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Visitas "bíblicamente correctas" en un museo de Estados Unidos
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(AFP) - "Es culpa de Eva si los dinosaurios se volvieron carnívoros", explica Rusty Carter al recorrer los pasillos del museo de historia natural de Denver, donde
su público, compuesto mayoritariamente por escolares, escucha en silencio.
"Después que Adán y Eva pecaron y fueron expulsados del jardín del Edén, quebrando la armonía del mundo, hasta los dinosaurios herbívoros se pusieron a
matar", añadió Carter, diplomado en estudios bíblicos de la universidad de Colorado y especializado en visitas de museos "bíblicamente correctas".
El discurso del guía probablemente haría que Darwin se revuelva en su tumba, pero ese es realmente el objetivo. La teoría de "la evolución no es más que
filosofía", asegura Carter a los niños, de una escuela privada cristiana.
Estas visitas son sólo una faceta de la batalla que libran desde hace décadas en Estados Unidos los defensores de la teoría de la evolución, formulada por el
británico Charles Darwin a mediados del siglo XIX, y sus críticos creacionistas, en un país donde la cuestión religiosa sigue siendo muy importante.
El museo no avala el discurso de Carter, pero no le impide continuar con sus visitas. "Recibimos a todo el mundo en el museo, y me alegra ver que los niños se
acerquen al mundo de la ciencia", explica Kirk Johnson, comisario del establecimiento. "Pero me opongo totalmente a su mensaje", dice, en alusión a los
creacionistas.
Estos hacen una lectura de primer grado de la Biblia, es decir, creen que Dios creó el mundo en seis días y que el mundo tiene 6.000 años, según los cálculos de
un obispo anglicano irlandés del siglo XVII. La mayoría de las iglesias cristianas no respalda una teoría de este tipo.
Pero Carter rechaza la idea de una "evolución deísta" profesada por estas iglesias, que estiman que Dios creó el universo y luego lo dejó evolucionar durante
miles de millones de años.
"La percepción de la historia y las creencias personales cambian con la educación y los descubrimientos", subraya John Banks, portavoz de la iglesia de los
adventistas del séptimo día, que reivindica 14,2 millones de fieles.
Carter continúa con su exposición, añadiéndole consideraciones políticas al afirmar que Hitler creía en la evolución. Asegura que eso no quiere decir que las
personas que creen en el darwinismo sean racistas, pero resalta que "el creacionismo valoriza a cada persona".
Hace 15 años que se desarrollan visitas "bíblicas" en el museo de historia natural de Denver, donde hay expuestos fósiles y estatuas de tamaño natural de
dinosaurios. Pero el retorno del debate sobre la evolución atrajo la atención sobre ellas.
A comienzos de noviembre, Kansas decidió autorizar la enseñanza en los institutos de la tesis del origen divino del mundo, en paralelo con la teoría de la
evolución. El presidente estadounidense, George W. Bush, preconizó a mediados de año que las dos "escuelas de pensamiento" sean explicadas a los niños.
"No estoy en contra de la presencia de la evolución en el museo, me gustaría simplemente que el creacionismo sea también aceptado", afirma Rusty Carter, frente
a la descripción de un archeopteryx, vínculo según los científicos entre los dinosaurios y las aves.
Antes de terminar la visita con una oración colectiva, Carter que refuta la edad de los fósiles y la datación por carbono pide a los escolares, visitantes de un
día, que siempre pidan la prueba de lo que leen.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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