera y lo podría ver desde ese punto de vista. Se trata de un modelo matemático computacional que habla de inmunización de redes.
Pero evidentemente la utilidad para ellos está en aplicarlo a redes terroristas.
Sí.
Braunstein aclara que "el convenio todavía no salió" y que la financiación de la Armada en su caso consistió en "una beca para ir a Boston por 45 días para
elaborar un proyecto, que todavía está en evaluación". Sostiene que su línea de trabajo es "ciencia muy básica" y que en su lista de publicaciones "no hay
ninguna referencia al terrorismo". "Uno hace la inmunización de una red, para matar un virus computadora, por ejemplo. Eso también se podría aplicar a matar
algo que te molesta como un terrorista, pero en realidad la aplicación es muy teórica."
Más allá de que el trabajo sea teórico, ¿no se plantea una cuestión ética ante la posibilidad de que lo usen con fines militares?
No, porque creo que no lo pueden bajar para nada. Mi sensación es que tienen esa plata y la tienen que gastar en investigación. Entonces buscan grupos de
renombre. Yo trabajo con un grupo importante en Boston, dirigido por Eugene Stanley. Sus publicaciones tampoco tienen nada que ver con terrorismo. Y uno
aplica (al subsidio) también porque acá hay tan pocos fondos para investigar, que si no no se puede solventar. O sea que mi problema ético se me termina
cuando no tengo plata para investigar.
¿Y no tiene pruritos de que esa plata venga de una fuerza militar?
No, porque no trabajaría con ellos sino con la gente de la Universidad de Boston. Si acá los militares me diesen plata para investigar también la aceptaría.
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