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Inteligencia: un artículo cósmico singular
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Avanzados telescopios en tierra y en el espacio están descubriendo casi a diario nuevos planetas alrededor de otras
estrellas, pero un científico ecologista de Inglaterra cree que incluso si algunos de esos planetas resultan ser terrestres,
existen muy bajas probabilidades de que tengan habitantes inteligentes
En un reciente trabajo publicado en la revista Astrobiology, el profesor Andrew Watson de la Universidad de East
Anglia describe un mejorado modelo matemático para la evolución de la vida inteligente como resultado de una pequeña
cantidad de pasos diferenciados.
Los modelos evolutivos por pasos ya han sido utilizados, pero Watson (un integrante de la Royal Society de Inglaterra
que estudió con James Lovelock, inventor de la "Hipótesis Gaia") ve un factor limitante: la habitabilidad de la Tierra (y
presumiblemente de otros mundos vivos) terminará a medida que el Sol se haga más brillante. Como la mayoría de las
estrellas, a medida que progresa a lo largo de la secuencia principal, el producto del Sol aumenta (se cree que tiene
aproximadamente un 25% más de brillo ahora que cuando se formó la Tierra). En un máximo de 1000 millones de años,
aumentará la temperatura media de la tierra a 50° C, dejando al planeta inhabitable.
Cuatro pasos importantes
Aplicando la vida limitada a un modelo de pasos, Watson encuentra que se necesitaron unos cuatro pasos evolutivos
importantes antes de que una civilización inteligente pudiera desarrollarse sobre la Tierra. Estos pasos probablemente
incluían el surgimiento de la vida unicelular unos 500 millones de años después de que se formara la Tierra, vida
multicelular unos 1500 millones de años después, células especializadas que permitían formas de vida complejas con
órganos funcionales 1000 millones de años después de eso, y el lenguaje humano 1000 millones de años aun después.
Varios de estos pasos coinciden con las importantes transiciones que han sido observadas en el registro arqueológico.
Watson calcula la probabilidad en conjunto de que la vida inteligente evolucionara como el resultado de las
probabilidades de cada uno de los pasos necesarios. En su modelo, la probabilidad de cada paso evolutivo que ocurre
en cualquier época dada es del 10% o menos, de modo que la probabilidad total de que la vida inteligente apareciera es
muy baja (menos del 0,01% sobre 4 mil millones de años). Incluso si la vida inteligente finalmente apareciera, el modelo
sugiere que su persistencia será relativamente breve en comparación con la vida del planeta sobre el que se desarrolló.
Los métodos matemáticos que Watson utilizó suponen que cada paso evolutivo es independiente de los demás, aunque
deben ocurrir en secuencia. Watson considera que ésta es "una razonable primera aproximación a lo que es, después de
todo, un modelo muy idealizado, deliberadamente simplificado para que la matemática pueda resolverlo analíticamente".
Cambios críticos
Watson también sugiere que algunos de los pasos críticos pueden haber cambiado la biosfera irreversiblemente.
El desarrollo de plantas de fotosíntesis, por ejemplo, condujo a una atmósfera de oxígeno, que fue precursor necesario
al desarrollo de animales terrestres complejos. En cuanto esta transición ocurrió, cualquier paso evolutivo posterior
tendría que suceder en una atmósfera de oxígeno, que puede haber limitado las oportunidades de desarrollar vida que
no respira oxígeno.
Watson dice en la conclusión de su trabajo: "... sólo en esos planetas singulares sobre los que evolucionan criaturas
complejas pueden existir observadores que hagan preguntas sobre la evolución y se preocupen por las respuestas".
Preguntado si una civilización avanzada, en el lejano espacio, sería capaz de sobrevivir al incremento de brillo de su
estrella mediante una emigración del planeta donde se desarrolló, Watson dice que es posible: "El modelo sólo predice
cuándo puede surgir la "inteligencia" sobre la base del tiempo disponible. Si los observadores existen, podrían hacer
toda clase de cosas para encontrar nuevos lugares donde vivir".
Seth Shostak, astrónomo principal en el Instituto SETI, hizo este comentario sobre el trabajo de Watson: "Tenemos, por
supuesto, un solo ejemplo de vida inteligente (de vida de cualquier tipo). Eso significa que posiblemente no podemos
calcular desde este único ejemplo qué probabilidades de vida hay sobre otros mundos, a menos que tengamos total
confianza en que conocemos todos los procesos evolutivos relevantes. Watson argumenta que la vida inteligente será
terriblemente rara: no hay manera de probar que sea verdad. Por otro lado, si ocurriera lo contrario -si la galaxia es
hogar de muchas inteligencias- es posible de probar. Deberíamos hacer el experimento".
Fuente: Space. Aportado por Graciela Lorenzo
Tillard
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Artículo original
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