10/Dic/05!f>
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La mujer del primer trasplante facial dice que está conforme con su nueva cara
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La paciente, de 38 años, ya puede abrir la boca y esbozar una sonrisa. Aún le cuesta reconocer su nueva identidad. Pide a los medios que no la molesten.
(Clarín) - "Cada día está más linda". Casi con sorpresa, el profesor Jean Michell Dubernard le sacó el martes los puntos a la primera mujer en el mundo que
recibió un trasplante facial en el hospital de Amiens, en Francia. Descubrió que no hay rechazo. Su paciente ha mejorado estéticamente, después de tener su
rostro destrozado por las mordeduras de su propio perro en mayo pasado.
"Hasta ahora esperamos que no haya ningún rechazo", dijo con prudencia el profesor Dubernard, que hizo la segunda etapa de la operación junto a un equipo en
el hospital CHU de Lyon. Para evitar esa posibilidad, Isabelle deberá recibir un trasplante de células el jueves, y después de unas semanas de internación, podrá
regresar a su casa.
Agobiada por el interés de los medios de todo el mundo en su caso y con los diarios británicos que difundieron sus fotos y su identidad en violación a la
legislación francesa, Isabelle D. concedió su primera y brevísima entrevista periodística al diario francés Le Parisien.
"Yo me siento bien. Estoy feliz de que me lo pregunte", respondió Isabelle, cuando el periodista quiso saber cómo se sentía. "No todo el mundo se hace esta
pregunta en este momento", agregó.
Isabelle pidió privacidad en su primer encuentro con un periodista, "Todo va bien. Pero yo quisiera enviar un mensaje: es saludable para mí vivir estos días en
serenidad. Yo estoy conmovida. Pido que dejen a mi familia fuera de todo esto. Ellos no me ha pedido estar al frente de esta escena", exigió.
La paciente agradeció a todo el equipo que hizo la operación, desde la mujer de la limpieza a las enfermeras. "Yo no quiero citar a nadie para no olvidarme de
nadie. Son todos formidables".
El primer trasplante facial del mundo se ha convertido en una confrontación chauvinista entre Francia y Gran Bretaña, donde los procedimientos éticos impidieron
que los cirujanos ingleses llevaran adelante una operación similar antes que sus pares franceses. Los médicos especialistas en ética británica consideraron que
"ante el trasplante, se debía tener en cuenta no sólo los riesgos quirúrgicos sino las consecuencias psicológicas de un rechazo, en una operación como ésta".
Los periodistas británicos llegaron en masa a Valenciennes, la ciudad de donde provenía la paciente, en el norte de Francia, y la identificaron con nombre y
apellido. Pero fueron más lejos: contaron que Isabelle D. se había querido suicidar con pastillas para dormir, en medio de una depresión, en su pequeña casa
municipal.
Su perro labrador trató de salvar a su dueña en su intento de suicidio. Primero le lamió la cara y después la mordió para despertarla. Isabelle lamenta hoy que la
policía decidiera ejecutar al perro, porque salvó su vida.
Esta madre de 38 años, soltera y con dos hijos adolescentes, nunca quiso comentar las razones que la llevaron a querer quitarse la vida. Algunos hablan de un
fracaso sentimental y otros, de una discusión con una de sus hijas. La familia le ha comprado ahora otro perro un cocker spaniel que su madre cuida mientras
ella está en el hospital.
Después del ataque del perro en el mes de mayo y tras un tiempo internada en el hospital de Amiens, Isabelle partió a su casa para esperar que un donante le
cediera un rostro nuevo. Su cara estaba cubierta por una máscara todo el tiempo y mucha gente no conocía su historia. Pensaban que era una obsesionada de los
gérmenes que se cubría el rostro preventivamente y la insultaban en la calle.
El profesor Jean Michel Dubernard afirmó que se decidió a intervenir y reconstruir su rostro para mejorar su apariencia, que impresionaba hasta a sus hijos.
Isabelle tenía problemas para comer, respirar y hablar al no tener ni labios ni parte de su nariz. Pero nunca dejó de fumar.
Ahora Isabelle puede abrir su boca, esbozar una pequeña sonrisa y tiene cierta movilidad en su rostro. Aunque no puede reconocerse en su nueva identidad,
pero le gusta su cara.
Su intento de suicidio coincide con el de la donante de su rostro. La prensa británica relató que fue una joven suicida de Lille, con muerte cerebral, la donante
que permitió reconstruir el mentón, la nariz y la boca de Isabelle, en una operación de quince horas. La familia había aprobado la donación, pero los cirujanos
reconstruyeron su rostro antes de entregar el cuerpo a sus familiares.
El cineasta Mickael Hugues filmó las quince horas de operación y las describió como "un momento de magia. Cada especialista tenía una misión muy precisa y
fue como armar un rompecabezas. Uno no puede trabajar sin emoción, sin pasión. El resultado es extraordinario. Estéticamente, el trabajo ha sido magnifico. Su
primera palabra fue gracias. Ahora debe aprender a sonreír" dijo Hughes.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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