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Meteoritos: posibles restos de planeta
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Un par de meteoritos encontrados en la Antártida serían trozos de un planetoide que se habría hecho añicos en la
historia temprana del Sistema Solar, según sugiere un nuevo estudio
Otros pedazos del proto-mundo pueden estar flotando todavía por allí en el cinturón de asteroides, y podrían ser
identificables por el espectro de la luz solar que reflejan.
En las primeras decenas de millones de años del Sistema Solar, las colisiones entre objetos rocosos y la descomposición
de los isótopos radioactivos derritieron los interiores de los grandes objetos. Océanos de magma -de quizás cientos de
kilómetros de profundidad- bañaban la Luna, la Tierra y otros grandes cuerpos, permitiendo que los materiales densos
se establecieran en sus centros en un proceso llamado diferenciación.
Los dos meteoritos, llamados GRA 06128 y GRA 06129 (llamados así porque fueron encontrados en el área de la
Antártida llamada Graves Nunataks, en 2006), muestran evidencias de esa diferenciación, lo que sugiere que provienen
de un objeto masivo.
Eso es porque los dos objetos están compuestos principalmente de un mineral llamado feldespato, que constituye el
75% al 90% de su volumen.
Este mineral es más abundante aún en algunas rocas lunares. Se piensa que es el resultado de cristales de feldespato
solidificados del temprano océano de magma de la Luna. Como se trata de un mineral relativamente liviano, habría
flotado hacia la superficie del océano de magma, permitiéndole formar una capa muy concentrada del mineral.
La cantidad de feldespato en los dos diferentes fragmentos sugiere que son restos de un objeto muy grande que se
diferenció de manera similar, de acuerdo con Allan Treiman, del Lunar and Planetary Institute en Houston, quien
condujo el estudio sobre uno de los fragmentos.
Extraño nuevo mundo
Otros estudios del meteorito, uno conducido por Richard Ash de la Universidad de Maryland, otro conducido por Chip
Shearer de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque, y un tercero conducido por Ryan Zeigler de la
Universidad de Washington en Missouri, concuerdan en que el cuerpo madre debe haber sido bastante grande para
separarse en capas.
Las concentraciones de feldespato sugieren que ese cuerpo era probablemente más pequeño que la Luna, de 3.500 km
de diámetro, pero mayor que Vesta, el tercer asteroide más grande en el Sistema Solar, de 578 km de ancho, dice
Treiman.
Esto es porque se cree que los meteoritos que vienen de Vesta contienen lava solidificada, pero no grandes
concentraciones de feldespato. Esto a su vez sugiere que Vesta era bastante grande para derretirse, pero no tan masiva
para diferenciar distintas capas de mineral.
"Éste es un trozo de un cuerpo del tamaño de un planeta enano que al parecer ya no existe", le dijo Treiman a New
Scientist. "Tenemos aquí la muestra de un extraño nuevo mundo, una muestra que nunca antes hemos visto".
Antigua era
Zeigler, sin embargo, dice que los meteoritos estudiados comparten similitudes con un tipo de meteorito llamado
brachinita, cuyo cuerpo madre parece haber sido lo bastante grande para fundirse parcialmente.
La composición de los meteoritos ha llevado a los científicos a descartar la posibilidad de que sean trozos de la Luna,
Marte o Venus. Y la proporción de hierro sobre manganeso no se ajusta a la de la Tierra, eliminando la posibilidad de
que sea un viejo trozo de nuestro planeta golpeado duramente de la superficie y que regresó después.
Al medir la descomposición radioactiva de los elementos en el meteorito, los científicos conducidos por Richard Ash
mostraron que la roca debía haberse formado unos 4.500 millones de años atrás, cuando la Tierra y los otros planetas
se estaban formando.
Estudiar estos fragmentos de un ahora desaparecido objeto de esa época provee una extraordinaria ventana al Sistema
Solar primigenio, dice Treiman. En ese momento, un montón de objetos del tamaño de un planeta enano giraba en el
Sistema Solar. Algunos, por la interacción gravitacional con otros objetos, escaparon del sistema, mientras que otros
colisionaron y ayudaron a crear los planetas presentes en el sistema solar actual.
Fragmentos que quedaron
"Estamos mirando tal vez una parte de la historia de Sistema Solar cuando había planetas enanos por todas partes y
formaron los planetas terrestres", dice Treiman.
Pero qué le pasó exactamente al objeto madre de GRA 06128 y GRA 06129 no se conoce. Si fue destruido en una
colisión, todavía puede haber fragmentos de él flotando por allí en el Sistema Solar como asteroides. Treiman dice que
esos fragmentos podrían ser identificados por el espectro de la luz que reflejan.
Algunos aspectos de los meteoritos, como la abundancia de sodio en algunos de sus minerales, sugieren que el objeto
madre podría haber contenido mucha agua, de acuerdo con un estudio de Tomoko Arai, del National Institute for Polar
Research, en Tokio.
La investigación de los cinco equipos fue presentada el miércoles en la 39ª Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria
llevada a cabo en Houston, Texas.
Fuente: Noticias del Cosmos. Aportado por
Graciela Lorenzo Tillard
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