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La música de Saturno
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All that Cassini Jazz: Un músico usó los sonidos del gigante planeta gaseoso, recogidos por la sonda Cassini de la
NASA, para crear una hermosa canción de jazz. Además, repasamos otros sonidos del cosmos, incluyendo el sonido
del Big Bang, la Gran Explosión
Imagine que es capaz de escuchar la música del anillado planeta Saturno. Pues, ¡nada se lo impide!
Como los demás planetas en nuestro sistema solar, Saturno "suena" con poderosas señales de radio. Los científicos
usaron esos datos recogidos por la nave Cassini-Huygens para producir algunos de los sonidos de Saturno, por lo que
es posible apreciar la "música natural" del planeta aquí en la Tierra.
Cuando el músico y entusiasta del espacio Jeff Oster escuchó algunos de esos sonidos, sintió que se correspondían con
una pieza en la que él estaba trabajando en ese momento.
Los primeros sonidos que se oyen en el último álbum de Oster llamado "True" son los sonidos de las auroras saturninas.
"Cuando digo que son los verdaderos sonidos del planeta, se añade una increíblemente nueva e importante dimensión a
la música", explica el músico.
En abril de 2002, cuando la sonda Cassini estaba a 2,5 unidades astronómicas (374 millones de km) de distancia del
Sol, el instrumento de radio plasma (RPWS, Radio Plasma Wave Sound, radio-sonar de onda de plasma) de la sonda
comenzó a escuchar las señales de radio de las auroras de Saturno. Los científicos creen que los complejos patrones
(similares a los de las auroras terrestres) son generados por muchas pequeñas fuentes de radio danzando a lo largo de
las líneas del campo magnético en las áreas donde se forman las auroras. Estas señales de radio suenan como un extraño
viento.
Extraños sonidos de las emisiones de radio de Saturno
Oster, de 50 años, ha estado tocando la trompeta desde los 8; aunque trabajó de chofer de limusina y planificador
financiero, siempre mantuvo su sueño de convertirse en músico profesional. Oster dice que es más músico que consultor
financiero, pero alguien tiene que pagar las cuentas...
Finalmente pudo hacer suficiente dinero como para dedicarse a su pasión a tiempo completo.
"Saturn calling" es una bella pieza de new age jazz. El tema ganó el premio de música independiente 2008 por Mejor
Canción de New Age y forma parte de su disco "True".
En el tema, Oster toca el fliscornio (una especie de trompeta) porque "su soul gravita hacia el sonido más cálido y
oscuro". (Debo decir que no tenía idea de que existiera un instrumento con ese nombre).
El músico espera que "Saturn Calling" haga que su audiencia quiera aprender más acerca de Saturno y la misión Cassini.
"Estoy tan feliz de ser al menos una pequeña parte de eso. La canción es majestuosa y también lo es el programa
[Cassini]. Así es el espacio. Así son los planetas. Se complementan de una forma muy potente y hermosa".
Escuche "Saturn
Calling" en el sitio JPL/NASA de Cassini (MP3, 5 MB)
Recientemente escribimos aquí sobre algo similar en "El Big Bang
musical", acerca del concierto 3-2-1 de Darryl Kubian.
La historia del sonido del Big Bang
El sonido del Universo es una nota anterior en este blog que contiene enlaces a sitios con sonidos, particularmente a
"Sounds of the Universe" (Sonidos del Universo) y "The Sound of the Big Bang" (El sonido del Big Bang).
Me detengo en este último para contar una historia que quizás no se recuerde o no se conozca:
Se trata de un sitio del profesor de física de la Universidad de Washington en Seattle, John G. Cramer. Según explica en
esa web, se dedica a la investigación en física de iones pesados en un experimento en el Laboratorio de Brookhaven,
colisionando núcleos de oro para producir sistemas que se parecen al primer microsegundo del Big Bang. No trabaja
mucho en cosmología y astrofísica, según explica, aunque publicó algunos artículos en esa área, pero escribe una
columna en la revista Analog Science Fiction & Fact Magazine. Allí publicó un artículo llamado "BOOMERanG and the
Sound of the Big Bang" donde explicaba, allá por 2001, que se había enviado un globo en la Antártida para mapear las
variaciones de temperatura de la radiación de fondo de microondas. Describía esas variaciones como una grabación del
"sonido del Big Bang".
Relata el profesor que un mes después de la aparición en la web del artículo recibió un mail de una madre; ella le explicó
que tenía un hijo de once años, Daniel, haciendo un proyecto escolar sobre la Gran Explosión. Encontraron el artículo en
la red y ella se preguntaba si el sonido del Big Bang, mencionado allí, estaba realmente grabado en alguna parte para
que pudieran pasarlo en la clase.
La respuesta del profesor fue "no", pero -según relata el científico- la pregunta le hizo considerar el problema. Con los
datos disponibles de BOOMERanG (el experimento de los globos; se llama así por "Balloon Observations Of
Millimetric Extragalactic Radiation ANd Geophysics"), y más recientemente de WMAP, no sería muy difícil simular el
sonido usando un programa de álgebra simbólica llamado Mathematica que incluye una caracterísitca de interpretar
funciones matemáticas como sonidos que pueden ser capturados como archivos *.wav.
Supongo que no hace falta decir que finalmente Daniel recibió una copia de los sonidos en su mail y, según informó la
madre, su proyecto de ciencia fue un gran éxito. Según relata el profesor, el archivo fue puesto en el blog de su hermana
y a partir de la mención en New Scientist se produjo una explosión mediática sobre el archivo con los sonidos
primigenios.
Primeramente el archivo era de 100 segundos de duración, pero luego realizó otros de diferentes duraciones, menores y
mayores, aunque él sigue recomendando el original. Los archivos pueden ser usados para cualquier propósito siempre
que se lo relacione con su autoría.
Los archivos están disponibles en la página "The Sound of the Big Bang" (bien abajo, ver donde dice 100 seconds, 200 seconds, 500
seconds, que son los archivos wav de esas duraciones en segundos).
Allí mismo, el autor explica:
El sonido en la simulación es derivado de las ondas de compresión a través del medio de plasma / hidrógeno del
Universo temprano, unos 100 a 700 mil años después del Big Bang. La densidad del medio fue cambiando al
expandirse el Universo, pero debería haber sido considerablemente más denso que el aire en nuestro pequeño planeta.
No se necesita aire para tener sonido, pero sí algún medio en el cual la compresión / rarefacción de las ondas pueda
propagarse. Las ondas de sonido eran de frecuencias muy bajas y tenían longitudes de onda comparables a una fracción
del tamaño del Universo. Para la conveniencia humana, que no podemos escuchar esas frecuencias tan bajas, se las
incrementó para que puedan ser oídas.
John Cramer tiene una página web, escribe una columna en Analog y es autor de dos novelas de ciencia ficción dura
Twistor y Einstein's Bridge.
Fuente: Noticias del Cosmos. Aportado por
Graciela Lorenzo Tillard
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